31 octubre 2018

APRECIACIÓN




Los científicos ponen nombre
a cada una de las capas del aire
que se sustentan, milagrosamente,
por encima de nuestras cabezas:
troposfera, estratosfera, mesosfera…

Los médicos también distinguen
entre epidermis, dermis, hipodermis…

Yo sólo aprecio y diferencio
el roce contigo: ese chispazo
electrizante o magnético
que me certifica que tú eres tú
y ambos nos perdemos en la unidad.

30 octubre 2018

NOCHE DE PESADILLAS




Y sucedió, que aquello que maliciaba
acabó acaeciendo en la noche,
entre sudores y suspiros,
entre gritos de quebrantos
que nadie parecía escuchar
como si no los hubiera voceado,
como si nada de eso hubiera sucedido.

Primero fue lo del accidente
en un coche que ni conducía
ni nunca había montado en él;
la carretera también irreconocible,
así como la señora herida que estaba
apresada entre el asiento y el volante.

Bajo el foco cegador del posible quirófano,
mi hijo, sierra en mano y muy decidido,
dispuesto a cortar sin reparos;
mi hermano, con gorro y mascarilla verde,
animándole a cortar sin titubeos.

Después no supe más, hasta que desperté
sintiendo un dolor tremendo
en la pierna izquierda, esa que tuve en mala postura
y en vez de descanso me dio una noche infernal.

29 octubre 2018

LA VIDA MISMA




En el tablero de blancas y negras,
crucial batalla en campo de escaques
cronómetro en mano, toque de salida:
en la avanzadilla, peones de milicia
sin atalajes ni apenas pertrechos
avanzan paso a paso de frente,
por el sobresalto de los duros zarpazos;
un camino hacia adelante con ataques laterales
y el objetivo puesto en la orilla opuesta
sorteando peligros. Por sorpresa,
un jaco se planta de un brinco en zigzag
como un aparecido; mientras,
el alfil sesga el campo al bies
y la torre se desliza de frente y sin límites.
Objetivo: derribar al Monarca,
más la reina conoce los vericuetos palaciegos
y practica cada una de las escaramuzas
en los márgenes del campo de batalla;
un alto número de infantes moribundos
por cada mariscal de campo puesto en peligro.
¡Jaque mate! El ajedrez, un juego.
¿Un juego? La vida misma.

28 octubre 2018

TIEMPO DE ESPERA




Cuando salgas al campo
y el aroma te conduzca
a un plantío de naranjos,
observa cómo en ese verde permanente
cohabita a relevos el níveo del azahar
y el anaranjado jugoso del fruto.

Cuando el paseo te conduzca
a una alineación de olivos,
─plantados a cordel─
y si en medio de ese mar
sólo aprecias desolación,
piensa en lo ancestral y básico
de la comida mediterránea.

Cuando en el secarral de lomas peladas
divises la desnudez de la higuera,
sus brazos artríticos
en disputa con los sarmientos
separados de las cepas de la vid,
no cunda en ti la desolación,
pues es tiempo de espera.

27 octubre 2018

¿QUÉ COSA ES EL OTOÑO?




A Isidoro Jara, que me provee de bellas imágenes.

Era una niña tímida, pero aplicada;
solía resolver con mayor eficacia
las ecuaciones y los ejercicios de química
que la comunicación con sus compañeros de clase,
pues su ineficacia social era ostensible
como lo era también superar las tablas de gimnasia.
Cuando le hacían salir al encerado,
era como una comba suspendida que no acaba de voltear
y se quedaba in albis
por un espacio de tiempo inesperado.
Se sabía observada y objeto de risas jocosas
que resolvía bajando la cabeza
y perdiéndose en los libros.
En cierta ocasión, el profesor de Naturales
pidió a la clase que, de manera sucinta,
explicasen al resto en qué consiste el otoño;
ella, después de azorarse,
abrió las páginas de un libro del que sacó una hoja disecada
y levantándose, con su brazo en alto, la mostró y dijo:
la vida que declina y se renueva.

26 octubre 2018

DIOSA




Bajo la melena de cereal
mecida por el viento,
unas margaritas son diadema en su cabeza
y en las comisuras de sus labios
un panal empapado de deseo
se asoma a su boca
─granada abierta─
inaugurando la mañana
con sones de alegre marcha encendida.

