Un largo día, tesela a tesela,
tomó vida y parecía anidar
un futuro indefinido y extenso;
mas se cubrió del lodo del descuido,
de humo, de silencio, de desprecio
y quedó sepultado su brillo y su ser
sin haber conocido la muerte.
Pasaron los años, los lustros,
la banalidad de generaciones sin fin,
pasaron los siglos,
y quien buscaba aventura
encontró un tesoro de otro tiempo,
de otra realidad que dormitaba
en el injusto sueño del olvido,
para renacer,
-tras unos mimos de acicalamiento-
a este presente que le hace justicia.
Qué gran suerte, encontrar el tesoro de otro tiempo, para renacer. *Tesela, muy linda palabra, ¡gracias!
ResponderEliminarUn abrazo.
Es un ejemplo de que nada hecho con amor y entrega queda en el olvido, Francisco. Tarde o temprano las grandes obras salen a la luz y son valoradas...Hermosas teselas que nos traen un ejemplo de arte y esperanza en la vida.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz fin de semana, amigo poeta.