El
amigo fiel, el amigo cierto,
como
un bosque frondoso, cubriendo los sueños.
JOAQUÍN HIDALGO CEJUDO
La amistad, como la lluvia,
llega en el momento
insospechado
ofreciéndose, sin demandar nada,
y acaba por empaparlo todo
preparando con mimo el
barbecho de tu vida
para futura cosecha generosa
en abundancia y dones,
de la que , al principio, ni
se adivina la simiente,
ni se conoce el sabor de su estirpe;
es semilla que muere en la
tierra de cada día
y que acabará por germinar y
da flor
y luego frutos abundantes y
nutritivos.
El amigo fiel participa de
tus gozos
y bebe y brinda con ellos,
pero se hace presencia
silente
en los acontecimientos
oscuros de tu vida;
no recela, no envidia, ocupa
siempre un discreto
segundo o tercer plano.
Está, por supuesto
que está con la mano tendida
para levantar,
también para aplaudir, nunca
para reclamar;
como la mano de un dios
menor,
es tea en lo oscuro y obrera
en el silencio
y se goza en su hacer desde
el anonimato.
Eso es la amistad. Quien la probó, lo sabe. Que diría el poeta.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Un fuerte abrazo, Cayetano.
EliminarLa amistad es un excelente regalo de Dios por ello hay que cuidarla con esmero.Saludos
ResponderEliminarBien dices, Charo. Muchas gracias por tu punto de vista.
EliminarUn abrazo.