Como pámpanos frondosos
que se ensortijan a mi cuerpo;
como yedra que trepa por mi tronco
hasta hacer de él un amasijo rígido;
como traza el sol su camino luminoso
desde el levante al poniente
y la luna recorre a ciegas
las veredas nocturnas y secretas;
como el viento mueve con destino incierto
las arenas sembrando nuevas dunas;
como las olas encrespan las aguas salobres
hasta quedar varadas en la orilla;
así envuelven y contorsionan
mis incautos sentidos tu música,
tus melosas y armónicas palabras,
cuando me las susurras al oído.
31 julio 2010
30 julio 2010
POR SIEMPRE
He visto el rastro de la muerte en la mirada perdida con la que quieres reconocerme, Miguel, pero las conexiones neurológicas no te permiten pronunciar mi nombre, si bien quiero leerlo en tus labios silenciosos. No obedecen tus manos; se han apagado los estímulos y sólo las muecas de una voz sin voz te permiten comunicarte con quienes te rodean. Hace unos meses se apagó la chispa burbujeante de tus numerosos correos: música, paisajes, pintores, pinacotecas y hasta museos enteros compartidos; geografías universales, ciudades, caminos, pueblos singulares, más música. Tus presentaciones y tus dedicatorias las atesoro como atesoro en mi memoria la capacidad resolutiva manual de tu padre, el artesano de los mil oficios todos ellos desarrollados con perfección. Hace meses que se cortó el modem que nos unía y ya no puedes ponerte ni al teléfono, pero en tu mirada he visto cómo seguimos amándonos, cómo cada uno de nosotros guardamos del otro un recuerdo imborrable que no podremos testar, sino que formará parte de nuestro postrer viaje, con el que nos reconoceremos en el encuentro definitivo, después de que el Padre nos haya acomodado. Nuestro lazos son más fuertes, más indisolubles que nuestra lejana familiaridad, porque están trenzados con nuestras voluntades. Has perdido la mitad de tu complexión física, Miguel, pero no así tu ser singular, genuino, único, irrepetible y destacado por encima de la media. Siempre habitaste por encima de la media, Miguel; eso te llevó a la informática y al estudio de idiomas después de jubilado; te llevó a la fotografía, a la pintura, al placer por el conocimiento. Jamás te has jubilado de la vida, Miguel, aunque ahora la vida te muestra el camino de regreso y vuelves a necesitar las atenciones de un bebé. Pero en la postración, en la indefensión inocente en la que te encuentras, tus ojos hablan de ti todo aquello que callas, que yo interpreto y que siguen siendo por siempre los valores que te adornan. No sabemos ni el día ni la hora, Miguel, pero volveremos a encontrarnos algún día; cuando nos convoquen, ya sabes quién, ya sabes dónde.
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Vivencias
29 julio 2010
PROHIBIDO
El sol se desparrama. La plaza desierta,
y la sombra esbelta de la bandera
es un figurín incorpóreo que danza sin cesar en la arena,
como los papelillos de los subalternos en tardes de viento.
Los toriles han sido desinsectados
y en los corrales dormitan los ecos sordos
de los mugidos pretéritos que rumiaban
barruntos de muerte; ahora vestigios del pasado.
La muerte tiene la verticalidad de un ciprés,
pero le ha sido anulada la cita que tenía
a las cinco en punto de la tarde,
y, talado el tronco, morirá de inanición,
según la sanción, por mayoría, del parlamento.
En el principio, la Palabra sólo prohibió
uno de los árboles del Edén; desde entonces,
el hombre, en una sucesión de faenas de aliño,
prohíbe, prohíbe y prohíbe hasta el vértigo.
y la sombra esbelta de la bandera
es un figurín incorpóreo que danza sin cesar en la arena,
como los papelillos de los subalternos en tardes de viento.
Los toriles han sido desinsectados
y en los corrales dormitan los ecos sordos
de los mugidos pretéritos que rumiaban
barruntos de muerte; ahora vestigios del pasado.
La muerte tiene la verticalidad de un ciprés,
pero le ha sido anulada la cita que tenía
a las cinco en punto de la tarde,
y, talado el tronco, morirá de inanición,
según la sanción, por mayoría, del parlamento.
En el principio, la Palabra sólo prohibió
uno de los árboles del Edén; desde entonces,
el hombre, en una sucesión de faenas de aliño,
prohíbe, prohíbe y prohíbe hasta el vértigo.
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Poesía
28 julio 2010
ISOBARAS
Las isobaras son el pentagrama sobre el que silban los vientos sus melodías, pero el hombre ha dejado de mirar al cielo para vislumbrar el día que hará mañana y, por ver lo que le cuentan los meteorólogos, se traga las noticias que le anteceden, las cuales suelen indigestarse con frecuencia, y con ello se pierde el espectáculo que ofrece gratuitamente la naturaleza. Anoche, luna llena, pero el claror de tanta incandescencia lumínica no permite percibir con nitidez la tramoya ni las bambalinas de la suprema escenografía: de tanto mirar con las orejeras de la tele, nos perdemos cada noche el espectáculo más ancestral y extraordinario desde la noche de los tiempos. Anoche me ha sorprendido la solemnidad de la cúpula oscura que nos envuelve, sus puntos luminosos, la estela por la que caminó el sol durante el día, los senderos secretos de las estrellas y su misterio. Hoy te invito a alejarte de la contaminación luminosa de la ciudad, como sin duda haré, para extasiarte ante lo creado y sentir la poquedad de lo que somos.
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Narrativa
PENSAMIENTO DEL DÍA
Cuando el círculo es vicioso, sus apetencias están fuera del perímetro.
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Pensamientos
27 julio 2010
LA VIDA SIGUE IGUAL
Mi incómodo inquilino, como las olas de mar, como las mareas y como el día y la noche, va y viene al ritmo incognito que le cuadra, pero con la misma periodicidad que cualquier otro fenómeno de la naturaleza, de ahí que yo lo acomode con mi mejor cordialidad y le dejo las puertas abiertas para su retirada. La vida sigue igual.
Como las golondrinas vuelven sobre sus pasos, vuelvo cada año a mi geografía íntima, esa que forma parte de mis paisajes en los momentos de añoranzas. Cada vez son más numerosos los que faltan, cada vez siento más cercano el vértigo de la proximidad al precipicio de la vida. Como cada año, la gente se queja del calor en verano y del frío en invierno, los hoteleros de la baja ocupación y los clientes de los servicios, con razón o sin ella; las paellas de los chiringuitos son más propias para las fotos de los guiris que para una ingestión suculenta y una digestión apacible, y los espetos de sardinas siguen estando inconmensurables; la gasolina sube y sube y los aparcamientos son cada vez más escasos o más caros; como cada año, numerosos negocios han cambiado de mano con la absurda esperanza de hacer el agosto en un par de meses, para difícilmente recuperar lo invertido y volver a dejar el testigo y las deudas en otras manos nuevamente esperanzadas. La vida sigue igual.
Como viene ocurriendo a lo largo de todo el año, otro asesinato en el seno de la familia, pero ahora es él la víctima: la anomalía que confirma la regla. La vida sigue igual y al igual que cada verano, Julio Iglesias vuelve a su casa de Ojén con su familia y aprovecha la cercanía para hacer bolos estivales y aparecer en las portadas del papel cuché, aunque este año le roba protagonismo la familia Obama que también ha elegido este maravilloso rincón de la tierra para sus vacaciones. En esos mismos días llegarán a Marbella mis hijos, pero pasarán desapercibidos -como cada año-, sin necesidad de ser nublados por ninguna otra familia de mayor pedigrí, si bien serán ellos los que llenen mis días. La vida sigue igual.
Como las golondrinas vuelven sobre sus pasos, vuelvo cada año a mi geografía íntima, esa que forma parte de mis paisajes en los momentos de añoranzas. Cada vez son más numerosos los que faltan, cada vez siento más cercano el vértigo de la proximidad al precipicio de la vida. Como cada año, la gente se queja del calor en verano y del frío en invierno, los hoteleros de la baja ocupación y los clientes de los servicios, con razón o sin ella; las paellas de los chiringuitos son más propias para las fotos de los guiris que para una ingestión suculenta y una digestión apacible, y los espetos de sardinas siguen estando inconmensurables; la gasolina sube y sube y los aparcamientos son cada vez más escasos o más caros; como cada año, numerosos negocios han cambiado de mano con la absurda esperanza de hacer el agosto en un par de meses, para difícilmente recuperar lo invertido y volver a dejar el testigo y las deudas en otras manos nuevamente esperanzadas. La vida sigue igual.
