El viejo roble, un abrazo inabarcable
que invita a entallar su cintura
con la envergadura de nuestros brazos
y dejar una exclamación que se llevará el aire.
Señero, donde el cruce de caminos
y retando al azote de los vientos,
sin inmutarse en su parsimonioso crecimiento;
ni tan siquiera el rayo fue capaz de herirlo.
Anfitrión de sombra generosa,
ha sido testigo de la gripe española
y del fratricidio entre hermanos
con el mismo gesto y resolución
con él que afronta el Covid sin inmutarse.
En sus ramas, el búho es centinela alerta
de la noche, acogida de tránsito de aves
y caminantes exhaustos. Canta la tórtola
y una formación marcial de hormigas
circunda su tronco como rotonda señalizada.
Unos senderistas se acomodan a su sombra
y comparten sus viandas mientras toman resuello,
al tiempo que la brisa mece el follaje
y acuna en las alturas una dulce armonía,
un sopor de media hora evocando otro tiempo:
la libertad plena sin confinamiento establecido.
Cuánta armonía en tus versos hacia ese ser maravilloso, acogedor, fuerte, símbolo de la paz y serenidad que sobrevuela todo... (Suspiro...)
ResponderEliminarPrecioso todo el poema.
Es descriptivo como una prosa poética de la naturaleza, donde me entusiasman estrofas como ésta:
"En sus ramas, el búho es centinela alerta
de la noche, acogida de tránsito de aves
y caminantes exhaustos. Canta la tórtola
y una formación marcial de hormigas
circunda su tronco como rotonda señalizada." ¿No es delicioso?
Contigo, abrazamos ese tronco, imperturbable, con hojas mecidas por la misma eternidad. Gracias por elevarnos...
Y Feliz domingo, poeta :)
Hoy he despertado cabizbajo, querida Maite, pero tu comentario me ha levantado el ánimo. Gracias, muchas gracias, preciosura.
EliminarUn fuerte abrazo.
Si hablara... la de cosas que nos contaría.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Un viejo testigo de los caminos del hombre.
EliminarUn abrazo.
Hermosa foto y poema. Me gustó mucho
ResponderEliminar.
Feliz domingo
saludos
Muchos servicios ha dado a lo largo de su vida ese viejo roble y esperemos que llegue a dar, otra gran cantidad de años yque lo puedan disfrutar las nuevas generaciones. En nosotros está ahora, la responsabilidad de saber cuidarlo.
ResponderEliminarBesos
En nuestras manos está la responsabilidad de no estropearlo y dejarle vivir y crecer.
EliminarBesos.
Me uno a ese abrazo al amigo roble...¿que sería nuestra vida sin sus árboles? Saludos
ResponderEliminarEstamos de acuerdo, Charo.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Un árbol muy fuerte para haber pasado tantas fatigas. Ahí está cargado de energía positiva para que los lugareños se abracen a él y les transmita sus fuerzas para salir de estos tortuosos días.
ResponderEliminarComo dice Charo, yo tambien le daría un gran abrazo.
Abrazos
Suponía que te emocionaría este poema, ya que tanto te gusta la naturaleza.
EliminarAbrazos.
Frente a la casa de mis padres hay uno que ha estado desde siempre y ha soportado el paso del tiempo sin inmutarse.
ResponderEliminarTodo un himno al roble, tu poema.
Abrazos.
Muchas gracias, Rafael, por la mención que haces de ese otro roble conocedor de la historia la tantas personas.
EliminarUn abrazo.
Ese viejo roble testigo y guardián de la vida nos acoge a todos, nos acuna, nos acaricia, nos refresca, nos alienta, nos impulsa y nos llena de vida. Acepta a todos por igual como un padre generoso e infinito...Qué maravilla, Francisco, nos hiciste acercarnos al viejo roble con la sensación de que nos acerábamos al cielo de nuestro Padre Eterno. Una gozada, amigo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por este bello homenaje a la naturaleza.
No sé cómo agradecerte tus cálidas palabras, María Jesús. Gracias desde el corazón.
EliminarUn fuerte abrazo.
Que hermoso poema a un bello roble, cuantos secretos tendrá para contar y dichoso aquel que puede su lenguaje interpretar. Saludos amigo Francisco.
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra.
EliminarUn abrazo.
la mujer que esta en la foto es tu esposa? Que bella te felicito
ResponderEliminarPrecioso, noble árbol. Una descripción señera de su belleza y adaptación a los cambios que ni siquiera habrá advertido. Tu si lo viste en esta hermosa poesía. Besos
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