En el mar de sus ojos,
el azul del cielo destila privilegios
con los que sentirse señalada
y un corpiño ciñe sus exuberancias
como elevaciones indiscretas que se asoman
a un precipicio.

Lleva la cintura ceñida por un abrazo de cuero
del que vierte, ampulosa,
la vestidura talar que se hace tobillera
antes de llegar al suelo
sobre el que camina descalza,
de puntillas, como quien sobrenada vaporosa
sin dejar huellas.

25 octubre 2018

ALUMBRA EL NUEVO DÍA




Por el prado, las primeras luces del día
y en la nebulosa de mis pensamientos
su imagen virginal y la ensoñación
de su cuerpo iluminado que el candor ignora.

Se acentúa la luz y confirma
la plenitud radial por el horizonte;
ahora ya es visible el regato,
cuyo cántico se hace más perceptible;
una bandada de pájaros se ejercitan
en vuelos rasantes y un pequeño ejército
de bocas ponzoñosas se abrigan en el avispero.

De manera anónima, se pierden las criaturas
de la noche y despiertan a la vida los que dormían;
de las madrigueras renacen bostezos de hambre
y un nuevo asecho sucede
al de los serenos vigilantes de lo dormido.

Toma vida el color y la hierba húmeda
comparte acomodo con un arrebato de color,
antes desapercibido que ilumina la floresta.

Alumbra el nuevo día y se hace visible la vida
como si antes durmiera a la luz de la luna.

24 octubre 2018

CON LAS PRIMERAS LUCES DE LA AURORA




Con las primeras luces de la aurora
se descorre el visillo opaco
donde se refugiaban las estrellas
y de repente todo es indecisión,
cristal manchado como manto húmedo;
sobre la hierba, sobre las plantas,
sobre cada flor, un baño de perlas
traslúcidas de rocío, un riego virginal
y generoso como abrevadero y aseo
que la naturaleza regala a manos llenas.

Es como el beso húmedo de la luna
que pone tersura antes de los primeros rayos de sol,
en contraste con el día que quiere romper,
cuando la brisa agita los olivos
y pone una escala visual tornasolada de verde y blanco
que se mece a ritmo binario
anunciando el nuevo día; a lo lejos
serpentea en el camino las primeras siluetas
anunciando la llegada de los vareadores
y de inmediato, la agitación se acompasa
con la presencia de los olivareros.

23 octubre 2018

SINFONÍA NOCTURNA

Fotografía de Escolástico Martín, "Tico"



Cansado de brillar, de alumbrar
desde el cielo el de los rayos de oro,
recoge sus flecos
hasta ensimismarse y desaparecer
en el manto oscuro de la noche.

Cuando la tristeza se apodera
de los pasados delirios de luz,
contagia de desesperanza a todo el orbe
mientras un dorado destello se recorta
tras el perfil delineado de los montes;
entonces, poco a poco, como todo se ensombrece,
una penumbra anaranjada se sube al carro
de una nube arriñonada.

Según se adapta la vista a la opacidad,
miles de puntos de luz se derraman
por el firmamento como espuma de cava
que burbujea alegre la bóveda
e ilumina de feria con millones de farolillos,
cual sinfonía nocturna y ancestral.

22 octubre 2018

LOS ZAPATOS DEL INDIGENTE




Hay poemas que no terminan nunca.
Por la curvatura de su cansancio
pasa de largo ante mí.
El silencio guarda todas las palabras
sobre la cuerda
de su circunferencia
con el cabello al viento;
mientras la vida estalla en las marismas
y tus manos
aprenden a reconstruir las orillas de mi piel.
Las manos posan sobre manto de trigo
que nunca llegó a verdecer
y un hueco de tu profunda espiral
abrazándote al vacío de su pecho
se ha escondido en el lado oscuro del pijama;
con su luz en tinieblas
se escapó el lado tierno de los días
y comienzo a caminar.
Es implacable como la verdad,
ya que nada duele más que la tristeza
─siempre viajera en tus zapatos─
que se alimenta de la sangre
que no se bebe la tierra,
cuando el sol incendia la orilla de los suspiros
reflejada en el lago de hielo de la cocina,
para limpiar su mezquindad.
Ha caído una lágrima de sangre,
el aire resopla entre las arrugas
y retuerces los labios
donde las pelusas esconden mi desidia,
porque la amistad lucía en las miradas
aferrada a los ejes del círculo,
para cubrir con humo la sonrisa.
Hay que llorar con el afligido,
calzarse los zapatos del indigente
con mantos estrellados;
siento el frío pegado al dobladillo de mis huesos
y me lanza su aliento con gotas de su pétrea saliva.
Bajo el puente,
el desfiladero de la angustia
se nutre de las almas que llegan a ella;
no seremos libres nunca,
mientras la oscuridad nos devora
y nosotros seguimos con los ojos cerrados.

