30 noviembre 2020

COLIBRÍES


Dos pájaros en acrobacia, una armonía

de alas desplegadas e inertes cuerpecillos

que evolucionan como un adagio,

dulce y quedamente.

De pronto, un escorzo, un imprevisto

y suena un andantino

en sentido vertical

para acabar suspendidos en la nada,

atraídos por el color púrpura

de unas florecillas enajenadas

que penden de un frágil y testarudo tallo.

Sus cuerpos son una amalgama puntillosa

de azules y verdes, de grises azulados,

como capricho de pequeños brochazos

impresionistas y sutiles.

En sus alas, una disputa de azules violáceos

articulan sus goznes a su antojo,

según la maniobra y el ritmo

que imponen los vientos.

Curiosean por entre los pétalos

y cuando el objetivo es apetitosa diana,

no dudan en enfilar sus largos picos

con la celeridad que el director de orquesta

indica atacar a timbales y platillos:

enfilando hacia el pistilo,

una alternancia de picos codiciosos

se entregan a la faena con vehemencia vivace.

29 noviembre 2020

ODA AL LAVADO A MANO


El prodigio del lavado

es volver lo manchado impecable,

las prendas que se empaparon de sudor

por el esfuerzo y el uso prolongado.

Sobre la pila, una manos hábiles

restriegan la fibra con espuma de jabón,

como el poeta va ensartando palabras:

las escoge, las pule, las conecta

y va tendiendo en la cuerda del papel

cada sintagma, cada verso, cada estrofa.

La lavandera palpa en sus manos

la suavidad del tejido y también lo abyecto,

encuentra lo hosco y vuelve a restregar;

el poeta sustituye una palabra por otra

buscando el mejor sentido, el mejor sonido,

la metáfora más osada, el tirabuzón

o la musicalidad de cada una de sus teselas,

Es un combate consigo mismo:

lee, tacha, emborrona, sustituye, pule…

Vuelve a poner más jabón, aclara, restriega de nuevo,

le aplica suavizante en el último aclarado,

y cuando ya está el poema impreso

y huele a limpio, soleado, resplandeciente,

y los colores son los apetecidos,

volvería de nuevo a restregarlos en la pila,

porque un poema es tan exigente

como lo impoluto de una blusa que ha de rozar tu piel.

28 noviembre 2020

EL ALBUM


En el álbum de mi vida,

un recopilatorio de las vivencias

más señaladas, aunque no siempre:

no hay foto del recién nacido en el hospital,

con las marcas del aporreo del estrecho camino

porque nací en casa;

del batón blanco del bautismo

solo me llegaron referencias,

así como que me llevó a la pila

mi abuelo Paco y me cedió su nombre.

Tampoco tengo una foto en la escuela

ante el mapa de España y otros dos retratos,

pero siempre pensé que en la cartilla escribieron

mi mamá me ama, yo amo a mi mamá

justamente por mí.

Para el ingreso en el instituto ya fue otra cosa:

tuve que aportar una foto tamaño carné

y me dejé detrás la Enciclopedia Álvarez

y aquel tintero de plomo encastrado en el pupitre.

Nadie tenía una cámara,

pero en las escasa excursiones que realicé

aparecía un fotógrafo ofreciendo su arte.

Ya un mozo, floreció ella en mi vida

con su carita de ángel

y de ambos hay testimonios varios

en estado casi de éxtasis.

Luego vendría el consabido servicio militar

y aquellas fotos de uniforme que,

como ahora con las mascarillas,

podría ser de cualquier soldado.

Le sigue la boda, los hijos, los nietos…

y una cámara de fotos,

como jamás habría soñado,

en el teléfono móvil

y también en el de todos los míos y los otros.

¿Cuál será la última foto del álbum?

¿Con qué imagen, que no veré,

pondré fin a este periplo por la vida?

 

27 noviembre 2020

EL ESCULTOR


Busqué y finalmente

seleccioné la arcilla,

la amasé con agua y sudor,

la dejé reposar un sueño creador

y se fue perfilando en mi mente

la estructura y las formas soñadas.

 

De ahí pasó a mis manos

como impulso, sin saber muy bien

cuál era el bosquejo definitivo

y acabó tomando vida en semejanza,

como todo universo artístico

con el que el hombre emula a la naturaleza.

 

Yo vi cómo nacía,

cómo una mano misteriosa

dirigía mis movimientos

como guiados por impulsos irrefrenables,

y me dejé llevar, y tembló mi voz

cuando de aquellos labios de barro

quise escuchar el tartamudeo

de un sincero agradecimiento.

26 noviembre 2020

NOCHE ESTRELLADA


Recojo en mi pecho esta abundancia,

esta generosa luz que se derrama

con tacto frío de estrellas

y temblor de inocencia sometida.

 

En la distancia cuelga un columpio

de la nada y se mece en el vacío,

y aquí a mis pies,

pintada con tiza sobre la plaza,

una rayuela

jaleada por un coro infantil

que jamás se cansa de jugar.

