quien no entierra
la semilla del esfuerzo,
y la riega con el
sudor de su voluntad
y con los callos de
sus manos escarda,
siega y engavilla.
Quien no padece
el hambre del otro y
solo ve en su espejo
lo particularísimo
del yo en exclusiva.
Dánoslo hoy, pero
danos continuidad en el tiempo,
pues no nos
saciamos para siempre
con un atracón
indigesto,
sino con el
mendrugo cotidiano
que nutre a
intervalos periódicos.
Danos, no dame. No
te pido para mí,
sino para todos.
Para esa familia soñada por ti
que de momento no
es más que grito agónico
en los sin tierra,
en los sintecho, en los sin nada.
Multiplícalo cada vez
que lo partamos
para dar al
hambriento, al enfermo, al parado.
Perdona por cada
vez que dejamos que se ponga duro
y hasta mohoso, por
amasar nuestros resentimientos
en lugar de buscar
el momento propicio
de la
reconciliación. Todos llevamos en el pecho
más de un silencio
que grita por acusarnos.
No nos dejes caer
en la indiferencia;
que el hambre ajena
resuene en nuestras tripas
a órgano
desafinado, a partitura de división,
de egocentrismo y
de aislamiento,
para que busquemos degustar
y compartir,
como sin dudas tú
prefieres. Amén.
Muy bonita relectura de todo un clásico, cristiano en este caso. Cómo se ve dónde hay base, no solo religiosa sino también humana. Yo añadiría, si me permites la osadía y cambiando de tercio: "No conoce el verdadero sabor del pan" el que siempre lo compra en la tienda de los chinos y no en la tahona (la de Navalcarnero, por ejemplo). Eso es pan y lo demás porquería. ¡Viva el candeal!
ResponderEliminarUn abrazo, Paco. Cuídate.
Muchas gracias, Cayetano. Me sumo a tu versión, a ese pan candeal con el que besar los cielos del sabor.
EliminarUn abrazo.
Muy poético y profundo. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras.
EliminarUn abrazo.
El pan de los panes nuestros.
ResponderEliminarUn abrazo, padre
Muchas gracias, Merche. El pan es más pan cuando es compartido.
EliminarUn abrazo.
Muy buena oración. Corren malos tiempos y cada vez hay personas muy necesitadas.
ResponderEliminarUna buena idea ha sido poner contenedores en los supermercado, para depositar al hacer la compra, algunos productos para ellos...hay que fomentar la solidaridad en estos duros tiempos.
Besos
En estos tiempo duros no podemos olvidarnos de quienes lo pasan mal y de los muchos que se van a sumar a esa cola.
EliminarBesos.
Hermoso Padre Nuestro que deberíamos de llevar a la práctica y no conformarnos sólo con rezarlo.Saludos
ResponderEliminarParece ser que solo nos preguntará, ¿cuándo me vestiste o cuando me diste de comer? Gracias, Charo, por tu presencia diaria.
EliminarUn abrazo.
Hermosa versión poética del Padre Nuestro, muy, muy honda... y necesaria.
ResponderEliminar"..que el hambre ajena resuene en nuestras tripas a órgano desafinado..."
Que así sea.
Un fuerte abrazo
Gracias, preciosura. Hagamos lo posible, Maite.
EliminarUn fuerte abrazo.
Me uno a ese padrenuestro. Vienen tiempos de solidaridad y apoyo a tantas familias que van a necesitar ese pan, ojalá nos unamos todos en ese cometido y todo sea más llevadero durante esta pandemia, Francisco.
ResponderEliminarMi felicitación por tu profundidad y buen hacer con las letras.
Mi abrazo y mi ánimo, amigo.
De alguna forma, María Jesús, si he publicado esto es con la ilusión de contagiar a cuantos más mejor la idea de compartir de lo propio. La situación no tiene mucha espera. Gracias por la calidez de tus palabras.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Francisco. Me gusta este padre nuestro. ES un padre nuestro que creo que nos viene bien a todos porque en algún momento de nuestras vidas hemos amasado nuestros resentimientos en lugar de buscar el momento propicio para solucionarlo los problemas.
ResponderEliminarHay personas que la vida les ha dado la vuelta y les ha desbaratado todos sus proyectos y sueños.
Muy bueno el poema.
Abrazos
Eso mismo pienso, Isa, y es mi intención compartirlo para que otros se animen a compartir con quienes lo necesitan.
EliminarUn abrazo.
Por cierto Francisco, esa hogaza de pan se ve riquísimaaaaaaaaaa. SE me ha hecho la boca agua. Me llegan esos olores a pan recién salido del horno. Se ve el vapor al ser abierto el pan. Una foto preciosa.
ResponderEliminarMás Abrazos
Ese es el pan que me apetecería tener esta mañana para desayunar. Gracias, Isa, por tu presencia diaria.
EliminarAbrázote.
Me gusta mucho tu Padrenuestro.
ResponderEliminarTe lo agradezco, Tracy.
EliminarUn abrazo.
Perdona por cada vez que dejamos que se ponga duro
ResponderEliminary hasta mohoso, por amasar nuestros resentimientos
en lugar de buscar el momento propicio
de la reconciliación. Todos llevamos en el pecho
más de un silencio que grita por acusarnos.
Es un hermosa oración de Padre nuestro, me ha removido sentimientos y a hecho reflexionar.
Gracias por compartirla.
Saludos y fuerte abrazo.
Me has emocionado al subrayar esta estrofa, Azulgenia. Gracias por esa emoción que describes y por la que has provocado en mí.
EliminarUn fuerte abrazo.
Un poema oración profundo que desborda bellos sentires.... Saludos amigo Francisco.
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra. Dios te bendiga.
EliminarUn abrazo.