31 octubre 2014

CAPRICHO



El otoño fue despojando los vestidos
de cada rama aleatoriamente
como se desmiga una milhoja;
observábamos, ¿recuerdas aquella tarde fría?
Algunas dibujaban trémolos cansinos,
parsimoniosos; otras nerviosos y agitados.
Las hay que fueron arrastradas
por la virulencia de una ráfaga
y náufragas hacia el abismo
donde posiblemente no nazca el caos
pero se le parece como una gota de rocío a otra.
Nos teníamos en el rescoldo de las manos,
¿lo recuerdas? La tarde aconsejaba volver
y algo nos retenía: nos quedamos suspendidos
de aquel espectáculo grisáceo y convulsivo
de hojas que navegaban desorientadas;
fue entonces, cuando ya el desnudo era integral,
que se nos brindó el festejo caprichoso
de cinco aisladas hojas que tomaron vida animal
y silabeaba nuestra canción,
con la tonalidad y la pasión que nos conmueve.

29 octubre 2014

ESPLENDOR EN LA HIERBA



¿Quién diría que es otoño mientras late
ese verde esplendor en la hierba?
¿Quién diría que los jóvenes de la valla
son otoñales vidas en espera primaveral
y no recogepelotas oteando para mejor servir?
¿Quién diría...? ¡Vaya, vaya, vaya!
¿Quién diría que en un mismo plano
convive el oxímoron de la riqueza y la miseria,
de la gran vida y la gran muerte?
Como en la película de Elia Kazan,
vidas separadas por la altísima valla
de la disparidad social, tan poco emulsiva
como el aceite y el vinagre tras mucho batir;
de tan imposible reconciliación armónica
como lo mío es mío y lo nuestro ya veremos.
Al hándicap de la acuchillada altura, la madera
para el saque, los hierros cortos y el approach
para centrar en el camino lo descarriado
y el wedge para la salida del banker;
los morenos, estén donde estén,
siempre están fuera de los límites del campo
y la reconducción no es otra que
un backspin que acaba en corbata
relamiendo los gozos frustrados del paraíso
en el envoltorio caliente de la ilusión fallida.

27 octubre 2014

EN EL PARQUE



Pasa la vida poniendo pátina
de días y de años despiadadamente,
marcando el rostro con surcos
que no fueron arados ni deseados
como sementeras con vocación
de apacible barbecho violentado.
Pasan las estaciones maquillando
con sus propios brebajes y aromas
y sus putrefactas impertinencias
el paisaje que cambia y el paisanaje
que tristemente aguanta y permanece.
Un nuevo atraco produce dos víctimas:
la expoliada y el adicto que malvende
por una o tal vez dos papelinas;
se oxidan las llaves que dan vista
al anhelado panorama de la libertad
y se hacen maleables y blandos los cerrojos
para los correosos prohombres que pagan
bufetes de altos vuelos y ancestral pedigrí.
El noticiario es desolador desenterrando
fraudes que quizás queden sobreseído;
pero los enamorados se acurrucan
como inaugurando la vida por entre el follaje del parque
inaugurando instantes que serán eternos,
como eternos son los besos y las promesas amatorias.

25 octubre 2014

ENMASCARADO



Llegó con puntualidad astronómica
con minutos, segundos y décimas,
de ello se hicieron eco
todos los medios de comunicación,
mientras los reumáticos
guardaban sigiloso y prudente silencio
a la espera de un empeoramiento
que no acaba de llegar;
el comercio hizo sus previsiones:
tapó las sisas de las maniquíes,
alargó las faldas, cambió el top
y los palabra de honor
por garbosas chaquetillas
y las tonalidades perdieron su alegría
por coloraciones más sobrias y tristes.
Pero el otoño ha debido trastocar el camino
o quizás se ha enmascarado
─juguetón, pícaro y divertido─
para darnos de un día a otro la sorpresa.
Se ha demorado, eso es muy cierto,
pero seguro de que llegará a la cita
descargando la cólera
que de momento parece somnolienta.

23 octubre 2014

DOBLE RASERO



Asómate, mi amor, observa;
contempla el ocre cárdeno,
el tierra amagentado,        
el dorado bronce y el granate miel,
un bermejo terracota desvaído
que se expande por el suelo
como lluvia dorada de milhojas
horneadas y crujientes,
regadas y regaladas de forma regular:
el otoño desmelena la floresta
y nos la abaja
como paleta de pintor derramada.

¿Adónde vas por esa imaginación,
mi cielo? ¿No ves? ¿Acaso no ves
cómo todo es uniforme y metálico?
Todo está en su lugar, sí,
pero una lluvia de ceniza
ha palidecido el ambiente
y ha vestido de gris monotonía
lo que antes era vigor y esperanza:
el otoño es el raptor de las tonalidades,
el incívico vandálico que todo emporca,
la melodía monocorde que deprime
hasta anularnos en húmedo y mortecino.

