30 junio 2024

ADÓNDE IR

 




Anoche llovió metralla,

relámpagos y truenos infernales;

llovió de forma continuada y exterminante.


Murieron muchos,

tanto que los números espantan;

desaparecieron algunos bajo los escombros.

¡Qué dolor! ¡Qué asfixia!


No hay luz, tampoco gas.

Ni se compra ni se vende;

no quedan géneros en los almacenes

y las alacenas son espacios con eco.


Los hospitales solo cuentan

con paños calientes,

balsámicos ante tanta estridencia.

Un resto de población subsiste

y vive como conejos en madrigueras;

mientras,

en los foros internacionales,

hablan de galgos y podencos

y el pueblo va siendo fagocitado

por la lava de la ambición ajena.


¡Adónde ir!

¡Qué maldición es esta!

¡Adónde ir!

29 junio 2024

¿PARA QUIÉN?

 


 

Para mí. Escribo para mí adiestramiento

y escribo para quien tenga a bien

leer lo que otros escriben.

Para el soldado saliente de guardia

antes de recogerse en su mundo interior,

para la madre que aguarda

le vengan a interrumpir su anciana soledad,

para la enamorada que quiere

inventar palabras y ser novedosa,

para el joven que despierta a la vida

y entiende que está todo por hacer

y absolutamente todo por decir,

para el anciano que quedó afónico

de tanto guardar silencio incomprendido,

para el sacerdote que no sale

de los cánones y desconoce las afueras,

para el maestro cansado de dictar

mi mamá me ama” y no se siente amado,

para el deportista que necesita un respiro

y se atraganta con sus propias palabras,

para la cajera del supermercado

que solo se afana en hacer caja ajena,

para el jardinero que cava, planta, riega

y en los reportajes no aparece su firma,

para quien quiere alabarme

y para quien prefiere ignorarme.

Yo pongo la porción de levadura,

si fermenta la masa será pan,

en caso contrario haré ayuno.

28 junio 2024

EN EL PINAR

 



Fuera el sol es radiante,

pero entre los pinos

huele a sombra fresca, a cúpula verde,

luz tamizada y brisa acicular

como banda sonora

para este entre dos que no cesa.

Crujen las agujas secas a nuestros pasos,

testigos y huellas de nuestro caminar.

A poca distancia la música es salada,

pero también la agitación

alborotada de los bañistas, los mirones,

el bulle bulle de los chiringuitos

y los buscavidas que ofrecen bisutería.

Un rayo filtrado ilumina de plata

un mechón de tu cabello

y todavía eres más hermosa.

Se me encienden los ojos de pasión

y tú haces mutis tras un tronco

sin abandonar la travesura juvenil

que anida en ti como una constante.

Ya va de caída. Ahora el sol

es menos severo y acaricia sin fustigar.

El gentío está lejos. Ni el murmullo

de la mar llega hasta nosotros.

La paz es esto, los dos de la mano,

donde un resbalón es un acercamiento,

una proximidad que nos entrelaza.

Los pinos, la soledad, la ausencia

de terceros… Unas risas, una pose,

la vida. El universo somos tú y yo.

27 junio 2024

PARA SUBIR AL CIELO




Cuando observas mi mirada perdida,

cuando mis ojos en vez de luz

destilan opacidad y extravío,

cuando el dolor me atraviesa el costado,

entonces te aplicas toda tú,

y es cuando alargas tus manos,

las haces fuertes, dúctiles y mullidas

para buscar el punto doloroso

en mi espalda y aplicar tu tacto

como cera que se funde y perfuma.


Y la frotas con mucho más ahínco

que acertada sabiduría o destreza,

pero tu voluntad me araña el alma

y me ayuda a vislumbrar el paraíso.


A veces son maniobras dolorosas,

pero llenas de amor y buen propósito.

Y levantas mi ánimo, y me alivias,

y me rescatas de la postración,

y sobrevuela tu deseo en cada gesto,

en cada esfuerzo, en cada manipulación,

y me siento dichoso y afortunado,

y doy gracias a Dios por mis padecimientos,

y me siento aliviado y acomodado.


