Oh barco, hábil hoja plegada
que navega camino de Ítaca
sin detenerse. Abriendo
mares,
afrontando mareas y calma
chica
por el lejano pairo de la
fortuna.
Oh estrella del sur,
camino luminoso
por entre las oscuras aguas
de la noche
que vas abriendo rumbos
y marcando destinos
venturosos.
Oh sol encendido en la noche,
en fase llena,
eres rescoldo animoso, tea
lumínica
que espanta lo adverso.
Oh estela, camino deleble
que acaba por desdibujarse
por la popa
como refugio contra corsarios
y navegantes inexperto
que sueñan motines.
Oh sueños,
que reverdecen a la aurora
y disponen las provisiones
y la idoneidad de la
tripulación
antes de soltar amarras.
Pidamos que el viaje sea largo, cargado de experiencias, pero que no haya demasiados cíclopes en el camino.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Eso mismo, Cayetano, buen viaje y viento fresco.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Bello el poema. Hay que tenerlo todo previsto cuando se va hacer un viaje de varios días, hasta llegar al destino. La imagen preciosa. Seguro que ese niño tendrá la suerte de vivir muchas aventuras.
ResponderEliminarAbrazos
Segurísimo que sí, Isa. Quien pasa por la experiencia de botar un barco puede decir que ha vivido una gran aventura.
EliminarUn abrazo.
Poema lindissimo que me fascinou ler.
ResponderEliminar.
Abraço
Muchas gracias, Rykardo.
EliminarAbraço
Subo mis abrazos y admiración por tu poesía, a ese barco que va de regreso hasta el muelle, ante la puerta de tu casa, para sorprenderte en tu siguiente salida, Paco.
ResponderEliminarAdelante, Sara, te he reservado un buen camarote dond espero esté muy cómoda.
EliminarUn abrazo.
Hermoso poema, te felicito.Saludos
ResponderEliminarMe recuerda el tiempo de mi niñez, en que se ponían en los charcos barquitos de papel, para ver cual el que más se alejaba.
ResponderEliminarNo había tanta tecnología y los juegos eran al aire libre y de lo más recurrente.
Besos
A mí me recuerda a mi madre lavando en el río y yo jugando a contralmirante.
EliminarBesos.
Bello poema.
ResponderEliminarMuchas gracias, Tracy.
EliminarUn abrazo.
Francisco, tus letras emprenden viaje como el sueño de ese grumete. Recorren kilómetros, mentes y corazones y llegan donde tienen que llegar. Tu sueño es la metáfora viva de cada poema que nos regalas. Consigues llevarla a cabo con dignidad y belleza literaria, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz fin de semana.
Me sobrevaloras, María Jesús, pero así de parcial es la amistad que tanto aprecio. En ese niño también está mi infancia.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hermoso viaje por tus letras amigo Francisco, un sueño de vida. Saludos.
ResponderEliminarGracias por viajar conmigo, Sandra.
EliminarUn abrazo.
No sé si cada niño que pone un barquito a la deriva piensa más allá, pero lo tuyo es maravilloso. Besos
ResponderEliminarP.D.: En esta poesía está tu niño chico y tu niño grande... Me encantó
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