Gesto pálido, de opaca
transparencia,
ojos indefinidos de mirar
sin ver;
gorra calada, ¡oh traviesa
ocurrencia!
con la visera mirando del
revés.
La boca cubierta, como es
preceptivo,
la nariz resbalada del
molesto apretar,
mascarilla sobada del mucho
uso habido
sin que llegue ocasión de
poderla cambiar;
las orejas aventadas en un
mismo sentido
y un caminar cansino sin
saber dónde va.
Una mano presta a recibir
limosna
y la otra aferrada a su
escuálido ajuar;
camina por las calles
inmerso en su mundo,
pero transparentando su
profundo penar.
Y así, media docena larga,
si no me quedo corto,
de una esquina a otra
esquina por toda la ciudad.
Amén de muertos y enfermos
por esta pandemia
otro dato estadístico difícil
de ocultar.
Y parece que la cosa va a más.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Esto es una calamidad, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
No, no es la solución, pero me temo que no quieren buscar soluciones.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estamos en manos ineptas: salvar a la población no es sólamente evitar que muera del Covid sino que tampoco muera de hambre.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. No es la solución, pero si no ¿qué?
ResponderEliminarEl Estado está lento y no ha ido previniendo a lo largo de los años lugares y alimento para todas estas personas. Ahora es tarde y vemos lo que vemos. De algún sitio se tienen que sacar partidas económicas para solucionar a tantas personas que comen y viven en la calle. Todo ese dinero evadido sin pagar impuestos, debería de venir para solucionar estos problemas.
Tiene musicalidad el poema a pesar de su tristeza.
Abrazos
Desconozco cuáles serían las medidas adecuadas, pero de lo que estoy seguro es que hay que salvaguardar la salud y por otro lado la dignidad de las personas.
EliminarUn abrazo.
Las máscaras llegaron para quedarse. No será tan pronto que ya no se usarán, no se sabe si alguna vez se usarán.
ResponderEliminarPoema muy bonito y actual que disfruté leyendo.
.
Feliz fin de semana
saludos
Muchas gracias, Rykardo.
EliminarUn abrazo.
Me pongo en el lugar de esas personas que están obligadas a pedir limosna y siento que eso es terrible, nadie debería de pasar por este mal trago...No, la limosna no es la solución, hay otras formas de devolverles la dignidad a estas personas que necesitan mendigar para poder ccomer. Crear trabajo para todos es una de ellas y en ello deberían trabajar con ahinco los que nos gobiernan.Saludos
ResponderEliminarLa limosna es una humillación para quien tiene que recibirla. Lo suyo es que las personas reciban la ayuda imprescindible para sobrevivir sin mendigar.
EliminarUn abrazo.
Limosnas y derechos no son lo mismo, pero sus fines se parecen. Salvar situaciones dramáticas. Las primeras son solidaridad, caridad del particular; los segundos del Estado. Ni unas ni otros son la solución. Las medidas para que no fueran necesarios las deben tomar los poderes públicos, pero en la situación actual no parece fácil, y aquellas se hacen precisas. Subsidios, bancos de alimentos, ayudas variadas personales o institucionales, nada va a ser suficiente.
ResponderEliminarUn saludo.
Tienes razón. En estos momentos todo es necesario; pero una cosa es el deber y otra la compasión.
EliminarUn abrazo.
Estoy contigo. Es mejor darle un caña de pescar , en lugar de proporcionarle los peces.
ResponderEliminarBesos
Así es, Antonia. Pero cuando el trabajo es imposible, debe ser el Estado el que ayude a las personas y no que tengan que mendigar.
EliminarBesos.
Muy duro pedir limosna, Francisco, muy duro. Las colas del hambre aumentan y esto va para largo. Los españoles somos solidarios, pero duele ver tanta familia necesitada. Vamos a ver cómo llegamos a Navidad, amigo.
ResponderEliminarTu poema mueve y conmuve, Francisco.
Mi abrazo y mi ánimo, amigo.
Gracias, María Jesús, por esa conmoción, por compadecerte del otro.
EliminarUn fuerte abrazo.
Conmovedor poema amigo Francisco, asi andan las cosas por el mundo, que terrible situación ... Saludos.
ResponderEliminarAsí es Sandra, por todo el mundo entero corre esta misma plaga y sus consecuencias.
EliminarUn abrazo.
Breve descripción de una situación que veo por aquí también, elevada a la máxima potencia. Duele ver tanta necesidad pero la limosna y las ayudas del gobierno no alcanzan, todo es un engaño para emparchar carencias que tendrían que haberse resuelto antes y que ahora solo es quitar de un lado, poner en el otro. En fin esta pandemia agudizó y mostró esta desgracia general en el mundo entero. Muy bueno lo tuyo. Abrazo
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