Cuando alargas sobre mí tus manos

es como si un ángel celestial

extendiera sus alas para subir al cielo

y subirme en volandas al rescate.


26 junio 2024

Y ALLÁ, LA MAR

 



Quedaba muy lejos,

pero desde mi ventana

se veía la mar.

Hasta se veía la silueta

cuando cruzaba un gran barco.

Era un mirar al que había que ponerle

dosis de imaginación.

Desde mi cuarto no se olía,

tampoco se apreciaban las olas

ni el faenar fatigoso de los marengos,

ni en remate de tanto esfuerzo

en una subasta.

Sigo sin entender

la mediación del agotador trabajo

rematado en una subasta.

La mar, desde mi ventana,

era una acuarela,

una infinita masa añil,

a veces turquesa,

un azul movible, según los días,

que no lograba fijar

con los lápices Alpino en el cuaderno.

Tampoco se veía la playa,

quizás por eso,

era feliz bañándome en el río.

La mar, desde mi ventana,

era algo tan lejano e ilusionante

como hoy día lo es

pensar en mi infancia,

volver a ser niño.


25 junio 2024

POR SIEMPRE

 


La luz del alba ha desdibujado

tu sombra como un difumino.

Se me ha esfumado tu silueta

en el misterio de lo intangible

y he arruinado mi noche en vela.


Te tuve en mis brazos. Con mimo,

con dulzura. Te tomé por la mano,

acaricié uno a uno tus dedos,

me columpié en la palma,

me paseé por los trastes de tus nudillos

y hasta ascendí a tu codo

para luego dejarme caer

hacia el tobogán de tu pecho.


Tu aroma certificaba tu presencia,

así como tus susurros y jadeos,

y daba armonía a la oscuridad.

No recuerdo haberte besado

y tampoco mis labios saben a miel.


Guardo tu música en mis oídos

como reliquia imperecedera;

pero la alarma, a la hora empunto,

y la claridad del amanecer…


Estoy resuelto:

voy a atesorarte por siempre.

24 junio 2024

UNA SONRISA

 




Era una sonrisa como una trinchera,

detrás se sentía segura y a salvo.

Su gestualidad sobreabundante

era como lances a cubierto

que no le ponían en riesgo.


Era el centro de todas las miradas,

la envidia de la mayoría absoluta

a la que tantos aspiran y no llegan,

el espejo donde se refleja la envidia.


Nadie sabe cómo siente, como padece,

si acaso también sufre como tantos.

Pero su sonrisa y su belleza son

verdadera y rotundamente imperdonables.

23 junio 2024

SOLO

 




Surges de en medio de la noche

como un tropiezo, como una aventura

mal envuelta y entre cartones,

un minúsculo bolso por cabezal.


Leves son el conjunto de tus pertenencias,

salvo tu cuerpo, herido de soledad

y ahíto de madrugadas e intemperie.

Todas las posesiones en tu lecho.


No sé dónde atesoras la esperanza,

dónde abrigas los sueños

que te pusieron en camino,

qué has hecho con los besos de tu madre

o si te siguen buscando

quienes te embarcaron en la patera.


Eres un sobresalto, un sueño apacible

que despertará de nuevo entre carencias.

Solo cuentas con la vida y a qué precio.

Solo. Rotundamente solo y acurrucado

en el frío y hostil suelo. Solo. Muy solo.

22 junio 2024

AMANECER EN LA PLAYA

 





Amaneció. Una densa cortina de “taró”

pone su empeño en negar

la existencia del mar,

aunque la melodía salina

deja constancia de aquello

que no alcanza la mirada.

Amaneció opaco, pero en breve lucirá el sol.

A primeras horas son varios los caminantes,

pero no los cuerpos semidesnudos

con ansias de un tórrido bronceado.

En el puerto huele a brea

y también a restos de vísceras

que excita a las gaviotas

de frenesí inusitado,

siempre alerta al hurto.

En los chiringuitos, un trajín

de diligentes proveedores

y una formación de lonas de sombras

y hamacas de colores ofrecen acogida.

Sobre la arena, huellas de tractores

que han filtrado las arenas de restos

de los descuidados y de los incalificables:

el respeto es desigual,

pero lo sufrimos todo indiscriminadamente.