Como viene ocurriendo a lo largo de todo el año, otro asesinato en el seno de la familia, pero ahora es él la víctima: la anomalía que confirma la regla. La vida sigue igual y al igual que cada verano, Julio Iglesias vuelve a su casa de Ojén con su familia y aprovecha la cercanía para hacer bolos estivales y aparecer en las portadas del papel cuché, aunque este año le roba protagonismo la familia Obama que también ha elegido este maravilloso rincón de la tierra para sus vacaciones. En esos mismos días llegarán a Marbella mis hijos, pero pasarán desapercibidos -como cada año-, sin necesidad de ser nublados por ninguna otra familia de mayor pedigrí, si bien serán ellos los que llenen mis días. La vida sigue igual.
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Reflexiones
24 julio 2010
INQUILINO MOLESTO
Hoy se ha levantado por los pies mi inquilino, como haciendo asonancia con la adversa meteorología. Ha amanecido la mañana más lenta que de costumbre, bajo una capa densa de neblina -taró, que dicen los hombres de la mar-, y el rebelde me incomoda más de lo habitual. Sin ganas de hacer nada que no sea dejar fluir la vida, me pongo a oír a Maite Martín y Tete Montoliú –menudo tándem- y me entrego al dolce far niente. ¡Te invito: pincha!
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Vivencias
TE BUSCO A TI, LECTOR SILENTE
En este tiempo de reflexión y remanso
-en los días que denomino de aplomo-
me sobran las prisas y las beligerancias,
los desencuentros buscados u ofuscados
en un pulso que siempre acaba por ser reversible,
viendo, como aprecio, que los vencidos
terminan por ser vencedores con el paso del tiempo.
Te busco a ti, lector silente, para ofrecerte mi paz
y para recibir de ti tu beneplácito y avenencia,
si acaso tu generosidad es derrochadora.
Te busco a ti, como escudriñando en el espejo
lo que imaginé de mí sin alcanzarlo, lo que me es esquivo,
la perfección del círculo imperfecto, el oído atento
para la palabra que digo, para fundirme en la unicidad
de mis cavilaciones con tus pensamientos,
mediante la talla de sintagmas con la que esculpo
este abocetado cuerpo con el que aproximarme a ti,
buscando, como ya he dicho, tu consentimiento.
No pretendo ensartar palabras al viento,
como quien lanza una cometa en busca de arabescos,
sino hacerte pensar, si es que te apetece,
y compartir contigo lo que me hace sufrir,
lo que me alegra, lo que me excita, lo que yo siento.
-en los días que denomino de aplomo-
me sobran las prisas y las beligerancias,
los desencuentros buscados u ofuscados
en un pulso que siempre acaba por ser reversible,
viendo, como aprecio, que los vencidos
terminan por ser vencedores con el paso del tiempo.
Te busco a ti, lector silente, para ofrecerte mi paz
y para recibir de ti tu beneplácito y avenencia,
si acaso tu generosidad es derrochadora.
Te busco a ti, como escudriñando en el espejo
lo que imaginé de mí sin alcanzarlo, lo que me es esquivo,
la perfección del círculo imperfecto, el oído atento
para la palabra que digo, para fundirme en la unicidad
de mis cavilaciones con tus pensamientos,
mediante la talla de sintagmas con la que esculpo
este abocetado cuerpo con el que aproximarme a ti,
buscando, como ya he dicho, tu consentimiento.
No pretendo ensartar palabras al viento,
como quien lanza una cometa en busca de arabescos,
sino hacerte pensar, si es que te apetece,
y compartir contigo lo que me hace sufrir,
lo que me alegra, lo que me excita, lo que yo siento.
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Poesía
23 julio 2010
TAN CERCA; TAN LEJOS
En los días claros, cuando los vientos, el anticiclón o aquellas conjeturas atmosféricas propicias se ponen de acuerdo, se ve con nitidez desde Marbella el sistema montañoso del Atlas, esa atalaya natural como cortina corrida que, asomada al Estrecho, nos recuerda que la vida también late al otro lado del mar. En estos días luminosos y nítidos no es de extrañar la apetencia de cruzar esa lengua de agua, asequible y cercana, para aquellos que viven como dejándose morir.
Me llama la atención que, mientras nosotros ignoramos lo que hay al otro lado del agua salobre, la cual usamos como panorámica para solaz y recreo de nuestros refinamientos, como quien contempla una marina colgada en el salón que heredamos de nuestros mayores, quienes malviven al otro lado sueñen, ante la misma panorámica, en arriesgar lo poco que les ha tocado en el reparto de la vida, para exponerla en una patera con nocturnidad, premeditación y muchas esperanzas. Intuyen que al otro lado de la Estigia -sin olvidar el óbolo para Caronte-, les espera el Paraíso. Y mientras nuestra sociedad y la de ellos estén tan cerca, pero tan lejos, lo seguirán intentando una y otra vez, porque no existen fronteras para las ansias de vivir.
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Sociología
22 julio 2010
LO POSIBLE Y LO INALCANZABLE
Con demasiada frecuencia dejamos de hacer lo posible, porque no vislumbramos la posibilidad de llegar a concebir lo inalcanzable; así, a sabiendas de que millones de criaturas en el mundo viven por debajo del umbral de la pobreza, nos encogemos de hombros y hasta nos atrevemos a afirmar: ¡Yo no tengo una varita mágica!
En la presente campaña institucional de sensibilización de Cáritas Española, hablan de que otro estilo de vivir es posible; igualmente resaltan que muchos pequeños, haciendo cosas pequeñas, logran hacer cosas grandes. Es obvio que ni tú ni yo podemos poner remedio a los problemas de todos, pero eso no tiene por qué llevarnos a la inacción.
Cuentan que acababa de amanecer, tras una tempestuosa noche, cuando salió a pasear a Boby. Tras dejarle olisquear aquí y allá y esperar a que hiciera pipí en unos matojos, se dirigió a la playa con la intención de dar un largo paseo por el rebalaje. El agua se había alejado lo suficiente como para presentar una anchura de arena húmeda inusitada hasta el agua. Pero, ¡oh sorpresa!, estaba todo sembrado de millares de estrellas que la pleamar y el oleaje de la noche anterior había hecho varar en la orilla. Boby olía y hacía respingos cada vez que alguna estrella de mar daba vestigios de vida en su hocico. A lo lejos, un anciano, tocado con un sombrero de paja algo deshilachado por el uso, se agachaba torpemente, tomaba una de las estrellas entre sus dedos y la lanzaba con gesto de alivio al mar. Cuando estuvo lo suficientemente cerca le preguntó: ¡Buenos días, buen hombre! ¿Qué hace usted lanzando estrellas al mar? “Trato de salvarles la vida” –le contestó, al tiempo que se agachaba y se incorporaba para lanzar otra. ¿Pero no se da cuenta que hay millares de ellas -le dijo- y no podrá alcanzar su objetivo? “Tienes razón, joven”, –le replicó mientras volvía a repetir la acción anterior- y tomando otra de las numerosas estrellas entre sus manos, la lanzó al agua diciendo: "ésta también se salvó".
En la presente campaña institucional de sensibilización de Cáritas Española, hablan de que otro estilo de vivir es posible; igualmente resaltan que muchos pequeños, haciendo cosas pequeñas, logran hacer cosas grandes. Es obvio que ni tú ni yo podemos poner remedio a los problemas de todos, pero eso no tiene por qué llevarnos a la inacción.
