Esa luz madrugadora y tibia,
asomada al Atajo y haciendo
plenitud en la cuesta del Calvario.
Ese menudeo rubio ascendiendo,
subiendo y bajando bancales
y tintando de vida renovada
los caminos y las veredas.
Ese encanto de hortelano jardín
acariciando la tierra agreste y dura,
y sirviendo la mesa, según temporada,
de los frutos del sudor humano,
donde el naranjo era el denominador,
como en la sierra lo era el algarrobo.
Las minas a una hora o más de camino,
el agua susurro y socorro bien cuidado
y la luz solar derroche de la naturaleza.
La escuela de los niños en el Toledillo,
la de las niñas en la recoleta Plaza,
los pupitres de a dos y un tintero,
y el reloj de la Iglesia marcando el ritmo
a la música de la tabla de multiplicar.
En cada amanecer de hoy día,
la estela del amanecer de Ojén a la vida.
Te leo asiduamente, aunque a veces no comente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Te lo agradezco en el alma, Antonia.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco, visito por primera vez tu blog, gracias a Chelo que dejo un enlace en el poema que le dedicaste, ya que no lo conocía, estuve leyendo algunos de tus poemas y me han gustado, así que aquí me quedo como seguidora.
ResponderEliminarTe dejo un enlace de mi blog por si quieres visitarnos, somos dos amigas que amamos leer y escribir, nos conocemos desde la escuela primaria.
https://somosartesanosdelapalabra.blogspot.com/
Saludos.
PATRICIA F.
Muchísimas gracias, Patria. Tengo un problema con el blog y es que se me ha desconfigurado los seguimientos y ahora no sé cómo ponerlo de nuevo. Mañana viene uno de mis hijos y espero que me lo soluciones o que alguien me haga las indicaciones hasta conseguirlo. La amistad con Chelo es una maravillosa carta de presentación.
EliminarSaludos cordiales.
Muchas gracias Francisco, ojalá puedas solucionarlo, yo no soy muy ducha en cuestiones tecnológicas sino encantada te ayudaría.
EliminarUn abrazo.
PATRICIA F.
Eres un digno representante de OJÉN...Qué maravilla de pueblo blanco en la falda de la sierra, lleno de vida y de recuerdos...Dan ganas de conocerlo.
ResponderEliminarMi abrazo siempre, Francisco.