30 junio 2014

MARBELLA



La Sierra Blanca,
la cortina natural que atrinchera
y protege,
el espacio entre el azul del cielo
y verdoso mar;
la ostentosa dársena
repleta de embarcaciones
según su calado,
edificios que simulan
lo humilde
y son bunkers del lujo más refinado.
Allá en lo apartado,
fuera de donde lo típico
se ha hecho patrimonio turístico,
vive el pueblo que trabaja
o se debate por encontrar el sustento
en el veranito que tan fugaz pasa:
hay un solo paisaje,
un bello y hermoso paisaje,
pero son muchos Marbella.

29 junio 2014

ABIERTO POR VACACIONES



Queridos amigos todos: reconozco que necesito un descanso y romper con los hábitos para tomar otras rutinas que me saquen de lo cotidiano, lo que quiere decir que desde hoy voy a tomarme la actividad bloguera con otra calma y perspectiva.

Eso no quiere decir que deje de publicar, pero seguramente no tendré el mismo seguimiento del de ahora, pues todos sabemos que tienes que entrar en la disciplina de consultar y comentar otros blogs si quienes encontrar comentarios en el propio. Necesito descansar, leer más de lo que últimamente leo, bañarme, tomar el sol, encontrarme con familiares y amigos, meditar en el mundo, en la vida y en mí mismo...


Hay algo que tengo prometido y que en este tiempo veraniego quiero hacer: ordenar y clasificar mis publicaciones para darles formato de libros. Esa quiero que sea la principal tarea, después de dejarme llevar por aquello que acontezca sin buscarlo. Si las musas me acompañan, seguiré publicando, pero ni busco ni espero respuesta para no distraerme de la meta principal de esta etapa que hoy comienza: abierto por vacaciones.

A todos, un fuerte abrazo.

28 junio 2014

ERA SEPTIEMBRE



Era septiembre
cuando floreciste en mi corazón
como esas ramas serpenteantes
de las enredaderas que se encaraman
en lo vertical sin prisa ni vértigo,
eras brotes tiernos que se anudaban
a mi corporeidad
como parra despampanante y fecunda.

En las ausencias,
una sombra parda y fría
se adueñaba de mi ser
perfumando de nostalgias
en el cristal ahumado
de mi extrañamiento.

Era septiembre
cuando te enzarzaste
en la maraña de mi soledad,
y desde entonces soy el matorral
donde tú anidas
con vocación de eternidad.

26 junio 2014

EL STELLA MARIS



Mi abuelo era comodoro
en la reserva,
pero vivía tierra adentro
y soñaba constante e inconscientemente
con esa mar sin final que nunca conoció,
esa que según me relataba
caía en cascada por los límites del orbe,
allá donde la ranura entre el azul del mar
y el cambio de tonalidad del horizonte,
son como esas fuentes
cuyo motor las hace retornables.
No es verdad que el mar y el cielo
en la distancia se confundan,
por el contrario,
se llevan tan mal como marinos y aviadores.
Mi abuelo había vivido casi todo en los libros
y decían de él los médicos
que se alimentaba con panes de fantasías,
sopas frías de quimeras
y calderetas de utopías,
hasta confundir el papel con acero
y mi categoría de grumete
con responsabilidades fuera de mi alcance
y conocimientos.
De él heredé este barco 
calafateado de misterio,
donde permanecían los silbos de sus órdenes
y miles de aventuras por estrenar.
Así como muchos tiran al mar
las cenizas de sus mayores,
cuanto me fue posible, viajé a la orilla del mar
para hacer la botadura con todos los honores:
el barco de mi abuelo era de papel,
pero así como el papel soporta
lo que cada uno quiera pintar o escribir en él,
el Stella Maris se hizo a la mar
con la tripulación incorpórea
de las ensoñaciones
que mi abuelo me había transmitido;
hoy,  —posiblemente—
navegue por el Cabo de Hornos
o por las islas del Pacífico Sur.
¿Quién sabe? Hasta es posible
que se cruce, camino de la Estigia,
con la barca en la que navega
Ana María Matute, quien debe llevar
el óbolo preceptivo para el viejo Caronte.


24 junio 2014

FARO Y GUÍA



Como la luz del faro en la noche
es la calzada luminosa
que llega a orientar el rumbo
de las embarcaciones
y ayuda a sortear las escolleras;
como el bastón audible del ciego
desvela los pequeños
accidentes del camino
y lo conduce con mano firme
—aún en la debilidad—
Así es para mí la luz de tu mirada
en la sombra tenebrosa de la espesura
de mis pensamiento infaustos:
la estela que me pone a salvo
al rescoldo abrigado
de la dársena de tus brazos.

