09 febrero 2025

LA PALABRA

 



La palabra no nació en el paladar

sino en la necesidad comunicativa,

y abrió sus alas una paloma

por entre los labios del hombre,

que hizo nido y engoró en el pensamiento.


Hasta los montes retemblaron

cuando surcaron los valles los primeros vocablos,

y fueron rebotando los ecos entre los riscos.

No entendían nada, pero les conmovía

ese temblor impalpable que se desplaza en su ámbito.


Al principio fueron sílabas sueltas,

como eslabones con cierta cadencia

que permitía al hombre hacer sones

y tomar pleno sentido de la novedosa herramienta.


Y así, subiendo la escala,

se fueron enlazando unas a otras

hasta inaugurar la comunicación,

y fue secundaria, para los momentos de afonía,

la gestualidad que le había precedido.


De aquellos primeros balbuceos,

el sujeto, siempre en cabecera,

se cuestionaba y se respondía

predicando acciones

que se ensanchaban por la comarca

hasta tomar cuerpo de sustancia comunicativa.


Y al sujeto existente

se le sumó el verbo y el predicado,

y la oratoria se convirtió

en materia de culto,

y gracias a este cultivo,

se hicieron más fáciles los encuentros

y también las diatribas y las polémicas.


Primero fue el ser,

pero luego coronó la cima de la creación

cuando se comunicaron los hombres

por medio de la palabra,

si bien, con demasiada frecuencia,

para la disputa más que para la avenencia.

1 comentario:

  1. Una palabra como frontera entre dos silencios. Locuaces o callados, ambos pueden arrepentirse de decir o callar... Que Dios nos ayude.

    🌹

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