Sol moreno de Marbella
y cicatrices del tiempo:
es imborrable tu huella.
En Ojén mi luz primera,
la niñez, también la
escuela,
y los juegos en las eras.
El Instituto en Marbella,
la pubertad y el trabajo,
y el carácter que se
sella.
Por los caminos del mar
y por las sendas de
tierra,
en ella me dio en soñar.
Y resultó que soñando
que el todo se hallaba en
ella,
de su mano caminando
por toda mi vida entera.
Seguro me eché a sus pies
y le pedí que accediera
a un amor no interrumpido
que va para cincuentena.