Cuentan que acababa de amanecer, tras una tempestuosa noche, cuando salió a pasear a Boby. Tras dejarle olisquear aquí y allá y esperar a que hiciera pipí en unos matojos, se dirigió a la playa con la intención de dar un largo paseo por el rebalaje. El agua se había alejado lo suficiente como para presentar una anchura de arena húmeda inusitada hasta el agua. Pero, ¡oh sorpresa!, estaba todo sembrado de millares de estrellas que la pleamar y el oleaje de la noche anterior había hecho varar en la orilla. Boby olía y hacía respingos cada vez que alguna estrella de mar daba vestigios de vida en su hocico. A lo lejos, un anciano, tocado con un sombrero de paja algo deshilachado por el uso, se agachaba torpemente, tomaba una de las estrellas entre sus dedos y la lanzaba con gesto de alivio al mar. Cuando estuvo lo suficientemente cerca le preguntó: ¡Buenos días, buen hombre! ¿Qué hace usted lanzando estrellas al mar? “Trato de salvarles la vida” –le contestó, al tiempo que se agachaba y se incorporaba para lanzar otra. ¿Pero no se da cuenta que hay millares de ellas -le dijo- y no podrá alcanzar su objetivo? “Tienes razón, joven”, –le replicó mientras volvía a repetir la acción anterior- y tomando otra de las numerosas estrellas entre sus manos, la lanzó al agua diciendo: "ésta también se salvó".
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Reflexiones
21 julio 2010
MIS ORÍGENES
Los que tenemos la suerte de tener nuestra mesa informativa servida por Maruja Torres -un lujo que generosamente ella nos ofrece a diario-, no tenemos más remedio que contagiarnos de su necesidad de decir y comunicar cada uno de los aconteceres diarios de nuestra vida. Creo que eres tú, Maruja, quien me incita a contar cada día algún retazo de lo vivido en cada instante. Si para las masas es noticia la separación civilizada de Bono, las vacaciones ibicencas de la Obregón, los exabruptos de Belén Esteban, la inquina de Jorge Javier… para la poquedad de mi ser es todo un acontecimiento encontrarme en este instante en la humilde casa donde nací, toparme con los que aún me conocen y conozco, y estar puntualmente informado a las medias y a las enteras -con repetición-, por el reloj de la iglesia, tan cercana y silenciosa, siempre abierta, siempre ofreciéndose.
Ya nada es igual en Ojén de lo que fue mi lejana infancia, pero persiste la misma luz, el mismo destello blanco; aunque ahora la cal se ha cambiado por pintura plástica, pero sigue la tradición de enjalbegar las paredes de blanco plantando cara al hiriente sol, en un reto eterno con sus destellos luminosos. Ha crecido el caserío y hasta se ha modernizado en sus estructuras y fachadas; ya no hay animales de carga o tiro por sus calles sino Caterpillar y Buldozer, las balconadas son más numerosas, pero sigue habitando el mismo remanso a sólo 8 Km de la bulliciosa y turística Marbella.
En el entorno de mi casa y las calles que circundan a la plaza, revivo mis canicas, el aro, la piola –pídola-, altá, las cuatro esquinas, el recreo de la escuela, el agua incesantemente fresca de Los Chorros, el aroma a pan recién horneado con retamas de romero y lentisco, la escuela, las mañana de domingo y los tres toques de campana llamando a misa, los aires flamencos de la taberna del Portero, el despertar con los trinos de los pajarillos que duermen en las palmeras que flanquean la iglesia, los paseos del atardecer, los juegos en las eras, las primeras caídas de la bicicleta, mis entrañables vecinos, la dulzura de miel de mi abuela durmiéndome con cuentos…
En su iglesia, sobre una vieja mezquita, de una única nave central y un campanario algo romo, todos los sacramentos recibidos: bautismo, primera comunión, confirmación y boda; en su humilde presencia, la despedida hasta siempre de mis padres y abuelos… mi vida entera.
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Memoria
20 julio 2010
AUSENCIA
Después de tres semanas en compañía de mi nieto Alberto, esta madrugada me ha faltado su llamada: “abuelo, agua fresquita”. Han sido tres semanas como tres soplos frescos de vida, con el horario y las diversiones que se ajustan a sus cuatro años, con sus mimos, sus rabietas, sus juegos, su alegre y vivaz despertar a la vida.
Confieso que ayer, tras su marcha, lo pasé mal. Casi estuve tentado a poner en el televisor Bob Esponja, Gormiti o Dora Exploradora; pero no, di un viraje a lo que venía haciendo y puse rumbo a lo novedoso, en la confianza de que el tiempo y la brisa fresca de poniente se ocuparan de borrar la huella que hace hollar mis sentimientos.
Es magnífico pasar los días y las horas con un ser tan querido y contemplar cómo él va descubriendo el mundo. Su memoria, a diferencia de la mía, es una esponja ávida que todo lo absorbe, a quien no se le puede andar con contrariedades ni desdecir lo que le afirmamos los días pasados. Es maravilloso acompañarle en la formación de su carácter, en sus gustos, en el descubrimiento de los nuevos sabores, en sus relaciones y juegos con los otros niños en el parque o en la playa, en el vínculo inquebrantable con su mamá, a pesar de la distancia. Han sido tres semanas inolvidables, en las que fundamentalmente he sido amado y ayudado a comprenderme.
Confieso que ayer, tras su marcha, lo pasé mal. Casi estuve tentado a poner en el televisor Bob Esponja, Gormiti o Dora Exploradora; pero no, di un viraje a lo que venía haciendo y puse rumbo a lo novedoso, en la confianza de que el tiempo y la brisa fresca de poniente se ocuparan de borrar la huella que hace hollar mis sentimientos.
Es magnífico pasar los días y las horas con un ser tan querido y contemplar cómo él va descubriendo el mundo. Su memoria, a diferencia de la mía, es una esponja ávida que todo lo absorbe, a quien no se le puede andar con contrariedades ni desdecir lo que le afirmamos los días pasados. Es maravilloso acompañarle en la formación de su carácter, en sus gustos, en el descubrimiento de los nuevos sabores, en sus relaciones y juegos con los otros niños en el parque o en la playa, en el vínculo inquebrantable con su mamá, a pesar de la distancia. Han sido tres semanas inolvidables, en las que fundamentalmente he sido amado y ayudado a comprenderme.
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Vivencias
NADA NUEVO BAJO EL SOL
Como al día le sigue la noche y a ésta el parto de un nuevo día, la vida es un bucle interminable, un code en el que todo se repite de forma insistente. ¿No te ha sucedido nunca, lector, la sensación de haber vivido con anterioridad lo que acontece en este instante, la eterna sensación del déjà vie?
Hoy hablan los medios de esa especie de pandemia gremial que padecen los controladores aéreos, la cual ha generado un alto porcentaje de bajas laborales y los consecuentes efectos negativos en el trabajo, las cancelaciones de vuelos, las demoras interminables… algo que los muy suspicaces califican de huelga encubierta. Como no tengo propósitos de viajar de manera inmediata, ni espero visita que vaya a hacerlo por medios aéreos, paso la página y me encuentro con la sesión de efemérides, bajo el título, Hace 25 años, en la que leo: La Asociación Confederal de Controladores Aéreos (ACECA) decidió ayer mantener la convocatoria de huelga prevista para todos los fines de semana del verano. (sic)
En música hablaríamos de variaciones sobre un mismo tema, donde sólo los matices ponen el acento diferencial; para el común de los mortales: nada nuevo bajo el sol.
Hoy hablan los medios de esa especie de pandemia gremial que padecen los controladores aéreos, la cual ha generado un alto porcentaje de bajas laborales y los consecuentes efectos negativos en el trabajo, las cancelaciones de vuelos, las demoras interminables… algo que los muy suspicaces califican de huelga encubierta. Como no tengo propósitos de viajar de manera inmediata, ni espero visita que vaya a hacerlo por medios aéreos, paso la página y me encuentro con la sesión de efemérides, bajo el título, Hace 25 años, en la que leo: La Asociación Confederal de Controladores Aéreos (ACECA) decidió ayer mantener la convocatoria de huelga prevista para todos los fines de semana del verano. (sic)
En música hablaríamos de variaciones sobre un mismo tema, donde sólo los matices ponen el acento diferencial; para el común de los mortales: nada nuevo bajo el sol.
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Sociología
18 julio 2010
18 DE JULIO
Hoy, 18 de julio, la misma vacuidad de otras fechas descoloridas en el calendario, una fecha con historia, pero sin memoria. La fecha me hace retroceder a aquellos días en los que la playa se poblaba de los pueblerinos del interior, una fecha en la que los campesinos cumplían con el rito del ocio dictado y lucían sus torsos lechosos, mientras sus antebrazos, cuello y cara se asomaban achicharrados de intemperie al rebalaje. Era su único día de playa, su único día de ocio al año.