22 junio 2014

SUEÑO INFANTIL

Pintura de Arsen Kurbanov


Llegó el mes de junio
y el niño soñaba
con un caballito de pan
cargado de ollas humeantes y frutas,
como el soldado sueña
con la licencia definitiva
en el  fragor del fuego cruzado.
Era tan sólo uno
de ese medio millón de sueños infantiles
que guardan una cuchara
en el subconsciente de la almohada
con la que saciarse
al menos una vez al día.
Los prohombres no saben interpretar
los sueños infantiles
y ensordecen enmudecidos
al grito famélico.
Llegó el final de curso,
las notas y la fiesta de disfraces
y la representaciones teatrales
con las que babean los abuelos:
el niño tenía enquistado,
como una coda persistente,
el alegre bullicio
a la entrada del comedor escolar.

20 junio 2014

MIEDO



Se fue tejiendo
con la paciencia que el artesano
va dando puntada tras puntada
y construyendo una figura corpórea
de volutas, acantos y gárgolas
de lo que en un principio
fue mera entelequia.
Nació de un bosquejo,
de una idea que se cruzó
a las bravas el paso de cebra
poniendo en riesgo mi integridad;
era un esbozo embozado,
unos trazos inoportunos e intrépidos
donde el monstruo llegó a tomar vida:
el miedo es esa telaraña
frágil y traslúcida,
un férreo penal impenetrable
donde los barrotes son
tétricos algodones de azúcar,
esos que se deshacen
al aproximarlos a la boca
pero que dejan el sabor amargo
de un tóxico asesino por necesidad.

18 junio 2014

SINFONÍA DEL ACÁ Y EL ALLÁ



Mientras tiritas de frío
refugiada bajo la cálida cobija
y la caricia de tus lienzos inmaculados
en lo íntimo de tu alcoba;
mientras pones un gesto gélido
a los primeros bostezos del alba
y se despereza la luz
allá en el sur en el que habitas;
acá, en medio de un tórrido
y prematuro verano,
el piano rila y suda arpegios
y fugas contrapuestas,
que delinean tu sur y mi norte
de esa misma luz que nos alumbra
bajo el capricho de
estaciones antagónicas
de mi acá y tu allá,
al ritmo binario
de un océano de olas interminables
que no llegan a ser distancia
sino sinfonía de este alejamiento
que en el fondo es sólo encuentro:
fuoco agitato y appassionato,
al stesso tempo que scherzo sostenuto
con el compás voluntarioso
con el que nos buscamos cada día.

15 junio 2014

MAREA DE CORAZONES AGITADOS



Elena: “te reto a dedicar un poema a las virtudes del hombre.”

Como no es posible negar la vida
a un ser que respira, se mueve y se reproduce,
tampoco es viable negar al hombre
de sus muchas virtudes
cuando pone su ser y su hacer
al servicio de los demás.

Vivimos tiempos complejos,
posiblemente un cambio de era
provocado por un tsunami de egoísmo
que va a llevarnos a un lugar desconocido,
pero donde el hombre debe seguir siendo
el epicentro del amor,
el objeto y sujeto de las atenciones
y las delicadezas de sus semejantes.

Ahora más que nunca, y desde antiguo,
son un hervidero los corazones agitados
que laten, gozan y sufren junto al desvalido;
es cierto que lo malo es más sonoro,
que la bondad no es tan eufónica,
pero son legión los hombres y mujeres
que dan sus vidas por los demás en silencio,
desde el más profundo de los anonimatos:
el alivio de un gesto, el pan compartido,
el abrazo oportuno que abriga y abrocha
las almas desangeladas,
la experiencia de partir el pan y acompañar
las injusticias endémicas,
la mirada sonriente que no distingue
tonalidades de piel sino necesidad de amar
y participar en la humildad de lo escaso.

Como cada gota de agua se difumina en el océano,
en cada territorio, hacinado o disperso,
del mal llamado tercer mundo,
pero también en los nidos de pobreza
de las ciudades opulentas,
hay una turba silente de corazones agitados
que laten por transformar el mundo;
personas que entregan todo cuanto son,
dándose a sí mismos,
implicándose en el tormento ajeno
y haciendo del sacrificio virtud,
personas que en la nada encuentran su todo.

13 junio 2014

DOMEÑAR EL MAR



Domeñar el mar
es la quimera de un loca ensoñación  
uno de los graves desvaríos del hombre,
pero hasta los hilvana
en elucubraciones maquiavélicas;
no siendo dueño de sí mismo,
magina lo imposible y trata de
dominar, someter, estrujar y rendir
a la madre naturaleza
en sus más bravas expresiones.

