Mientras tú existas,
mientras tú seas rescoldo
para mi pecho estriado,
para mis manos glotonas
y ungüento de mi costado
herido;
mientras mi soledad
sea una pausa
por la que respirar lecturas
y letras
y acumular ansias
de encuentro en lo
indivisible;
mientras yo pueda
vocalizarte
y recibir tu eco primaveral
en mi otoño…
el tiempo, es una
relatividad,
una medida inoperante y
esperanzada.