Nadie a mi alrededor parece recordar la fecha que en otro tiempo fuera emblemática; ni siquiera la paga extraordinaria lleva ya la fecha asociada. El viento de levante me acerca de alguna forma a todo el Mediterráneo y, por asociación de ideas, encuentro en la vieja lectura de los Trabajos y días, de Hesiodo, la justificación de aquellos hombres del interior que se veían obligados a hacer fiesta en la efemérides contra su voluntad. Seguramente ninguno había leído: No dejes nada para mañana y pasado mañana, pues ni el hombre negligente ni el moroso llenan granero, pero sí engrandece la obra el celo, pues siempre el hombre holgazán que aplaza la tarea lucha con la ruina.
La playa no estaba muy concurrida, aunque no eran muchos los metros desaprovechados sin alguna toalla, una esterilla y gente casi encuera tostándose al sol. Di un largo paseo. Observé cómo todos estaban encarados hacia el levante, como si quisieran acaparar la totalidad de rayos solares y ofrecer sus cuerpos a la brisa fresca. La caricia del agua en los tobillos comenzó con un repelús de frío, pero llegué a acoplarme y hasta disfrutarla. En la orilla, donde las mínimas olas rompían lánguidas, los chiquillos buscaban afanosos conchas y cargaban con piedrecitas con formas caprichosas y colores que se desvanecen una vez fuera del agua.
Mi torpe caminar no me permite hacer recuento de todo cuando veo y sólo observo algunos detalles. Es 18 de julio, pero ya no hay bañistas en enaguas, ni los bañadores tapan mucho más allá de la pelvis hasta bien iniciado el muslo; el reducido bikini parece resultar molesto y, en gran número, ofrecen los senos al sol y a la contemplación nada tentadora: el apetito se estimula más con lo sugerido que lo ofrecido. Son muchos los que pasean por la orilla. Algunos me adelantan y otros se cruzan conmigo sin saludarnos, sin mirarnos, como evadiendo el encuentro piel a piel. De alguna forma nos seguimos ocultando: nos ofrecemos casi desnudos, pero somos celosos de nuestra intimidad, por eso resbalamos la mirada sin apreciar más allá de los contornos, salvo excepciones obscenas.
Intuyo a lo lejos algo fuera de lo común. Las gafas de sol no me dejan ver con nitidez, pero disimulan la dirección de la mirada. Contemplo por encima de la montura y el sol de frente hace imprecisas las tres siluetas, si bien me confirma la excepcionalidad del acontecimiento. Pocos pasos más tarde creo estar de frente a tres diosas como las cantadas en los Himnos de Homero. Frecuentemente las lecturas me traicionan y no me dejan ver lo que realmente tengo ante los ojos. En este caso, no puedo afirmar qué es lo que vi, pero eso no quita que fuera la misma Atenea, la de los ojos de lechuza, la que venía hacia mí en el centro, enlazada por los brazos de otras dos diosas, como llevada en armas a los brazos de Ares. A su izquierda -a mi derecha-, creo que se trataba de la misma Ártemis, la de las flechas de oro. Sentí cómo me atravesaba el corazón los acordes de su cítara, mientras hacían coros mis silentes gritos desgarradores. A su derecha -a mi izquierda-, Hestia, la doncella engendrada por Cronos, la que decidió ser virgen todos los días. Apenas unos segundos y ya había finalizado el hechizo del encuentro. Me volví torpemente para ver cómo se alejaba de mi vista aquella fusión de lectura y realidad, pero cada vez menos podía distinguir acaso sus contornos. Ahora no sé si me engañó Afrodita o si mi mundo real está más en las páginas impresas que en el encuentro fortuito. En todo caso, no cambio por nada la sensación de aquellos instantes efímeros y eternos.
Poco después fue uno de esos negros que mercadean por la playa -los únicos vestidos-, el que me encontró a mí. Traía sus manos cargadas de relojes como manoplas sugerentes. Rechacé la oferta por no colaborar con la injusta mafia que los explota, mas no se rendía y volvía a ofrecerme un Rolex por treinta €. Me sentí ridículo regateando. La idea de que otros hacen el gran negocio con estas pobres víctimas me martilleaba la cabeza y en mi interior me resistía a la compra. Era senegalés; alto, enjuto, sonriente, amable. Imaginé la distancia recorrida y se me hizo imposible el cálculo. ¡Cuánta hambruna! Tal vez tanta como kilómetros de arena y dificultades entre su país y nuestra playa. Entonces acudió a mi memoria Diomira, una de aquellas Ciudades Invisibles de Italo Calvino, con sus sesenta cúpulas de plata y un montón de estatuas de bronce de todos los dioses. Él seguía insistiendo; como el pescador no rinde su sedal hasta no cobrar la pieza, el senegalés me repetía: ¿Cuánto? Entonces recordé el pasaje del Libro de la Sabiduría donde dice: su esperanza está llena de inmortalidad. El Rolex, tan falso como las maravillas de El Retablo cervantino, había llegado en subasta descendente a veinte €; le entregué el billete sabiendo que al menos el 18 de julio iba a comer.
Un padre y un hijo juegan con sus palas y la pelota cae a mis pies. Hago por recogerla, pero el joven acude al rescate cargado de impaciencia o desconfianza. Poco más allá tres niños hacen castillos de arena que nunca llegan a colmo. Bajo una sombrilla cercana una madre trata de callar a su hija; ésta se refugia en brazos de su padre, quien tiene que dejar de leer el periódico y le ofrece la atención que demanda. Más allá un niño llora desconsolado porque se le ha escapado de su mano el hilo de la cometa y no puede hacer nada por recuperarla. Recordé mi infancia, la infancia de mis hijos, las mañanas de playa con mi nieto, la persistencia recurrente de las vivencias.
Tenía la sensación de haber vivido mis lecturas, de haber leído las vidas ajenas. Seguía siendo 18 de julio, pero a quién importa el pasado. ¡Somos presente!
Nadie a mi alrededor parece recordar la fecha que en otro tiempo fuera emblemática; ni siquiera la paga extraordinaria lleva ya la fecha asociada. El viento de levante me acerca de alguna forma a todo el Mediterráneo y, por asociación de ideas, encuentro en la vieja lectura de los Trabajos y días, de Hesiodo, la justificación de aquellos hombres del interior que se veían obligados a hacer fiesta en la efemérides contra su voluntad. Seguramente ninguno había leído: No dejes nada para mañana y pasado mañana, pues ni el hombre negligente ni el moroso llenan granero, pero sí engrandece la obra el celo, pues siempre el hombre holgazán que aplaza la tarea lucha con la ruina.
La playa no estaba muy concurrida, aunque no eran muchos los metros desaprovechados sin alguna toalla, una esterilla y gente casi encuera tostándose al sol. Di un largo paseo. Observé cómo todos estaban encarados hacia el levante, como si quisieran acaparar la totalidad de rayos solares y ofrecer sus cuerpos a la brisa fresca. La caricia del agua en los tobillos comenzó con un repelús de frío, pero llegué a acoplarme y hasta disfrutarla. En la orilla, donde las mínimas olas rompían lánguidas, los chiquillos buscaban afanosos conchas y cargaban con piedrecitas con formas caprichosas y colores que se desvanecen una vez fuera del agua.
Mi torpe caminar no me permite hacer recuento de todo cuando veo y sólo observo algunos detalles. Es 18 de julio, pero ya no hay bañistas en enaguas, ni los bañadores tapan mucho más allá de la pelvis hasta bien iniciado el muslo; el reducido bikini parece resultar molesto y, en gran número, ofrecen los senos al sol y a la contemplación nada tentadora: el apetito se estimula más con lo sugerido que lo ofrecido. Son muchos los que pasean por la orilla. Algunos me adelantan y otros se cruzan conmigo sin saludarnos, sin mirarnos, como evadiendo el encuentro piel a piel. De alguna forma nos seguimos ocultando: nos ofrecemos casi desnudos, pero somos celosos de nuestra intimidad, por eso resbalamos la mirada sin apreciar más allá de los contornos, salvo excepciones obscenas.
