Un azul turbio, grisáceo, se
filtra
por entre las ramas cárdenas
del bosque, donde
el sendero permanece indemne
por desolado. Bajo la
arboleda,
una parva de hojas mullidas
alfombran el suelo al
desnudarse las ramas.
La espesura y la umbría
reinante,
invitan al recogimiento
y a la sofocante meditación:
el púrpura reinante es un ardiente
fardo
de cuyo exceso la espalda
se resiente lastimera y
lastimada.
Dicen que el otoño es
añoranza
y es cierto; lo sabes.
Sabes que en este mismo
lugar
tuvimos un fogoso amatorio
con promesas de las que
todavía me queman
las sajaduras del alma por
tu olvido.
No es el sol, ni el verdor,
ni la primavera, ni la
añoranza,
quien me priva de la razón. Eres
tú;
eres tú quien incinera este
presente sombrío
dando sepultura a aquel ayer
que prometiste estirado
hacia lo eterno.
Desgarra ese giro que le diste con tal maestría. Una sorpresa muy afortunada, que hace brotar lágrimas. Es bellísimo, me emocionaste mucho. Y el mimetismo que estás empleando!! Guau.
ResponderEliminarUn abrazo de anís tierno y recién contado aunque sea otoño.
Gracias por tan bello comentario.
EliminarUn anisado beso.
La lánguida belleza del otoño nos propicia a evocar los desamores que olvidamos con el bullicio y la alegre algarabía del verano.
ResponderEliminarUn bello poema. Abrazos
Así es, Julia, en cambio, es en el verano cuando estadísticamente se rompen más las parejas. Gracias por tu comentario.
EliminarUn beso.
Tiempo propicio para la rememoración y las añoranzas de un tiempo que se fue.
ResponderEliminarUn saludo.
Para el poeta, el tiempo es la excusa en la que exponer su pensamiento.
EliminarUn abrazo.
Un poema bellísimo, como ésos que sabes crear.
ResponderEliminarA mí el otoño me fascina, debe ser que llevo la melancolía en el alma. Toda esa añoranza, esa saudade que trae el otoño y que los poetas aprovechan , todo ese misterio
ese momento tan particular. a mí me matan de amor. Y tus versos también.
Apapachos.
Si te gusta, es que es verdaderamente potente. Gracias correntina.
EliminarApapachos
En nuestras salidas semanales ya comenzamos a ver ese cambio de color de las hojas que al ser filtradas por los primeros rayos del sol, la panorámica que nos ofrece es fantástica.
ResponderEliminarUn abrazo
Un saludo
Sin siquiera salir de casa, en mi patio amarillean y acaban por caer las hojas, un síntoma inequívoco de que es otoño.
EliminarUn abrazo
Mas que añoranza el otoño para mi es un paso hacia el frío que no me agrada. Reconozco que en la escala cromática no hay estación que la gane. Sentimientos encontardos como en tus versos.
ResponderEliminarBss
Eso es lo que de feo tiene el otoño, la proximidad con el frío, pero el cambio en la naturaleza es bellísimo.
EliminarBesos.
Un poema que nos habla del alma del otoño y el alma del poeta...Ambos se unen en un mismo sentimiento de nostalgia y dolor...Somos naturaleza y las nubes del recuerdo vuelven una y otra vez oscureciendo o alumbrando nuestros días...Muy bello e intenso, amigo por las emociones, que laten y nos llegan. Mi felicitación y mi abrazo siempre, Francisco.
ResponderEliminarPronto te mandaré lo que esperas, ya lo tengo muy hilvanado.
Feliz fin de semana
M.Jesús
Gracias, María Jesús, por un comentario tan potente y satisfactorio.
EliminarBesos.
Con tu poesía me has recordado tiempos pasados,aquellos otoños llenos de sentimientos encontrados, de juventud, de amores, ahora olvidados, me has vuelto atrás en el tiempo, me has transportado a otros otoños tan queridos como éste del que ahora nos hablas tan sabiamente
ResponderEliminarBesos, te deseo un feliz fin de semana..
Aunque no lo expresemos, existe una memoria colectiva con muchas repeticiones y similitudes. Te deseo un domingo muy feliz.
EliminarBesos.
Un poema bellísimo y emocionante se pone el vello de punta al leerlo.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, Tracy, por tu opinión y comentario.
EliminarUn beso.