27 julio 2024

EL EXTRAÑO



Una silla plegable,

los pies desnudos sobre la hierba

y el lejano murmullo del tráfico rodado

como banda sonora.


No hay sombrilla

como la copa de un árbol,

ni brisa más eficaz

que la que destila la vegetación.


Siento un leve cosquilleo por las piernas,

las agito y desaparece

para volver de inmediato.


Soy un intrépido en la naturaleza,

un extraño:

una mariposa blanca vuela sus torpezas

sin atinar dónde posarse;

no así las hormigas,

ellas escalan mis tobillos

y se hacen presente en las rodillas

con una agilidad escaladora inusitada;

los gorriones picotean entre las hierbas

pero son muy prudentes

y no se me acercan.


Trato de perderme en las páginas de un libro,

cuando llama mi atención una paloma

haciendo escala en el vallado.


No hay nada extraño en este entorno,

tan solo yo soy el intruso.

26 julio 2024

HOY





Precisamente hoy

es todo cuanto tengo en los bolsillos,

la calderilla que suena al caminar.


Ayer pasó como pasan las tormentas,

entre el relumbrón y el miedo,

un visto y no visto:

algunos estruendos

y una lluvia más escandalosa que intensa.

Apuntes escritos sobre la arena,

pura debilidad camino del estuario

que se pierden tras el meandro.


Mañana serán pompas de jabón,

irisadas y leves,

que con frecuencia estallan

antes de desaparecer por las alturas

fuera del alcance,

como ilusión incumplida y frustrante.


Hoy, ese resto de saldo existente,

volatilidad, pura calderilla,

insuficiente para el óbolo del barquero.

25 julio 2024

MAÑANA

 



Mañana tiene ritmo de compromiso,

tal vez de oblación,

de aplazamiento encadenado

a cada amanecer

que podría ser una cinta sin fin,

una veleta que gira sin instrucciones

ingrávidas, sin peso corporal,

renovación constante

con tendencia a eternizarse

en una realidad que nunca llega.

Mañana es promesa incumplida,

un acontecer sin concreción

que se retroalimenta en si misma.

¿Recuerdas? ¿Acaso lo recuerdas?

Me dijiste mañana y vivo encadenado

a tu voto perpetuo.

Mañana. El banquete soñado,

pronunciado por tu boca virginal.

24 julio 2024

MIEDO

 



Miedo. Miedo de ti y de mi,

de todo.

Miedo a lo desconocido,

a lo novedoso, a toda alteración

que modifique esta estancia

de la que con frecuencia reniego

y me subyuga.

Miedo. Miedo de quererte

hasta la mismísima saturación;

pero miedo mayúsculo

a tu posible y hasta más que certero

rechazo.

Miedo a cambiar

y miedo a no cambiar nunca,

a ser martilleado por mis obsesiones,

por el constante martilleo

de la banda sonora de mis días.

Miedo a que me extermines

de tu ámbito amado.

Miedo a no estar a la altura

y a reconocerlo. Miedo de mí.

Miedo a sentir miedo.

23 julio 2024

COTIDIANEIDAD

 




Procuro estar en casa

antes de que se cierren

las compuertas de la noche,

gozar del alumbrado de las estrellas

desde la terraza y soñar,

soñar más que vivir la madrugada.


Llegada esa hora,

en la que se ciegan los caminos,

prefiero trazar en el aire

el arco que describe la noche

en vez de tropezar con la aventura

y suturar sus heridas.


Una noche. Tan solo una noche

se encaprichó de mi una sombra

y lo pasé francamente mal.

No estoy curtido. Y ahora, mayor,

vuelvo por el camino de la infancia

y me abro al confort de recogerme

en el pendular impreciso

entre el día agónico y la noche.


No hay póliza que asegure la vida,

como tampoco hay riesgo

que te garantice gozar lo desconocido.

A fin de cuentas no son los sobresaltos

sino la cotidianeidad

la que me abre sus puertas día a día.

22 julio 2024

CANTOS RODADOS

 



Un tumbo. Otro tumbo,

una nueva voltereta.

Quietud anquilosada. Sequía.

Una nueva avenida

y un atormentado desplazamiento,

siempre hacia la desembocadura.


Desde el lecho del río de la vida

no se divisa el horizonte,

no se conoce el paisaje,

ni se adivina el puente;

tan solo el accidente que te voltea

y te embarranca en una nueva duna.


Todo es ocasional. Fortuito.

Un lanzamiento hacia un destino incierto;

más de lo mismo:

pan para hoy y hambre para mañana.


Y así, de riada en riada,

lo esporádico como sustento

y el final de tanta temporalidad

como historia laboral

de muchas páginas en blanco.

Sin derechos ni deberes,

una piedra, un canto rodado

que acabará en la playa.

21 julio 2024

LA ESPERA

 


 

Esa nieve del almendro

es la promesa que acaba en fruto,

y así el naranjo y el limonero…

Cada especie su flor,

cada flor una promesa esperanzada.


Los hielos, los vientos, las inclemencias

juegan al descarte

y frustran las esperanzas;

un temporal es un pelotón,

un arcabucero ante el paredón

de los frutos frustrados.


Pasa el tiempo. Cada día

tiene su carta de naturaleza

y serán los silos los que hablen

en pretérito de este día a día.


La siembra es siempre un sueño,

un encantamiento,

a veces generoso

y otras una rotunda mesa vacía,

sin mantel ni cubiertos,

la oscura pesadilla de la espera.