Intuyo a lo lejos algo fuera de lo común. Las gafas de sol no me dejan ver con nitidez, pero disimulan la dirección de la mirada. Contemplo por encima de la montura y el sol de frente hace imprecisas las tres siluetas, si bien me confirma la excepcionalidad del acontecimiento. Pocos pasos más tarde creo estar de frente a tres diosas como las cantadas en los Himnos de Homero. Frecuentemente las lecturas me traicionan y no me dejan ver lo que realmente tengo ante los ojos. En este caso, no puedo afirmar qué es lo que vi, pero eso no quita que fuera la misma Atenea, la de los ojos de lechuza, la que venía hacia mí en el centro, enlazada por los brazos de otras dos diosas, como llevada en armas a los brazos de Ares. A su izquierda -a mi derecha-, creo que se trataba de la misma Ártemis, la de las flechas de oro. Sentí cómo me atravesaba el corazón los acordes de su cítara, mientras hacían coros mis silentes gritos desgarradores. A su derecha -a mi izquierda-, Hestia, la doncella engendrada por Cronos, la que decidió ser virgen todos los días. Apenas unos segundos y ya había finalizado el hechizo del encuentro. Me volví torpemente para ver cómo se alejaba de mi vista aquella fusión de lectura y realidad, pero cada vez menos podía distinguir acaso sus contornos. Ahora no sé si me engañó Afrodita o si mi mundo real está más en las páginas impresas que en el encuentro fortuito. En todo caso, no cambio por nada la sensación de aquellos instantes efímeros y eternos.
Poco después fue uno de esos negros que mercadean por la playa -los únicos vestidos-, el que me encontró a mí. Traía sus manos cargadas de relojes como manoplas sugerentes. Rechacé la oferta por no colaborar con la injusta mafia que los explota, mas no se rendía y volvía a ofrecerme un Rolex por treinta €. Me sentí ridículo regateando. La idea de que otros hacen el gran negocio con estas pobres víctimas me martilleaba la cabeza y en mi interior me resistía a la compra. Era senegalés; alto, enjuto, sonriente, amable. Imaginé la distancia recorrida y se me hizo imposible el cálculo. ¡Cuánta hambruna! Tal vez tanta como kilómetros de arena y dificultades entre su país y nuestra playa. Entonces acudió a mi memoria Diomira, una de aquellas Ciudades Invisibles de Italo Calvino, con sus sesenta cúpulas de plata y un montón de estatuas de bronce de todos los dioses. Él seguía insistiendo; como el pescador no rinde su sedal hasta no cobrar la pieza, el senegalés me repetía: ¿Cuánto? Entonces recordé el pasaje del Libro de la Sabiduría donde dice: su esperanza está llena de inmortalidad. El Rolex, tan falso como las maravillas de El Retablo cervantino, había llegado en subasta descendente a veinte €; le entregué el billete sabiendo que al menos el 18 de julio iba a comer.
Un padre y un hijo juegan con sus palas y la pelota cae a mis pies. Hago por recogerla, pero el joven acude al rescate cargado de impaciencia o desconfianza. Poco más allá tres niños hacen castillos de arena que nunca llegan a colmo. Bajo una sombrilla cercana una madre trata de callar a su hija; ésta se refugia en brazos de su padre, quien tiene que dejar de leer el periódico y le ofrece la atención que demanda. Más allá un niño llora desconsolado porque se le ha escapado de su mano el hilo de la cometa y no puede hacer nada por recuperarla. Recordé mi infancia, la infancia de mis hijos, las mañanas de playa con mi nieto, la persistencia recurrente de las vivencias.
Tenía la sensación de haber vivido mis lecturas, de haber leído las vidas ajenas. Seguía siendo 18 de julio, pero a quién importa el pasado. ¡Somos presente!
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Memoria
17 julio 2010
EL VERRACO DE CIUDAD RODRIGO
Con el sopor de la siesta vuelvo a leer una y otra vez la noticia para dar credibilidad a lo que ven mis ojos en la prensa: uno o varios animales bípedos, posiblemente gruñones verracos incívicos, rocían de pintura la escultura de un verraco del siglo IV a.C. en Ciudad Rodrigo. El verraco de piedra es uno de los emblemas de la localidad salmantina, acto vandálico que ha sido considerado como un atentado al patrimonio.
El verraco prerromano, ubicado en el entorno de la Plaza del Castillo, ha aparecido pintado de colores rojo y rosa, como podemos ver en la imagen difundida por EFE. La restauración de la escultura se presenta dificultosa, debido a que la porosidad del granito absorbe rápidamente el pigmento.
Esta salvajada debe ser una pista para nuestros políticos de lo mucho que necesitamos incrementar el presupuesto en educación, a pesar de la crisis económica. Mientras otros países con menor trayectoria histórica hacen fuertes inversiones en hacer acopio de cuantas obras de arte puedan llevar a sus museos y a sus plazas, noticias como esta son la evidencia del poco respeto que tenemos con nuestro patrimonio cultural y las muchas carencias cívicas de estos verracos que bien podrían dedicarse a hozar, en lugar de embadurnar con pintura nuestro patrimonio.
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Sociología
16 julio 2010
VIRGEN DEL CARMEN
Como en todas las poblaciones costeras, hoy se celebra en Marbella los tradicionales actos en honor a la Virgen del Carmen, la protectora de los marineros. En el punto culmen de la temporada veraniega, lo turístico pasa a un segundo plano y son los vinculados con el viejo oficio de la pesca -arropados con la asistencia del pueblo llano-, quienes asumen el protagonismo. A las seis y media de la mañana sale la Virgen en andas, desde la parroquia de la Encarnación para ser trasladada en procesión al Puerto Pesquero, ante cuya imagen se celebra una eucaristía a las ocho y media de la mañana; después de la misa hay reparto de chocolate y churros por parte de la cofradía de los pescadores. A las siete de la tarde sale una procesión marinera desde el Puerto Pesquero al Puerto Banús, para regresar a Marbella y desembarcar al caer la noche en el Club Marítimo, desde donde vuelve a ser llevada en andas hasta la parroquia de la Encarnación.
A todos estos actos acude el pueblo en masa, ataviados con trajes típicos y portando redes, nasas y cuantos elementos recuerdan la actividad pesquera que sigue persistiendo, aunque hoy bastante oculta tras la omnipresente actividad turística. Como acontecimiento extraordinario, este año también acompañará a la Virgen el Terral, ese viento tan malagueño que trae desde el otro lado del mar temperaturas asfixiantes, si bien en Marbella eso sólo significa unos 33 grados.
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Vivencias
15 julio 2010
CAPITAL CULTURAL
Dedicado a Marita, la persona que mejor pinta el Uruguay
Hablaba hace dos días de la Selección Española como denominador común de todos los españoles y aquí tenemos otra operación aritmética: el máximo común divisor. ¿Cómo pueden optar dieciséis capitales españolas a ser Capital Europea de la Cultura para 2016? Las otras ciudades de Europa que también se postulan como candidatas estarán frotándose las manos al comprobar que seguimos instalados en los reinos de Taifas.
Hablaba hace dos días de la Selección Española como denominador común de todos los españoles y aquí tenemos otra operación aritmética: el máximo común divisor. ¿Cómo pueden optar dieciséis capitales españolas a ser Capital Europea de la Cultura para 2016? Las otras ciudades de Europa que también se postulan como candidatas estarán frotándose las manos al comprobar que seguimos instalados en los reinos de Taifas.
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Reflexiones
ATARDECER
Cuando el sol declina y el agua de la playa se hace dorada, cuando sobra la sombrilla y la arena ha dejado de ser ardiente para ser acogedora, cuando el sol se pierde por Sierra Bermeja iluminando tenuemente Gibraltar y algunos picos del Atlas, al otro lado del Estrecho, las sombras que proyectan los cuerpos son como espumas grises y blandas que se deshilachan hacia el faro de Cala Burra, acariciadas por la brisa de la mar serena. Van quedando pocos bañistas; sólo los empecinados que pretender ganarles el pulso a los aconteceres diarios de la naturaleza o ser sus testigos. Un grupo de jóvenes se ejercitan en la apostura de sus briosas contorsiones tratando de nublar las piruetas del otro, mientras media docena de cañas son clavadas enhiestas en la orilla, como mástiles de banderas de esperanzada espera. Un niño se acerca curioso preguntando cómo va la pesquera y encuentra una respuesta parsimoniosa, desacelerada como el declinar del día. Es la última hora de luz. El sol ya se perdió por el poniente, el agua sigue tibia, pero más acariciadora, y la arena se enfría por momentos, como fría y reposada es la espera de quien usa su tiempo en ver el tránsito entre el día y la noche con la mirada puesta en el horizonte, esa línea que separa lo líquido de lo gaseoso.
