Recojo en mi pecho
esta abundancia,
esta generosa luz
que se derrama
con tacto frío de
estrellas
y temblor de
inocencia sometida.
En la distancia
cuelga un columpio
de la nada y se
mece en el vacío,
y aquí a mis pies,
pintada con tiza
sobre la plaza,
una rayuela
jaleada por un coro
infantil
que jamás se cansa
de jugar.
En el castillo
carraspean los duendes
sus voces de
cadenas
y los centinelas
son cirios mortecinos
plantados en las
encrestadas almenas.
Noche infinita,
en el duermevela
que anuncia
que una joven en
cinta busca posada.
Qué bonitas son las noches estrelladas. Aquí hoy está todo cubierto y lloviendo. Asco de día.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Aquí llovió todo la noche y también toda la mañana, pero el poeta, como el historiador, no siempre vive en el presente, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
Calla calla, Francisco, por fín a esta noche no se ha visto ni la luna, llueve, ya era hora.
ResponderEliminarUn abrazo.
PD/ visto el comentario de Cayetano se puede apreciar dos manera de ver, como la vida misma.
Podría remitirte a la respuesta a Cayetano, pero tú mereces una original: A veces escribo un poema y otras dos o tres que cuelgo en el blog de manera sucesiva, así que en esta ocasión no está en consonancia con el presente el tiempo meteorológico.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco.
ResponderEliminarLa noche estrellada por Vincent van Gogh es precioso el cuadro.
Por estos lares hoy llueve. Ayer todo el día nublado y por la tarde comenzó a llover, aun no dejó. Buen día para limpiar la atmosfera y para estar en casa tranquilitos. Buen poema. El último verso me recuerda a la Navidad y lo que dice la biblia.
Abrazos
He usado esta ilustración en más de una ocasión porque es sencillamente genial. En este caso, ya escrito el poema, buscaba una imagen para ilustrarlo y al darme de lleno con Van Gogh no quise buscar más. El último verso es efectivamente un guiño a la Navidad. Así como los municipios adelantan el alumbrado, pues...
EliminarUn abrazo.
Los niños jamás se cansan de jugar....en mi infancia desconocía lo que era cansancio y supongo que a tí te ocurría lo mismo. Hemoso poema, tienes una gran facilidad en escribir poesiás, yo sólo lo hago de vez en cuando.Saludos
ResponderEliminarTodos hemos sido esos niños imposibles de agotar, Charo. Por cierto, quiero leer tus poemas, ¿dónde los encuentro?
EliminarUn abrazo.
Que casualidad...Estoy leyendo tu entrada cuando ya se ha hecho noche cerrada. Metida en mi casa, no sabría decirte si habrá strellas. por lo que ha llovido yo diría que no. Ahora no llueve pero debe de quedar algo de nubosidad.
ResponderEliminarComo tanoso otros niós, cuando era pequeña, no me cansaba de jugar. No se suele pensar en los problemas y tan solo ves lo maravilloso que te lo pasas con tus amigos.
Buenas Noches. Feliz Descanso.
Besos
¿A que es delicioso ver aquello que nos agrada, al margen de la realidad? Así los juegos infantiles, sus despreocupaciones, hablar de noche estrellada en un día de tormenta...
EliminarBesos.
Preciosa poesía, pero la has adelantado un mes ¿no?
ResponderEliminarEso es por si no llegamos a ella?????
Por si no llegamos al turrón. Jajajajaja...
EliminarUn abrazo.
Que hermosas son las noches estrelladas y que hermoso tu poema. Saludos amigo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Sandra, por tus afectivas palabras.
EliminarUn abrazo.
Una emoción profunda me ha dejado... es que he visto cada verso...: las estrellas derramadas, casi saliendo en tu boca en forma de versos...; los niños, como en un eterno juego; los centinelas cansados en su débil cera; y la doncella ¡(¿María?), a la búsqueda de un cobijo...
ResponderEliminarSublime.
Creí que te abía puesto un comentario sobre la Navidad, creo.
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