No piensa sino que en subyugar
los fogosos ímpetus naturales,
encauzando lo imposible
con tal de reducir a lo creado
hasta hacerle doblar la rodilla,
agachar la cabeza
de ese principio o inercia creadora
que a cada una de sus criaturas
le dio el vigor y las fuerzas
para ser lo que son de por vida.

En la mente del hombre
—como un martilleo—
avasallar, vencer, domar, oprimir, esclavizar,
aprisionar, refrenar, conquistar, vejar...
Es cierto, que ha crecido la ciencia
como no hace tanto creerían inimaginable,
pero el hombre se olvida
de que el mar se sabe inscrito
en el Registro de la Propiedad
y cuando le parece saca una copia simple
y nos hace entrar por el aro
doblando la cerviz hasta humillarnos.

11 junio 2014

ORIGEN Y DESTINO



Primero fue el mar,
antes de que tuviera vida el hombre,
el mar ya contaba con el batir de olas
y con el revoltijo de vidas submarinas
que agitaban las aguas
en las profundidades
y respiraban por branquias
tal cual hoy. Desde entonces,
el pez grande se come al chico
a punto de sal, tal y como
se lo ofrece la misma naturaleza marina.

Antes del hombre,
también fue el cielo azul y luminoso
—durante el día—
y oscuro y profundo durante la noche,
pero con el tendido inalámbrico
de miríadas de estrellas
que permitían soñar otros mundos.

Antes del hombre,
las arenas de la playa eran doradas
y las olas frenaban su ímpetu
en el encuentro fogoso
aminorando el ímpulso hasta retroceder;
las gaviotas surcaban los cielos
y se tiraban en picado al agua
en busca del alimento
y la paz era el orden establecido en todo.

Por fin hizo Dios al hombre;
antes de quedar rendido por el esfuerzo
y tener que descansar, dijo:
mande en los peces del mar
y en las aves del cielo,
las bestias del campo...
—aunque existen motivos,
no consta de que se haya arrepentido—
y el hombre se apropió de todo cuanto existe.

Con su inteligencia, el hombre
talló las maderas y se hizo una barca
con la que salir a pescar
y retornaba a las playas doradas
a varar su barca y servirse de los peces.
Pero pasó el tiempo y el hombre evolucionó
y le dio un fin distinto a todo lo creado,
a todo cuando había recibido de origen,
y nacieron los destinos obtusos
y con ellos los especuladores,
e invadieron las arenas de las playas
y levantaron moles de ladrillo y cemento
y expulsaron a los pescadores
salvo a algún astuto que todavía
encuentra un refugio
donde no tener que varar su vida.

08 junio 2014

ODA A UNA DAMA DE BLANCO



Era un junco,
un tallo sutil
y frágil
enfundado en
holgado blanco
que se extiende
hasta el mismo suelo;
va ceñido
y entallado
con un cinturón rosa
que delinea
la figura,
una divisoria horizontal
entre dos hemisferios
de un mismo mar
albo, inmaculado,
en calma;
belleza en sí
en busca de belleza.
Un brazo recogido
y el otro desmayado
abrazando
la ola rosácea
del vaporoso chal;
la mirada perdida,
selectiva,
como eligiendo
los brotes más hermosos,
las amapolas
más tersas y frondosas
que acabarán
en el jarrón
—tal vez de porcelana—
y que no podrán reñir
con nuestra dama de blanco
en belleza y lozanía.

06 junio 2014

EL SOLDADO Y LA BAILARINA

Quienes me siguen desde hace tiempo, saben que sólo publico originales propios, pero hoy tengo un gozo especial en presentaros un cuento de mi hijo Carlos.



Érase una vez una ciudad. Y en esta ciudad había una casa. Y en la casa vivía una familia. Y la familia tenía dos niños: Andrey y Tatiana. Andrey era el hermano pequeño, 7 años, mientras que su hermana ya tenía 12.

Esas navidades recibieron una visita especial. Su tío Stepan vino de Moscú para pasar la víspera de Año Nuevo con ellos. Andrey adoraba las visitas de su tío, porque siempre le contaba muchas noticias e historias de la gran capital. El Tío Stepan trajo un extraño paquete consigo, pero Papá y Mamá rápidamente trataron de ocultarlo a los ávidos ojos de sus hijos.