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Relatos
14 julio 2010
MONALISA
Era por la tarde, caminaba en dirección al poniente como si quisiera acompañar al sol en su retirada por el horizonte. En Marbella el sol, en su retirada, tiene ecos y acento gaditano. Me percaté de una pareja muy joven, ella con larga melena rubia. Conversaban casi con gestos, uno frente al otro. Sólo se miraban a los ojos, desentendidos del resto del mundo. Evité ponerle facciones, pero no pude impedir ver en ella el rostro de juveniles días de Monalisa. Cuando la conocí, yo canturreaba la canción, pero casi desconocía a Leonardo. Éramos adolescentes. Ella era como una diosa vikinga que me parecía salida del celuloide del Cinema Moderno, yo un joven tímido e ignorante. Nos entendíamos en inglés; bueno, era ella la que hacía esfuerzos por entenderme y yo quien practicaba mi escaso vocabulario. Tenía una voz dulce; tan dulce como su sonrisa o su iluminada mirada. Su acento era de un poco más al norte, pero hablaba un inglés perfecto y fluido. Las horas en la playa, sentados uno frente al otro, desentendidos del reloj, pasaban como un soplo de brisa, como una vela nocturna; hasta que un día me tomó por las manos y el mundo se estrechó aún más. Aquella situación, ahora revivida, me traslada al verso de mi amigo, el poeta Joaquín Hidalgo: Me embriagué de luz / cuando se unieron nuestras manos.
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Memoria
13 julio 2010
LA ROJA
Creo que aun siendo muy importante conseguir el Campeonato Mundial de Fútbol, el gran éxito de la Selección Española ha sido la identificación de todos los españoles bajo una misma bandera. Somos un país un tanto extraño, tanto que ni siquiera nuestro himno tiene letra y tampoco nos hemos enterado que el mundo hace por globalizarse, mientras seguimos instalados en el patio trasero de nuestro terruño con aspiraciones de feudo, lengua, bandera propia y hasta aranceles.
No pongo en duda la calidad de cada uno de los 23 jugadores que han participado, unos más y otros menos y algunos incluso desde el banquillo; pero por mucha efectividad que tenga el goleador, sin equipo no hubiera tenido el pase preciso, sin una defensa férrea no habría ganado los partidos, sin un centro del campo que teja y trence el juego llevando el balón hasta el área nada hubiera sido posible.
Nos necesitamos unos a otros más que nunca. Hemos heredado desde el siglo XV un rancio problema de unidad que nunca ha llegado a ser efectiva, salvo cuando ha sido impuesta, pero así como ni el gol de Iniesta, ni los del goleador Villa, ni las extraordinarias paradas de Casillas hubieran servido sin el equipo, España necesita en estos momentos de crisis una mayor altura de miras de sus políticos, una unidad de destino, un buen equipo y un gran seleccionador, y todos arropados por el pueblo enarbolando la rojigualda. En mi infancia me hicieron aprender de memoria que España es una unidad de destino en lo universal, una entelequia que no llegué a comprender sino a pronunciar. Lo grandioso de este campeonato es que el fútbol ha conseguido que todos los españoles tengamos un mismo destino y una misma bandera.
No pongo en duda la calidad de cada uno de los 23 jugadores que han participado, unos más y otros menos y algunos incluso desde el banquillo; pero por mucha efectividad que tenga el goleador, sin equipo no hubiera tenido el pase preciso, sin una defensa férrea no habría ganado los partidos, sin un centro del campo que teja y trence el juego llevando el balón hasta el área nada hubiera sido posible.
Nos necesitamos unos a otros más que nunca. Hemos heredado desde el siglo XV un rancio problema de unidad que nunca ha llegado a ser efectiva, salvo cuando ha sido impuesta, pero así como ni el gol de Iniesta, ni los del goleador Villa, ni las extraordinarias paradas de Casillas hubieran servido sin el equipo, España necesita en estos momentos de crisis una mayor altura de miras de sus políticos, una unidad de destino, un buen equipo y un gran seleccionador, y todos arropados por el pueblo enarbolando la rojigualda. En mi infancia me hicieron aprender de memoria que España es una unidad de destino en lo universal, una entelequia que no llegué a comprender sino a pronunciar. Lo grandioso de este campeonato es que el fútbol ha conseguido que todos los españoles tengamos un mismo destino y una misma bandera.
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Deporte
12 julio 2010
¡CAMPEONES DEL MUNDO!
Los momentos brillantes de la final: LAS PREDICCIONES DE PAUL, EL GOL DE INIESTA, EL TROFEO Y EL BESO DE CASILLAS A SARA
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Deporte
10 julio 2010
HAIKUS POR SOLEÁ
Me saben a miel de abeja
los besos que tú me das,
con tu boquita de fresa.
En cuanto tú estás conmigo,
se me olvidan los tormentos
y termina mi castigo.
No necesito que digas
para saber lo que piensas
y mis pasitos te sigan.
Déjame que vaya y venga
recorriendo en mi memoria
lo que a mí más me convenga.
Vivir sin ti no es vivir,
y siempre me sabe a poco
cuando disfruto de ti.
Es tan firme mi querer,
que quiero porque te quiero,
porque te quiero querer.
Ser para ti yo me pido,
música, sabor, mirada, tacto y aroma:
¡Tus cinco sentidos!
¿Será por eso
que siempre que así puedo
te robo un beso?
Amores fieros:
el tuyo es firme,
el mío eterno.
los besos que tú me das,
con tu boquita de fresa.
En cuanto tú estás conmigo,
se me olvidan los tormentos
y termina mi castigo.
No necesito que digas
para saber lo que piensas
y mis pasitos te sigan.
Déjame que vaya y venga
recorriendo en mi memoria
lo que a mí más me convenga.
Vivir sin ti no es vivir,
y siempre me sabe a poco
cuando disfruto de ti.
Es tan firme mi querer,
que quiero porque te quiero,
porque te quiero querer.
Ser para ti yo me pido,
música, sabor, mirada, tacto y aroma:
¡Tus cinco sentidos!
¿Será por eso
que siempre que así puedo
te robo un beso?
Amores fieros:
el tuyo es firme,
el mío eterno.
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Poesía
09 julio 2010
UN RESIDENTE MOLESTO
Uno llega a habituarse a lo cotidiano hasta lo insospechado; hasta el extremo que ese aguante a otros puede sonarle a heroicidad, aunque no sea para tanto. Hoy cargo sobre mi espalda a un residente molesto que en otros instantes pasa desapercibido, salvo cuando -este es el caso de hoy- saca carácter y el dolor crónico se hace más agudo que de costumbre. Un residente molesto que convive conmigo y que templa el acero de mi cuerpo hasta hacerlo frágil y maleable.
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Vivencias
08 julio 2010
LA OTRA NOTICIA DEPORTIVA DEL DÍA
Los políticos son especialistas en cuantificar las noticias, así como en infiltrarlas en la medida de sus intereses, algo que otros también aprenden e imitan. Ayer, cuando las páginas deportivas de los medios de comunicación estaba claro que se ocuparían de la participación de España en el Mundial de Fútbol, fuera cual fuera el resultado, Lopera vendió el 51% de las acciones del Betis, noticia que ha quedado sepultada bajo la marea de La Roja.
Imagino que esos 16 millones de Euros serán compensación suficiente para que don Manuel recupere su estado anímico, tras haber escuchado en varias ocasiones los gritos de los aficionados pidiéndole que se fuera. En todo caso, el centenario club merece recuperar la situación deportiva que no debiera haber perdido y unos dirigentes con las ideas claras y las manos limpias, para que le devuelva a la afición las ilusiones perdidas.