21 octubre 2018

GUIRNALDA ENLUTADA




Ya no volverás a acariciar mis oídos
con tu acento multicolor,
ese que hacía frontera entre Cataluña
y el País Vasco, con cadencias latinas
y que con tanta facilidad se enroscaba
en el rompeolas de mis adentros.

Ahora, inerte, eres puro festín de sentimientos
arrebatados que se oponen en la coyunda
de este quebranto, tan esperado como temido.
Mujer de labios de luz, de mirada sagaz,
de mente panorámica como el horizonte
y sonrisa de brisa al amanecer;
en tu aurora constante, manantial inquieto,
no solías reclinarte para implorar
ni hacías por acicalarte el alma,
pero dejabas en mis manos el salterio
colgando en mi espalda una mochila de salvaguarda.

Guirnalda enlutada que oscureces
los silencios azules de octubre,
pájaro y vuelo, planeo,  nido vacío,
tinta de esperanza la noche sobrevenida
y guárdame un asiento preferente
donde bailaremos como dantzaris.

20 octubre 2018

QUIETUD DEFINITIVA




Ha paseado el tiempo
sobre la barandilla de los días.

ASUNCIÓN CABALLERO



Primero fue el bullicio, la agitación,
las prisas, la aceleración por la aventura de vivir,
por descubrir la cascada de acontecimientos
y levantarse tras cada caída
sin sentirse fracasado.

Más tarde vinieron las decepciones
con la aplastante precisión de lo cotidiano
goteando como grifo mal cerrado
insistente y reiterativo.

Finamente, en el otoño,
vamos descubriendo la voracidad
de esos cánticos de juventud,
alocados y efímeros
y descubrimos el gozo irremplazable
del sonido del silencio,
la pausa activa de la reflexión
y la dulce compañía de la soledad
como ensayo para la quietud definitiva.

19 octubre 2018

AMO LA MÚSICA





Amo la música,
lo mismo el seco tambor rítmico
o las palmas a compás
de quien carece de instrumento;
también los labios que acarician las notas musicales
y sus silbidos son besos al aire.

En mis oídos, aquella orquestina
─saxo, clarinete, trompeta y batería─
que revestía al pueblo de festivo
a ritmo de pasodobles
y dejaban un halo de nostalgia tras de sí,
como vida arrancada
de su estado más apacible.

En la radio, como cantinela repetitiva,
la sinfonía del Nuevo Mundo de Dvořák
y alternancias de Granados
y Albéniz en los jardines de España.
No recuerdo a Bach en aquellos espacios publicitarios,
tampoco la simpar locura creativa
y variada de Mozart,
salvo Eine kleine Nachtmusik.

En las tabernas, Caracol y Marchena;
siempre una dicotomía esta España nuestra:
lo uno y lo otro sin sumar el todo,
sino la exclusión de la parte por ambición del todo.

18 octubre 2018

LA NATURALEZA ES UN TEMPLO





La naturaleza es un templo
en el que el hombre es a veces
un extraño y otras un sacrílego:
unos son incapaces de usar sus recursos
mientras otros unos profanadores.

Allí una paleta infinita de colores,
un crisol de aromas embriagadores
que evocan situaciones y recuerdos;
allí un vergel de vidas y sonidos,
la batuta invisible de una gran orquesta,
el armonio acústico de lo inimitable,
de donde los músicos caligrafían sus partituras
al amparo de los vientos.

Vida. Vida latente: vegetal, mineral, animal;
festín de lo ínfimo y lo mayestático:
reino absoluto.
Y el hombre…

El hombre tirano de todas las especies.