Así pues, el último día del año, disfrutaron de una espléndida cena juntos. Al final de la cena Papá y Tío Stepan estaban tan contentos que incluso empezaron a cantar algunas canciones tradicionales. Probablemente el ardor de sus corazones se debía al fuego de la chimenea, el vodka y la compañía de los seres queridos.

Para Andrey y Tatiana la víspera de Año Nuevo concluyó con su Tío Stepan contando historias sobre la capital, sobre extraños y remotos países y guerras antiguas pero no olvidadas.  Cuando Andrey se quedó dormido cerca de la chimenea, Mamá decidió que ya era hora de que los niños se fuesen a dormir a sus dormitorios.

A la mañana siguiente, los niños se despertaron muy temprano, no en vano había estado esperando esa mañana durante mucho, mucho tiempo. Porque era el Día de Año Nuevo, y nuevos regalos les estarían esperando en el salón.

Y así era. Andrey fue el primero en despertarse y bajar de su dormitorio. En seguida vio un paquete con su nombre, y nervioso, arrancó a tiras el papel de regalo.

-       ¡¡Oh!! ¡Qué sorpresa! ¡Es fantástico! – exclamó.

Había recibido una caja con diez soldaditos de plomo, vestidos con uniformes de soldados del siglo XIX, y una caja de pinturas con muchos colores para colorearlos. E inmediatamente se puso a jugar con sus nuevos soldados.

Tatiana recibió un regalo diferente. Era una bonita caja de música, con la figura de una bailarina. En la caja sonaba una maravillosa melodía (“Oh, Tchaikovsky”, dijo Mamá) mientras la bailarina se movía alrededor de ella girando y levantando sus piernas graciosamente.



Tatiana estaba encantada. La cajita de música era preciosa, y además tenía un cajón secreto “donde puedes guardar tus propias joyas”, explicó Mamá.

Los niños no sabían (aunque Tatiana sospechaba algo) que la caja de música y los soldaditos de plomo habían llegado junto con su tío en ese misterioso paquete.

Andrey pasó todo el día jugando con sus nuevos juguetes. Le dio nombre a todos los soldados, y les presentó a su capitán. Porque Andrey ya tenía a su Capitán.


El juguete favorito de Andrey era, sin ninguna duda, el valiente soldado Igor Nevalyashkov. Había jugado con él desde que era un bebé. Igor Nevalyashkov, el valiente e invencible soldado que siempre se recuperaba de sus heridas. No importaba lo fuerte que le empujases, Igor siempre se volvía a levantar.

La noche llegó nuevamente, y después de un largo día Andrey se fue nuevamente a la cama, pero no antes de guardar cuidadosamente todos sus juguetes en el Baúl de los Juguetes, porque Mamá era bastante inflexible con ese tema.

Tatiana puso su nueva Caja de Música sobre el escritorio y también se fue a dormir.

Bien pasada la medianoche. Todo el mundo estaba durmiendo. De modo que nadie podía presenciar los extraños milagros que sucedían en el Baúl de los Juguetes.

Porque nuestros queridos Andrey y Tatiana no lo saben, como también lo ignoran la mayoría de los niños. Pero sus juguetes son mágicos. Y durante la noche, cuando nadie puede verlos, cobran vida.

Because our dears Andrey and Tatiana don’t know it, like most of children ignore. But their toys are magical. And during the night, when nobody can see them, they become alive.
Igor Nevalyashkov pasó revista a los nuevos reclutas.

-       Buenos chicos - pensó – Aquí tenemos una magnífica patrulla.

Pero de repente Igor fue distraído por un sonido extraño. Una música venía del escritorio de Tatiana. Y naturalmente, se acercó a ver qué pasaba. Pero no estaba preparado para ver lo que vio.

Moviéndose con la música, Igor vio la criatura más bella y maravillosa que había visto jamás en toda su larga vida (considerando la vida de un juguete).

En el escenario del teatro imitado en la decoración de la caja de música, como si fueran las tablas del mismo Teatro Bolshoi, una sola bailarina danzaba.

Estaba vestida por completo de blanco, blancas medias y un níveo tutú. Pelo negro intenso, peinado en un moño, más oscuro que un carbón en una mina profunda y oscura. Una figura graciosa y delicada, finas piernas y estrecha cintura. Igor nunca podría haber imaginado que brazos y piernas pudiesen moverse con esa gracia, siempre bailando al ritmo de la música.

Su piel era incluso más delicada que la fina Porcelana Imperial de los Zares. Y una enigmática sonrisa estaba pintada en su rostro.


Igor no pudo articular palabra hasta que acabó la música. De hecho, estaba tan aturdido que no pudo pronunciar ni una sola palabra esa noche.