21 octubre 2014

LA ESCALERA DE JACOB



El otoño ha dado un paso atrás
y nos muestra rigores veraniegos,
dejado atrás el veranillo de san Miguel
y la maduración del membrillo;
una luz esplendorosa invita a retroceder
con el mismo ansia que un mayor
se empestilla en sus años mozos
viviendo en el ayer sin afrontar
la desgastada realidad de su presente.
Algodonosas nubes blancas
visten el cielo de calvas claras
y difumina el azul intenso de la inocencia;
mirar al cielo invita al éxtasis
y al sopor somnoliento de las elucubraciones:
al final del destello lumínico,
la escalera infinita se hace paraíso
que se aloja terca hacia la eternidad.
Como el sueño de Jacob,
salir del presente es morbosa pesadilla
que, encaramada hacia lo imposible,
endulza las dolencias del presente
y lo enreda en un pretérito inaccesible
en el que la salud se resquebraja
escapando por las fisuras de sí misma,
por el caracol de la escalera de emergencias.

19 octubre 2014

ABANDONO



El abandono es la víspera
de un letargo letal  
del que difícilmente se sale
con vida o dignidad;
así las personas en su otoño
que se dejan llevar por la inercia
de la pasividad ociosa
o la certidumbre pretérita
que se esfumó mansamente
por una bajada de brazos
camino de ninguna parte,
como si la jubilación
no fuese júbilo y jubileo,
gozoso y alborozado.
No podemos luchar
contra el paso del tiempo,
pero sí contra la decrepitud
 a la que lleva el abandono:
un desconchado del alma
que te arrodilla ante ti mismo.

16 octubre 2014

TRISTEZA



Se asocia la tristeza al otoño
como un correlato de apatía y nostalgia
o un adiós a lo que ya no ha de volver;
somos frágiles y se nos olvida que el tiempo
─salvo para las personas─
es una dimensión inexistente y en todo caso
sólo visible a nuestros sentidos,
pero todo un continuo como tras la helicoidal
de un tornillo sin fin viene una, otra, la siguiente
y de nuevo la primera espiral.

No me dirijo a quienes tienen
problemas articulatorios o artríticos,
sino a quienes vemos en la crisis
la oportunidad de la recuperación;
así también en lo social:
los problemas de corrupción,
los oscuros tejemanejes de una black card,
o el riesgo de pandemia del ébola,
son el inicio de un tiempo nuevo
donde los negritos que estaban condenados
a morir en su africano confín de aislamiento,
tienen motivos para mirar al horizonte
y adivinar los floridos brotes de la primavera
en el egoísmo del norte que ahora se moviliza.

14 octubre 2014

EL LIBRO



Las páginas de un libro son hojas incardinadas
a un costillar a modo de eje
que les permite volar sin desarbolarse.

Cuando un libro te absorbe
y te encadena a la lectura
hasta esclavizar tu sueño
haciéndote un divagar insomne,
cuando como el otoño hace de la brisa ráfaga;
cuando un texto invita a subirse al aerostático
de la imaginación y te transporta, lector,
en la epidermis de algún personaje,
la lectura deja de ser ficción para ser vida fingida
que te traslada en sentido inverso
a la caída otoñal de la hoja.

El otoño desnuda las ramas de hojas
que gravitan columpiándose en caída libre
para hacerse alfombra transitoria;
la lectura es un otoño ingrávido
cuyas hojas se elevan por encima de los sueños
hasta mundos inimaginados,
pero tan reales como las galaxias
que todavía la ciencia desconoce.

12 octubre 2014

OTOÑO Y PRIMAVERA



Para Amparo era otoño:
le blanqueaba el pelo
más que su mirada algo opaca
y su ajado vestido listado,
la curvatura de su espalda
era una ecuación resuelta
de sus largos desvelos
por sacar a su prole adelante.
Le gustaba ver a su nieta extasiada
mientras le veía maniobrar
y soñaba transferirle su arte.

Angelita vivía su gozosa primavera
con los pies descalzos
como descalza tenía el alma
de todo tipo de preocupaciones;
mucha curiosidad, sí,
y la mirada atenta y admirada
por las virtuosas maniobras
de la abuela con pespuntes,
mucetas, pinzas y dobladillos.
Ahora pensaba más en jugar
que en la herencia de la Singer
que con el tiempo le llegaría.

Llegó el futuro imperfecto
y en ese tiempo indicativo y real,
también llegaron los chinos
con sus imperfectas y económicas
mercaderías ─confección incluida─
y lo atiborraron todo
de malas, de muy malas copias
que satisfacían a un pueblo en crisis.

Angelita había aprendido de la abuela
a hacer maravillas;
llegó a montar su propio taller
con un rótulo que decía: modista;
ahora tiene su Singer cubierta
como se cubren las reliquias
y busca un contrato por horas
por no importa cómo ni cuántas horas.