17 octubre 2018

MIENTRAS ME ATUSABA EL PELO





Mientras me atusaba el pelo
y perfilaba la barba, te busqué
en las huellas del espejo mustio de los días,
ese que guardo con celo
en el memorial recóndito de mi retentiva;
sólo encontré una mueca sin respuesta
que ni siquiera tenía tu acento.

En mis ojos vi la cotidianeidad azarosa
de los días aplicando su huella cansina;
me miré de nuevo
repasando el brillo de tus ojos en mi nebulosa,
hasta que centelleó en mi interior tu luz incólume,
para descubrir el grito callado que lubrifica tu alma
y acentúa tu mirada de eterna espera.

Nos acomodamos en la ribera de nuestras vidas,
─ensoñación apasionada─
y supe, supimos con certeza,
que habíamos descubierto el paraíso
de tú en mí y yo en ti.

16 octubre 2018

AMARILLEA EL NARANJO






Amarillea el naranjo, sus frutos pronto en sazón,
y el castaño es una copa de erizos suculento;
de inmediato no habrán más hormigas
marcando ruta hacia la alacena
y desaparecerán dejando todo vestigio
de almacenamiento y provisión,
en marcha ojerosa, como las mustias
hojas que diviso del parque por la ventana
y mañana serán alfombra en el acerado.
Así también nuestras vidas, amor,
nos adentramos por nuestro otoño
tratando de amoldarnos al paso de los días,
para reconducir nuestras vidas
que ya no volverá a ser jamás lo que fue.

15 octubre 2018

SIN DESPEDIRTE




Te has marchado sin despedirte,
con el alma abrochada bajo tus ojos
y simulando que no pasaba nada;
es posible que en tu vagar
no sepas el destino, pero sé bien
que un ejército de ángeles te esperan
para darte celestial acogida.

Se conmueve todo mi ser al pensar
que ambos nos escondíamos
tras los cortinajes de un falso teatro
simulando alegrías que no eran veraces.

Encontramos juntos los caminos de la vida,
las diversiones del ayer
y los muchos proyectos
que no se han llegado a materializar.

Sin tramoya ni ensayos, en la opacidad
de una despedida,
y sin que mis ojos pudieran transferirte
la luz que le era esquiva a los tuyos;
mientras, tu boca pronunciando silencio.

14 octubre 2018

SIMPLEMENTE VERTE





Sólo busco una sonrisa amable,
un destello de luz de tus ojos
como linterna que se abre paso
en la oscuridad y se refleja
en la luna apagada del ropero,
como ráfaga que todo lo inunda.

En mis labios se agolpan las respuestas
que todavía no he tenido ocasión
de darte, a la espera de tus preguntas.

No busco de ti iluminadas palabras de amor,
aunque acaricio con frecuencia la idea
como supuesto, tan sólo por tenerte cerca,
oír cómo respiras, como se eleva
tu pecho y tus senos en cada inspiración;
simplemente verte.

13 octubre 2018

SABRÁS DÓNDE HAS DE DETENERTE





Cuando te acerques por carretera
y allá al fondo de una curva
te des de bruces con un belén viviente,
cuando el caserío te muestre su sonrisa blanca
por entre el verdor de la naturaleza,
sabrás dónde has de detenerte.

Cuando al pasear sus calles, estrechas
y a veces sinuosas, lo hagas por un vivero
que con mimo cuida el vecindario
y que contrasta en colorido
con la uniformidad del jalbegado de sus paredes,
sabrás dónde has de detenerte.

Cuando mires al monte y veas
que las casas escalan la pendiente
y se encaraman en un mirador
desde el que el mar
es una anchurosa balconada,
sabrás dónde has de detenerte.

Cuando oigas las campanadas del reloj
en la fachada principal de su humilde iglesia,
escoltado por un par de palmeras
y muy cerca te arrulle el rumor de una fuente,
sabrás dónde has de detenerte.



Cuando recrees la mirada hacia el sur,
por donde lo escarpado se hace valle
y tierra fértil; cuando el verdor del naranjo
compita con el del aguacate y el limonero,
sabrás que te encuentras en Ojén, mi pueblo,
y no podrás hacer otra cosa que detenerte.