Imagino que esos 16 millones de Euros serán compensación suficiente para que don Manuel recupere su estado anímico, tras haber escuchado en varias ocasiones los gritos de los aficionados pidiéndole que se fuera. En todo caso, el centenario club merece recuperar la situación deportiva que no debiera haber perdido y unos dirigentes con las ideas claras y las manos limpias, para que le devuelva a la afición las ilusiones perdidas.
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Deporte
07 julio 2010
¡VIVA SAN FERMÍN, GORA SAN FERMÍN!
Cuando el calor aprieta y los medios de comunicación adelgazan sus contenidos -este año muy ocupados en el Mundial de Fútbol y en la gesta española-, los encierros, con cada día más adeptos, se convierten en una cita ineludible y esperada, a pesar de que para ello haya que madrugar. Quienes seguimos desde hace años estas retrasmisiones televisivas, incluso conocemos a la mayoría de los corredores habituales y hasta apreciamos en ellos el paso del tiempo.
Hace muchos años, a mis veintipocos, estuve en Pamplona en tan señera ocasión, pero mucho antes de que pudiera sonar el chupinazo ya estaba ocupando un asiento en los tendidos de la plaza de toros. No tuve valor para participar en el encierro, pero aún hoy lamento haber dejado pasar los días y los años sin probarme.
La otra fiesta mediática del mes de julio, también a una hora incómoda, es el Tour de Francia; mal que nos pese, la mejor carrera ciclista por etapas del mundo. Cuando ésta acabe, cantado y llorado un año más el “pobre de mí”, caeremos en el sopor de la siesta y en el sesteo de los largos días del verano.
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Memoria
06 julio 2010
MARBELLA BUSCA NUEVOS TALENTOS
Leo con interés en el diario SUR una noticia sobre Marbella que despierta mi interés: Marbella busca nuevos talentos.
Es imprescindible reconocer que los foráneos han hecho de Marbella lo que ha sido y lo que es, tanto en lo bueno como en lo malo. Sin las valiosas aportaciones del príncipe Alfonso de Hohenlohe, José Luque Manzano, Ignacio Coca, Ricardo Soriano, el Conde Rudi, José Banús, etc., el despertar turístico de Marbella, a pesar de su especial microclima al abrigo de La Concha, hubiera sido distinto y cuando menos más lento. Desde los años sesenta gozó Marbella un despertar turístico de calidad, con establecimientos de cinco estrellas, que le distanciaban del sol, sangría, playa y discotecas de Torremolinos. Pero también han escrito las páginas de su historia los presuntos saqueadores del caso Malaya y sus malayas maneras de gestionar trincando más que aportando.
La decepción sobre el titular ha sido cuando he descubierto que en lugar de buscar talentos que saquen a Marbella de la paupérrima situación económica local y generalizada -con el descubrimiento de nuevos promotores como los anteriormente citados-, de lo que se trata es de una promoción artística más, otro reality de promoción artística que más que gloria futura a la ciudad dará, si acaso, carnaza televisiva y nuevas frustraciones en busca de la fama efímera.
Es imprescindible reconocer que los foráneos han hecho de Marbella lo que ha sido y lo que es, tanto en lo bueno como en lo malo. Sin las valiosas aportaciones del príncipe Alfonso de Hohenlohe, José Luque Manzano, Ignacio Coca, Ricardo Soriano, el Conde Rudi, José Banús, etc., el despertar turístico de Marbella, a pesar de su especial microclima al abrigo de La Concha, hubiera sido distinto y cuando menos más lento. Desde los años sesenta gozó Marbella un despertar turístico de calidad, con establecimientos de cinco estrellas, que le distanciaban del sol, sangría, playa y discotecas de Torremolinos. Pero también han escrito las páginas de su historia los presuntos saqueadores del caso Malaya y sus malayas maneras de gestionar trincando más que aportando.
La decepción sobre el titular ha sido cuando he descubierto que en lugar de buscar talentos que saquen a Marbella de la paupérrima situación económica local y generalizada -con el descubrimiento de nuevos promotores como los anteriormente citados-, de lo que se trata es de una promoción artística más, otro reality de promoción artística que más que gloria futura a la ciudad dará, si acaso, carnaza televisiva y nuevas frustraciones en busca de la fama efímera.
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Reflexiones
05 julio 2010
UN VECTOR Y DOS SENTIDOS: IDA Y VUELTA.
En cierta ocasión hice broma diciendo que jamás había encontrado la raíz cuadrada, por mucho que había removido la tierra del jardín, aludiendo a la poca aplicación que ciertas operaciones aritméticas tienen en la vida del común de los mortales. No podría decir lo mismo de la magnitud del vector.
¿Son vectoriales los cantes de ida y vuelta, aquellos que tomando como base los sones de la música popular hispanoamericana se han aflamencado? Me refiero a la milonga, la vidalita, la rumba, la colombiana, la guajira. Yo diría que sí, ya que estamos ante una magnitud en la que considerar el punto de aplicación, la dirección y el sentido: el flamenco viajó a América, de allí tomó algunas músicas populares y regresó a España transformando esos sones en estilos netamente flamencos.
Algo así es lo sucedido con José Montilla, presidente de la Generalidad de Cataluña, y Miguel Poveda, cantaor flamenco: dos magnitudes de signo inverso. Montilla, tras nacer en Iznájar, Córdoba, se traslada a Cataluña a los 16 años, paso por la universidad de Barcelona, sin llegar a acabar ninguna licenciatura, y hoy no sólo es catalanoparlante, sino que profesa el catalanismo con todas sus consecuencias y ocupa la más alta magistratura catalana. Poveda, catalán nacido en Barcelona, de padre murciano y de madre manchega, sin ascendencia andaluza, se enamoró del flamenco y es hoy día la más grande figura del género, a pesar de las discrepancias de algunos ortodoxos, por su incursión en otros géneros musicales como la copla, algo que nadie se atrevería a discutir a Manolo Caracol. Además de figura incuestionable del flamenco, pasa la mayor parte del tiempo en Andalucía, a la cual siente que pertenece. Un vector y dos sentidos: uno de ida y otro de vuelta.
¿Son vectoriales los cantes de ida y vuelta, aquellos que tomando como base los sones de la música popular hispanoamericana se han aflamencado? Me refiero a la milonga, la vidalita, la rumba, la colombiana, la guajira. Yo diría que sí, ya que estamos ante una magnitud en la que considerar el punto de aplicación, la dirección y el sentido: el flamenco viajó a América, de allí tomó algunas músicas populares y regresó a España transformando esos sones en estilos netamente flamencos.
Algo así es lo sucedido con José Montilla, presidente de la Generalidad de Cataluña, y Miguel Poveda, cantaor flamenco: dos magnitudes de signo inverso. Montilla, tras nacer en Iznájar, Córdoba, se traslada a Cataluña a los 16 años, paso por la universidad de Barcelona, sin llegar a acabar ninguna licenciatura, y hoy no sólo es catalanoparlante, sino que profesa el catalanismo con todas sus consecuencias y ocupa la más alta magistratura catalana. Poveda, catalán nacido en Barcelona, de padre murciano y de madre manchega, sin ascendencia andaluza, se enamoró del flamenco y es hoy día la más grande figura del género, a pesar de las discrepancias de algunos ortodoxos, por su incursión en otros géneros musicales como la copla, algo que nadie se atrevería a discutir a Manolo Caracol. Además de figura incuestionable del flamenco, pasa la mayor parte del tiempo en Andalucía, a la cual siente que pertenece. Un vector y dos sentidos: uno de ida y otro de vuelta.
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Reflexiones
04 julio 2010
ENSUEÑO
A mi lectora Nerim.
Te había soñado.
Antes de ser, te había soñado
cabalgando en la cresta chantillí de una ola azul
arribando a mi orilla hasta abrazarnos
varada en la arena festiva de mi palabra.
Eras una ninfa surtida
de las profundidades de la Atlántida,
una dársena en la que recalar
el curso de mis decires,
complemento que da entidad a mi discurso.
Como el eco se fundamenta e injerta
en la soledad de la montaña,
como el dardo tiene vocación de diana,
yo te he soñado como destino,
como vasija en la que contenerme
y ser en ti la identidad que anhelo.
He soñado mi significante, sin ti huero,
encaramado en la caracola de tu oído
y allí la corporeidad que busco.
Te he soñado cóncava
para mi convexidad de lengua de espada
y así hacernos uno, emisor-receptor,
y allí dejar de ser vaciedad inocua.
