No llueve. Menudea
con monótona languidez,
sin llegar a ser lluvia,
sin que sea un tiempo propicio.
Se me han quedado los pasos
entumecidos,
en retaguardia del momento venturoso;
tampoco pude sacar la foto apetecida,
la imagen con la que satisfacer
tu espera.
El día se ha dormido
en pleno despertar, entre bostezos:
me dispongo a la espera
de otro momento y
te emplazo
a callejear de mi mano
asidos a la memoria.
Quizás alguien nos vea y repare en nosotros,
¿pero acaso alguien sabrá interpretar
nuestros sentimientos?
Y si no lo saben, se lo inventan, estos no interesan.
ResponderEliminarSaludos