11 marzo 2018

FUMANDO LA VIDA





A Arantza Guinea



En el autobús,
un largo recorrido como destino
y un libro entre las manos
con el que navegar la travesía
por aguas muy conocidas.
Asientos enfrentados, reservados
para personas con movilidad reducida.
Enfrente, un bebé en el regazo materno
juguetea con las manos que le abrazan.
De repente, un lloriqueo
me invita a levantar la mirada de la lectura
y la criatura succiona la teta con fruición.
Para la cría no hay hora. Es la hora
y encuentra la despensa presta
sin importar la intemperie de las miradas.
Vuelvo a las páginas de
Zapatos de tacón de aguja
y me envuelvo en otra fantasía;
fumando la vida,
miro hacia adelante y el futuro me espera.