A mi hijo Carlos
Te lo he dicho con lluvia, con viento,
con sol extremo y arrebatador,
en la penumbra del alumbrado público
y a pleno día, cuando las sombras sestean.
Te lo he dicho en todo los meses,
en todos los climas y en todas las estaciones
a lo largo de tus cincuenta años.
No. No me corrijas, también cuento el embarazo.
Te lo he dicho en el ardor de la fiesta,
en los momentos de gozo y complacencia
y también en medio de los quebrantos,
cuando eras un niño y cuando muchacho.
Te lo he dicho con palabras y gestos,
con expresiones silenciosas y admirativas,
con todo mi poder y con mi nada.
Te lo he dicho y te lo repito mil veces:
para mí eres más que genuino, único.