Definitivamente no hay partida
cuando se usa billete de ida y vuelta.
Con la edad se reduce
la capacidad de marcha,
pero con tesón y tiempo por delante…
Es cuestión de echarle dedicación
y no pasar por alto los detalles,
mirar en lontananza panorámica,
entornar los ojos y pasarle el difumino
a los flecos y destellos molestos o innecesarios;
pero también, esmerarse en lo inmediato
acariciando los primeros planos con mimo.
En la edad reflexiva,
uno planifica más veces relecturas
que grandes innovaciones:
descubrir nuevos caminos
es una osadía para la que no me siento preparado.
Paladear más que morder,
rumiar más que atragantarme,
y siempre, siempre, siempre
con los bolsillos repletos de esperanza.
Deambular los caminos transitados
antes de entrar en trance,
y trascender antes de iniciar
Ese viaje sin retorno es lo único seguro que tenemos y deberíamos de estar preparados para cuando llegue. Saludos
ResponderEliminarCreo que la preparación no debe ser nada complicada. Con un poco de sencillez y algo de humildad creo que debe bastar.
EliminarUn abrazo.
Si no se puede ir más rápido, se camina más lento. Yo ahora, salgo a la calle bien temprano y para cosas precisas. El calor que tenemos ahora, es bastante fuerte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Efectivamente conviene preservarse un poco de las horas centrales del día. Cuídate, Antonia.
EliminarUn abrazo.