Noble
arquitectura tu mirada,
la
derrochada en la noche de los cielos toscos.
MARITXÉ ABAD I BUENO
Centelleante,
luminosa como estrella fugaz
que corretea el firmamento
de un lugar a otro,
con su mirada electrizante
y cubriendo de versos y voz
cálida
la anchurosa franja que va
desde la huerta valenciana
a la ciudad nazarena.
Ella es un permanente
amanecer,
como retazos de otoño en primavera
que no se eclipsan
con singladuras y mejunjes literarios;
ella es de un ángel, un
volcán en erupción,
una princesita que sueña
y juega a ser mayor; que
sueña
y ensueña. Sueña y fantasea con
letras
en lugar de hacerlo con
muñecas.