 

En el castillo carraspean los duendes

sus voces de cadenas

y los centinelas son cirios mortecinos

plantados en las encrestadas almenas.

 

Noche infinita,

en el duermevela que anuncia

que una joven en cinta busca posada.

25 noviembre 2020

EL MAR



 

El mar, la mar,

confluencia de todas las aguas

y de los profundos tesoros,

de todos los azules,

agua lapislázuli,

centro neurálgico de todos los movimientos;

origen de la vida, del ritmo,

de la cadencia y de todas las melodías;

frontera de todos los continentes,

masa única.

En su esencia la calma y el alboroto,

el receptáculo de todos los desagües

y la sal de todo lo sabroso:

atracción y respeto, lo uno y lo diverso,

sueño de grumetes y aventureros,

rspeto y temeridad.

El mar, la mar…

24 noviembre 2020

LA PALABRA


Nació en el tartamudeo de las ideas,  

en la necesidad de comunicarse,

en las apreturas de sus pensamientos

por salir de sí y ser manifestados;

entonces, juntó el hombre los labios

como quien exterioriza una carencia

o un deseo irrefrenable de besar,

y de esa gestualidad nació la palabra.

 

El oído venía siendo entrenado

con la música del viento,

con el incesante vaivén de las olas

y con la onomatopeya del sílex

sobre otros materiales más blandos;

tan solo le quedaba al hombre

crear la palabra antes de pensar

en componer canciones o himnos.

 

Y de ahí en adelante,

fue surgiendo el artículo: primero tú,

señalando la proximidad con el índice;

después yo, mientras apretaba

con fuerzas el dedo sobre su pecho…

 

Y desde entonces, este bello ejercicio

de ponerle a cada significado

la eufonía de un sonoro significante.

23 noviembre 2020

CAMINO ERRÁTICO


Hay una vida truncada

en cada hoja de otoño

que se desploma ojerosa

y acaba siendo pisoteada en el suelo.

 

Hay una vida truncada

en cada ser humano

─no importa el color o la procedencia─

cuyas ojeras delatan abandono,

hambre, cansancio, camino errático,

intemperie, desolación, incertidumbre,

miedo…

 

El viento, en las ramas desnudas del otoño,

eleva a los cielos una triste elegía,

mas no por los caídos

sino por los inmisericordes,

por esos corazones leñosos

que ni dan fruto ni abrigo.

 

Hay cientos, miles de vidas truncadas

por caminos erráticos.

22 noviembre 2020

ERES TÚ


Eres tú,

¿para qué el nombre?

Eres pronombre, eres tú

y lo precedes todo,

eres mi alteridad,

la sed de mis labios,

el refugio, la dársena,

la carraca donde recomponerme.

Eres tierra para mi simiente,

eres fecundidad dadivosa,

eres la almohada

a la que confiar mis sueños

y también mis desvelos;

la estrella de mis noches,

el mamparo en mi tormenta,

el rayo que me ilumina,

la duna sobre la que recostarme,

el azahar que será fruto mañana,

el panal donde melar mis dedos

y el paladar,

la brisa que acaricia,

que me atusa el pelo

y mesa mi barba;

eres mi complemento directo,

la luz, mi luz, la luz…

21 noviembre 2020

SUEÑOS Y UTOPÍAS


De aquella vieja gloria

quiero arrancar el pendón

y doblarlo meticulosamente,

y guardarlo con toda devoción

y ocultarlo en un largo y silente

cajón cifrado,

para que duerma profundamente

en lo eterno;

abrir la ventana

y airear de presente este rigor añejo,

y solazarlo en la esperanza

de un mañana común

sin favores ni prerrogativas.

 

Amanecerá un nuevo día

en el que existan oportunidades

para todas las tallas y todos los colores,

respeto por el distinto,

preferencia por el débil,

la derogación de todas las dispensas

y un despertar radiante ante el espejo.

 

Quiero ver cómo se derrama

el cántaro de los privilegios

y empapa su fertilidad

en las bocas de todos los silencios;

que el sol solee a todos y no asole a nadie.

20 noviembre 2020

EL ABRAZO

El Abrazo, acrílico y serigrafía sobre lienzo, de Juan Genovés

 

No es la exclusión el camino,

sino el abrazo el que hace fecunda la patria;

abrir las manos, extenderlas, palpar,

empatizar y buscar lo que nos une

antes del vértigo del desencuentro.

 

Primero fueron cuarenta años

de imposiciones,

después otros tantos en vano simulacros,

distraídos en escarceos, poses

y aguerridos enfrentamientos vocales,

pero sin llegar a un destino común

donde grane la espiga y el pan sacie.

 

Esos son de los míos, son de los tuyos

No tengo míos, no quiero míos,

quiero los nuestros. Los que integran,

los que someten sus ideales

para abonar el terruño, los que negocian

y bogan por la estela donde Ítaca

no es una quimera, sino una promesa.

