En el tablero de blancas y
negras,
crucial batalla en campo de
escaques
cronómetro en mano, toque de
salida:
en la avanzadilla, peones de
milicia
sin atalajes ni apenas
pertrechos
avanzan paso a paso de
frente,
por el sobresalto de los
duros zarpazos;
un camino hacia adelante con
ataques laterales
y el objetivo puesto en la
orilla opuesta
sorteando peligros. Por
sorpresa,
un jaco se planta de un
brinco en zigzag
como un aparecido; mientras,
el alfil sesga el campo al
bies
y la torre se desliza de
frente y sin límites.
Objetivo: derribar al
Monarca,
más la reina conoce los
vericuetos palaciegos
y practica cada una de las
escaramuzas
en los márgenes del campo de
batalla;
un alto número de infantes
moribundos
por cada mariscal de campo
puesto en peligro.
¡Jaque mate! El ajedrez, un
juego.
¿Un juego? La vida misma.
El juego más metafórico que existe.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Estas son las armas que se pueden exportar sin remordimientos de conciencia, sin manchar la moral.
EliminarUn abrazo.
El ajedrez, un juego de guerra de perder o de ganar, también hay empate (tablas se llama) ojalá todas las guerras se jugaran ante un tablero.
ResponderEliminarSaludos
Así tendría que ser, Emilio, que todo quedara en estrategias y juegos.
EliminarUn abrazo.
Sin duda la analogía es perfecta. Me encanta la riqueza de vocabulario que usas en tus poesías. Abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Rosa María. Qué agradable suena tu comentario a mis oídos.
EliminarUn abrazo.
Y es que la vida nos pone en jaque a la vuelta de cada esquina de manera inesperada. ¡Me ha encantado!
ResponderEliminarUn besazo.
Tienes toda la razón, Rebeca, siempre hay un jaque que nos aguarda amenazante. Muchas gracias.
EliminarUn beso.
me gusta como escribis
ResponderEliminarTe quedo muy agradecido, pues en el fondo uno escribe para gustar a otros.
EliminarUn abrazo.
Eres un gran defensor de la vida de las palabras y yo lo celebro, ni idea tienes cuánto, cada vez que vengo a ser tu testigo, con diccionario en mano. Gracias.
ResponderEliminarUn abrazo de inmensa gratitud y alegría.