10 octubre 2014

BOSQUE EN OTOÑO



Un azul turbio, grisáceo, se filtra
por entre las ramas cárdenas
del bosque, donde
el sendero permanece indemne
por desolado. Bajo la arboleda,
una parva de hojas mullidas
alfombran el suelo al desnudarse las ramas.
La espesura y la umbría reinante,
invitan al recogimiento
y a la sofocante meditación:
el púrpura reinante es un ardiente fardo
de cuyo exceso la espalda
se resiente lastimera y lastimada.
Dicen que el otoño es añoranza
y es cierto; lo sabes.
Sabes que en este mismo lugar
tuvimos un fogoso amatorio
con promesas de las que todavía me queman
las sajaduras del alma por tu olvido.
No es el sol, ni el verdor,
ni la primavera, ni la añoranza,
quien me priva de la razón. Eres tú;
eres tú quien incinera este presente sombrío
dando sepultura a aquel ayer
que prometiste estirado hacia lo eterno.

08 octubre 2014

LA SUPERVIVIENTE ESPERA



Liviano de equipaje:
una mochila, una cartera
y la ropa que puede llevar puesta,
esas son sus pertenencias;
también tiene un bastón
con el que asegurar
sus pasos dubitativos por las calles
y un sombrero con el que cubrirse
son los límites entre el frío suelo
y el inclemente cielo.

Tendrá nombre; lo más seguro
es que tenga un nombre,
pero un nombre que nadie pronuncia;
pertenece al grupo de los invisibles,
esos que viven el otoño vital
desposeídos de todo
y habitan en medio de todo y de la nada.

Liviano de equipaje;
con calor, o con frío, o con sed,
o con hambre...    carentes sumatorias.
Siempre presente, siempre ausente
soñando en mantequilla y pan tierno:
viviendo en el presente e ignorado.

06 octubre 2014

EN UNA HOJA



Todo el otoño en una hoja,
en una simple hoja
de las muchísimas
que caen de un solo árbol:
la savia que no sabe subir
porque olvidó la ascensión,
la clorofila que se decolora
se desmalla y no pigmenta,
que se desgaja del peciolo
y se bambolea meciéndose en el aire
hasta llegar al suelo o al agua.

En una sola hoja, tan solo en una,
todo el otoño compendiado
como en una enciclopedia;
así también en la sociedad:
en un hombre, en un solo hombre,
toda la colectividad, extractada
de toda la humanidad.

En mi otoño, en nuestro otoño, amor mío,
me pido ser la primera hoja en caer
de las ramas de nuestro árbol familiar.

04 octubre 2014

GUADALQUIVIR



Llega el otoño
y el espejo bruñido y reluciente
del agua en días claros,
se derrama mansa,
como escapada por un rebosadero
cansino hacia Sanlúcar;
va reflejando su tedio
en el retrato sombrío del cielo,
que le pone cobertura de globalidad;
sólo una pincelada blanquecina
bosqueja el caserío
por la margen izquierda.
Todo lo gobierna el abandono opaco,
donde la presencia del azul
es un complejo esfuerzo de memoria
que se ha virado gris y lánguido.
Pronto las lluvias tintarán de pardo
esas aguas que parecen estancadas
y dejarán en las esclusas
y en la planicie que discurre hasta la mar
lodos venidos de lejos
que se irán colmatando en las marismas,
─tierras desplazadas─
transformando el paisaje
con la paciencia infinita de los dioses.

02 octubre 2014

DESNUDO



Desnudo,
el merendero ha soltado
la efímera techumbre
y muestra las costillas de madera
que hace poco eran parasol;
no quedan enseres,
sólo desolación y barniz descascarillado.
La mar lame ahora sus cimientos
y ocupa el espacio
de los recientes
semidesnudos humanos.
Para el turista es melancolía,
para camareros y cocineros
descanso obligado y pesimismo,
para el dueño recuento,
para las litas del paro números negativos
difíciles de enmascarar,
para el hombre de la mar la paz,
la paz recuperada por el otoño
que vuelve a mostrar a la naturaleza
en su radiante y descontaminado esplendor.

01 octubre 2014

PAISAJE OTOÑAL



Mañana de luz
que entra arrastrándose por el oriente
 mientras va sajando las tinieblas
de la noche pretérita;
al fondo, asomando sobre el bosque,
una densa masa gris
juguetea a las amenazas
que a lo largo de la jornada
descubrirá sus cartas.
El arroyo corre mansamente
y nutre el pasto
que en la solana amarillea.
Estoy sentado en la hojarasca
y la humedad escala
cadera arriba encaramándose
al pecho y la garganta;
las ramas, revestidas de cárdeno
y verdes apagados que van a dejar de serlo,
 muestran sus primeras alopecias
emparvando el suelo
como con una alfombra mullida.
Una oveja, tal vez perdida,
bala de vez en vez
y la brisa pone los acordes
sobre las ramas mientras las balancea.