 

No sueño uniformidad, sueño en consenso,

¿pero qué se puede esperar

de quienes siguen aprobando,

─y así desde largo─

otra efímera ley de educación

con una raquítica mayoría,

para volver, en breve,

a legislar la enésima

en la próxima legislatura?

 

El abrazo. Un sincero abrazo

es la premisa como punto de partida.

19 noviembre 2020

SUEÑO DE GRUMETE

 


Oh barco, hábil hoja plegada

que navega camino de Ítaca

sin detenerse. Abriendo mares,

afrontando mareas y calma chica

por el lejano pairo de la fortuna.

Oh estrella del sur,

camino luminoso

por entre las oscuras aguas de la noche

que vas abriendo rumbos

y marcando destinos venturosos.

Oh sol encendido en la noche,

en fase llena,

eres rescoldo animoso, tea lumínica

que espanta lo adverso.

Oh estela, camino deleble

que acaba por desdibujarse

por la popa

como refugio contra corsarios

y navegantes inexperto

que sueñan motines.

Oh sueños,

que reverdecen a la aurora

y disponen las provisiones

y la idoneidad de la tripulación

antes de soltar amarras.

18 noviembre 2020

DESOLACIÓN


Fue como una bofetada al doblar la esquina;

de las sombras surgió un cuchillo de silencio,

un destello de acero

que acabó difuminado bajo la luz de la farola.

 

Desolación. Nada y vacío.

Las calles desiertas, como desnudas

y desarrapadas. En algún portal vecino

una cerradura se atrinchera

y una sombra enmudece y se desvanece.

 

La noche es un desierto gélido,

un bostezo de brumas

y figuras grotescas que evolucionan

y desaparecen mientras engrosa la pesadilla.

 

El eco de mis pasos suena hueco, huero.

La ciudad es un camposanto tenebroso

y huele como a marchito,

a vacío pestilente y anodino.

Duermen. Todos duermen o viven agazapados,

mientras el virus sigue ejerciendo

su imperio de pánico.

 

 

 

 

 

17 noviembre 2020

CALLE LA FUENTE

 


En lo imborrable de mi memoria

la calle donde nací y su vecindario,

la mayoría ya esfumado

hacia las alturas camino del Calvario.

 

Escarpada, empedrada, un recuerdo

en casi cada uno de los cantos

de aquel viejo pavimento.

 

Entorno los ojos y huelo a pan,

también a matanza;

viene a mi mente el gracejo pícaro

de María y su ternura hacia mí y los míos.

 

Ahora es un cortejo de macetas

cubriendo carrera por cada fachada;

antes, la calle era el trasiego

de personas y animales de tiro

en el quehacer sin festivos del medio agrícola.

 

La subsistencia siempre es penosa,

en cambio la vida era alegre;

la calle era la fiesta del encuentro:

las puertas de par en par,

allí se compartía vida y vivencias

con el gozo de la abundancia,

el derroche de lo inmaterial a granel.

16 noviembre 2020

ATARDECE

 


Atardece, los vencejos

dibujan en el cielo acrobacias

tocando retirada

y buscan refugio en la arboleda de la plaza,

donde muchos niños jalean sus piruetas,

mientras las mamás se despiden

con la promesa de volver mañana.

 

Una veintena de chavales jadeantes

─corazones blancos de ternura─

juegos incesantes y malicia en espera

con algún que otro descalabro.

 

No hablan, gritan, vocean todos a una,

se abrazan y despiden con nostalgia.

Por encima de la torre

se asoma la noche con su capa parda

y se vislumbra un corro de estrellas.

 

Se van alejando,

al tiempo que el silencio emplaza su eco

de mustias añoranzas.

Sueña en la torre rotundas las campanadas

y se evaden los murmullos

por las esquinas dobladas.

 

Por las calles adyacentes discurren en retirada…

15 noviembre 2020

EL VIEJO ROBLE

 

El viejo roble, un abrazo inabarcable

que invita a entallar su cintura

con la envergadura de nuestros brazos

y dejar una exclamación que se llevará el aire.

 

Señero, donde el cruce de caminos

y retando al azote de los vientos,

sin inmutarse en su parsimonioso crecimiento;

ni tan siquiera el rayo fue capaz de herirlo.

 

Anfitrión de sombra generosa,  

ha sido testigo de la gripe española

y del fratricidio entre hermanos

con el mismo gesto y resolución

con él que afronta el Covid sin inmutarse.

 

En sus ramas, el búho es centinela alerta

de la noche, acogida de tránsito de aves

y caminantes exhaustos. Canta la tórtola

y una formación marcial de hormigas

circunda su tronco como rotonda señalizada.

 

Unos senderistas se acomodan a su sombra

y comparten sus viandas mientras toman resuello,

al tiempo que la brisa mece el follaje

y acuna en las alturas una dulce armonía,

un sopor de media hora evocando otro tiempo:

la libertad plena sin confinamiento establecido.