Te he soñando
como se sueña el reflejo del espejo,
donde nunca está quien se mira,
sino el ideal incompleto de lo irrealizable;
pero te han parido los dioses
para hacer beldad lo que sin ti,
-lectora atenta-
carece de sentido.
Te había soñado.
Antes de ser, te había soñado,
Y ahora eres materialidad que me conforta.
Te había soñado.
Antes de ser, te había soñado
cabalgando en la cresta chantillí de una ola azul
arribando a mi orilla hasta abrazarnos
varada en la arena festiva de mi palabra.
Eras una ninfa surtida
de las profundidades de la Atlántida,
una dársena en la que recalar
el curso de mis decires,
complemento que da entidad a mi discurso.
Como el eco se fundamenta e injerta
en la soledad de la montaña,
como el dardo tiene vocación de diana,
yo te he soñado como destino,
como vasija en la que contenerme
y ser en ti la identidad que anhelo.
He soñado mi significante, sin ti huero,
encaramado en la caracola de tu oído
y allí la corporeidad que busco.
Te he soñado cóncava
para mi convexidad de lengua de espada
y así hacernos uno, emisor-receptor,
y allí dejar de ser vaciedad inocua.
Te he soñando
como se sueña el reflejo del espejo,
donde nunca está quien se mira,
sino el ideal incompleto de lo irrealizable;
pero te han parido los dioses
para hacer beldad lo que sin ti,
-lectora atenta-
carece de sentido.
Te había soñado.
Antes de ser, te había soñado,
Y ahora eres materialidad que me conforta.
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Poesía
03 julio 2010
02 julio 2010
HACER AMIGOS
Mi nieto me está enseñando a comprender que no es tan difícil hacer amigos. A los mayores nos cuesta mucho abrirnos a los demás: “¡buenos días, buenas tardes!”, apenas un saludo de cortesía y basta, ahí acaba todo atisbo de conversación, y en la mayoría de los casos ni siquiera una palabra. Un niño llega a la playa o al parque solo con sus mayores y al poco rato está jugando con alguien a quien no conoce y posiblemente no vea nunca más. “¿Cómo te llamas?”, le pregunta, y desde el intercambio de nombres juegan como si se conocieran de toda la vida.
El hombre es una animal social, pero siempre es mayor la proporción de animal que la de social, por eso es tan terco en aprender; aunque sabemos por experiencia que no podemos vivir solos, nos empeñamos en aislarnos del resto atrincherándonos con recelo. Necesitamos comunicarnos, encontrar nuestra propia identidad en el otro, pero insistimos en vivir aislados como parapetados por un caparazón invisible.
Curiosamente, Internet ha abierto una brecha en las relaciones personales de difícil explicación. Las mismas personas que apenas nos relacionamos con los que tenemos próximos, entablamos amistades con personas de cualquier lugar del globo y de cualquier cultura, muchas veces muy distintas de la nuestra. ¿Dónde está la clave? Yo diría que la clave está en el territorio. Nos resulta más fácil relacionarnos en el bar que invitar a alguien a nuestro domicilio; nos resulta más cómodo intercambiar un e-mail o un sms que estar a medio metro de distancia y mirar al otro a los ojos, a sabiendas que el que está lejos puede mentirnos, mientras que el que tenemos cara a cara nos habla no sólo con palabras, sino con sus gestos y con la mirada. No digo que no sean válidas las relaciones epistolares, pero practiquemos también las relaciones sociales con nuestros vecinos.
El hombre es una animal social, pero siempre es mayor la proporción de animal que la de social, por eso es tan terco en aprender; aunque sabemos por experiencia que no podemos vivir solos, nos empeñamos en aislarnos del resto atrincherándonos con recelo. Necesitamos comunicarnos, encontrar nuestra propia identidad en el otro, pero insistimos en vivir aislados como parapetados por un caparazón invisible.
Curiosamente, Internet ha abierto una brecha en las relaciones personales de difícil explicación. Las mismas personas que apenas nos relacionamos con los que tenemos próximos, entablamos amistades con personas de cualquier lugar del globo y de cualquier cultura, muchas veces muy distintas de la nuestra. ¿Dónde está la clave? Yo diría que la clave está en el territorio. Nos resulta más fácil relacionarnos en el bar que invitar a alguien a nuestro domicilio; nos resulta más cómodo intercambiar un e-mail o un sms que estar a medio metro de distancia y mirar al otro a los ojos, a sabiendas que el que está lejos puede mentirnos, mientras que el que tenemos cara a cara nos habla no sólo con palabras, sino con sus gestos y con la mirada. No digo que no sean válidas las relaciones epistolares, pero practiquemos también las relaciones sociales con nuestros vecinos.
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Reflexiones
01 julio 2010
LA PISCINA INFANTIL: UN LUGAR PARA LA REFLEXIÓN
Como en un semillero están presentes todas las potencialidades de las futuras plantas, una piscina infantil es el lugar apropiado para estudiar el carácter de los hombres del mañana. No es que haya ido a ese recinto pensando en hacer un estudio de personalidades, sino que observando los juegos infantiles he visto el germen del mañana.
A poco que se junten ocho o diez niños, aparecen entre ellos el líder que quiere manejarles, el tímido que siempre se queda rezagado, el miedoso que no se atreve pero que le gustaría hacer lo mismo que aquél otro valentón que nunca ve el peligro, el de lágrima fácil que ocurra lo que ocurra acaba siempre llorando, el que imita los gestos y maneras del dicharachero… Entrar en los tipos de pelos y piel o en la belleza o fealdad podría herir susceptibilidades y no es mi intención herir a nadie.
Con frecuencia van los niños con algún juguete apropiado para la piscina, pero también hay otros muchos que no llevan nada. Este año paceré que está de moda una especie de fusil de agua, como de un metro de largo. El caso es que de repente aparece un niños con media docena de juguetes y termina por no tener con qué jugar, porque de inmediato todos quieren aquello que no tienen. Por mucho que padres y maestros les enseñen a compartir, el instinto del que tiene es conservar y acaparar; mientras que los otros tratan de disfrutar de lo que no les pertenece. El egoísta termina llevando un juguete ajeno en cada mano y otro escondido en el interior del bañador, el llorica termina siempre llorando tenga el que tenga, el líder va convenciendo a cada uno para disfrutar del que le apetece en cada momento, el tímido se queda esperando a que le ofrezcan alguno sin intentar conseguir ninguno, el manazas rompe su juguete y le arrebata a otro el suyo, el valentón impone su gusto por la fuerza, el generoso le da el suyo al llorón para que no lo haga… Y así, como la vida misma, la piscina infantil es un semillero de personalidades del mañana.
A poco que se junten ocho o diez niños, aparecen entre ellos el líder que quiere manejarles, el tímido que siempre se queda rezagado, el miedoso que no se atreve pero que le gustaría hacer lo mismo que aquél otro valentón que nunca ve el peligro, el de lágrima fácil que ocurra lo que ocurra acaba siempre llorando, el que imita los gestos y maneras del dicharachero… Entrar en los tipos de pelos y piel o en la belleza o fealdad podría herir susceptibilidades y no es mi intención herir a nadie.
Con frecuencia van los niños con algún juguete apropiado para la piscina, pero también hay otros muchos que no llevan nada. Este año paceré que está de moda una especie de fusil de agua, como de un metro de largo. El caso es que de repente aparece un niños con media docena de juguetes y termina por no tener con qué jugar, porque de inmediato todos quieren aquello que no tienen. Por mucho que padres y maestros les enseñen a compartir, el instinto del que tiene es conservar y acaparar; mientras que los otros tratan de disfrutar de lo que no les pertenece. El egoísta termina llevando un juguete ajeno en cada mano y otro escondido en el interior del bañador, el llorica termina siempre llorando tenga el que tenga, el líder va convenciendo a cada uno para disfrutar del que le apetece en cada momento, el tímido se queda esperando a que le ofrezcan alguno sin intentar conseguir ninguno, el manazas rompe su juguete y le arrebata a otro el suyo, el valentón impone su gusto por la fuerza, el generoso le da el suyo al llorón para que no lo haga… Y así, como la vida misma, la piscina infantil es un semillero de personalidades del mañana.
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