Pero a la noche siguiente volvió a la caja de música, a disfrutar nuevamente del espectáculo. Cuando terminó la música se atrevió a preguntar

-       ¿Cuál es tu nombre, dulce cisne blanco?

Ella rió, divertida, pero desapareció al cerrarse la tapa de la caja, como cuando se cierran las cortinas del teatro cuando acaba el ballet.

Desde ese momento, Igor no pudo pensar en otra cosa que en bello Cisne Blanco que veía bailar cada noche.

Los días pasaban, y Andrey seguía jugando con sus soldados, capitaneados por el valiente Igor. Pero, de repente, un día, cuando Andrey jugaba a reproducir una de esas batallas que su tío le había contado tantas veces, Igor Nevalyashkov cayó y no pudo levantarse solo.

-       ¿Qué te ocurre? ¡Igor, en pie! ¡Vamos! – dijo Andrey. – ¡Te necesitamos, estamos perdiendo la batalla!

Pero Igor no se levantó.

Andrey habló a su padre esa tarde, lloriqueando.

-       ¡Papá, no sé lo que le pasa a Igor! ¡No se levanta! ¡No lo entiendo!
-       Está bien, Andrey, déjame que le eche un vistazo…

Papá examinó el juguete concienzudamente, pero no pudo encontrar nada extraño o fuera de lo normal en él.

-       Andrey, no sé lo que pasa, pero ahora el juguete pierde el equilibrio y no se puede levantar. No sé por qué… Quizá hay algo roto por dentro.
-       ¡Pero no es justo! ¡Yo quiero que funcione como siempre!
-       Lo siento, hijo mío, pero estas cosas ocurren. Todos los días hay juguetes que se rompen. Pero no te preocupes, pueden sustituirse por otros nuevos. Y tienes un nuevo pelotón de soldados para tus juegos.

Y así sucedió que el viejo y valiente Igor Nevalyashkov, experimentado veterano de guerra, imbatido en mil batallas, perdió su equilibrio y no pudo levantarse solo de nuevo.

Como un buen soldado, había sido preparado para resistir. Gran barrigón y un centro de gravedad bajo. Sin cerebro, para obedecer todas las órdenes sin pensar, y sin corazón, para ser capaz de matar en un abrir y cerrar de ojos, sin remordimientos.

Pero cuando Igor empezó a albergar sentimientos sobre la bailarina, empezó a perder su equilibrio. Día tras día sus sentimientos crecían, y su corazón se hacía más pesado. Y esa fue la razón por la que un día no pudo volver a levantarse.

El viejo y valiente Igor Nevalyashkov, soldado, veterano de Guerra. Derrotado por el amor.


Carlos Espada   01/06/2014

04 junio 2014

ENSUEÑO



He soñado la aurora
acariciado por las blondas
de tus encajes festivos;
ahora la fiesta es menos ruidosa,
pero sigue siendo feriada
y jubilosa.

He soñado el chantilly
perfumado de las ondas de tu pelo
sobre el rebalaje
de mi playa sedienta
y las caricias del flujo y reflujo
acicalando mi integridad,
inundando mi estadio y mi estadía.

He soñado la vida
a la sombra de tu parra fecunda
de la que pendían
los frutos de tus delicias
y al despertar,
tú acariciabas mis manos
lubricando el reencuentro.

02 junio 2014

CONCERTINA PARA EL HAMBRE

La vida golpea a todos
con azotes de azar que nos desencuadernan;
llega el envés,
llega el viraje virulento
y se convierte en óxido
lo que antes era acero rutilante:
son hechos maltrechos,
deslucidos encajes del camino de la vida
y reveses de fortuna
que nos sacan de la senda
y nos orillan en la arista misma
con su pendular hacia la muerte.


Pero hay almas, al parecer blasfemas
o ignominiosamente olvidadas,
que viven en la clausura del olvido
como reductos negros del desprecio
en la esquilmada tierra aborigen
y condenados sin juicio ni cordura
al olvido de los hombre y los dioses.

Nos hemos atrincherado
en el reclamo de lo mío es mío
y lo tuyo vuestro
—siempre que no sea del interés general—
y alambramos el coto, y elevamos la cota,
con las debidas rendijas para los bienes
sin comunión con la negra y endémica
palidez del hambre.
¡Hambre, hombre, hambre!

¿En qué pérfida y arrogante cabeza
anida la exclusión de tu látigo fiero?:
concertinas para el hambre
no es música bailable, sino holocausto
indignante, flagelo, picadura de áspid,
inmoralidad, indigencia, indecencia, infamia.