21 junio 2024

ETERNIDAD

 





La juventud escalaba por tus piernas,

se relajaba mínimamente en tus caderas

y seguía ascendiendo

hasta hacerse aguerrida en tus labios,

donde se pertrechaba de un ramillete frutal,

un eficaz excitante de mi sed

y se hacía sonrisa radiante.



Dos pétalos de rosas daban licencia

a tu pronta sonrisa,

a la música de tu silencio

y a la avidez de tus ojos.

Escanciabas alegría como de un aljibe sin fin

con pasillo secreto a lo inagotable.



Tu presencia, atrio de palacio,

las puertas del cielo, el trono soñado

repujado en púrpura y bañado de luz:

oro, piedras preciosas, filigrana y jade,

marfil puro, ─labios adentro─

en el sobresalto de tu sonrisa.



Yo caminaba a oscuras, venía de lo imperfecto,

de un caminar errante de huellas sucias,

y en la urdimbre de tus yedras

estaba la partitura

de mis vivencias de eternidad.

20 junio 2024

EL OCASO

 





El sol se resbaló por el poniente

Y la tarde lucía anaranjada, como si se humillara.

Era de un marchito creciente

hasta desaparecer por la línea del horizonte,

esa línea bien rotulada

en la que los terraplanistas se apoyan

para sus afirmaciones rotundas y obsoletas.

Dicen que América está al otro lado,

donde cumplen las sombras

arrestos de un día de forma permanente.

Se nos ha hecho tarde de nuevo.

Volvemos sobre nuestras huellas titubeantes,

y sin demasiadas dificultades

logramos ponernos a refugio,

alimentarnos y soñar una nueva aurora.

Hay una línea imaginaria

entre el ayer y el hoy,

seguramente tan rectilínea

como la del horizonte durante el día

y no tortuosa como la imagino de noche.

El error de los años es como un círculo vicioso,

una coda impertinente

que nos devuelve a los asuntos no resueltos,

quizás por eso los mayores

tendemos a repetirnos.

Es esa fragua, el martilleo en frío

de aquello que arde en nuestro interior.

Cuando la tarde se marchita,

se avivan los recuerdos

y los fantasmas visten de nuevo sus embozos.

19 junio 2024

SIN SOLUCIÓN

 




Como el mar se agita

y lanza olas que se estrellan en la playa,

y vuelven atrás sumisas,

como arrepentidas,

y se arraciman en la siguiente,

y se hace espuma o nácar

pero hábil amazona de la próxima.

Como uncido a ese mismo frenesí,

atado a ti y sin remedio,

y sin el deseo de otra alternativa

que no sea vincularme a ti

sin perspectiva ni remedio,

sin vislumbrar el horizonte,

sin deseos de conocer el fin último

sino sentirme inmerso en la secuencia

de este vivir, que es morir…

Uncido a ti sin solución ni remedio.

18 junio 2024

CUANDO TE PIENSO

 



Cuando te pienso

te haces accesible a mi tacto,

te palpo y hasta puedo seguir el recorrido

del aire en tus alvéolos;

noto, siento el pálpito de tu pulso

deletreando tu nombre

y hasta escucho el silabeo de tus labios

al pronunciarme.


Cuando de pienso

me viene a los labios sabor a carmín,

se me emborronan los míos

y saboreo el regurgitado de tus últimos besos.


Cuando te pienso,

cuando te imagino entre mis brazos,

resucita en mí el carcelero

que ambiciona tu cuerpo

para estrecharse a él,

para fundirse en un único y definitivo

cuerpo a cuerpo.

17 junio 2024

YEMAYÁ

 



Nacida de los profundo

de las entrañas del mar,

donde los secretos están blindados

también para titanes y sirenas.


De una insondable y oscura sima

nació la luz que me ciega,

el brillo y la crin del caballo

que me invita a cabalgar

a lomos de los imponderables.


Flor de lo profundo, estrella,

gajo jugoso y luciente del inframundo,

ven, lléname la boca de tus suspiros,

deletrea, tañe entre mis dientes

los arpegios de tu predilección

y palpita en mis adentros tus compases,

un madrigal de amor

que preserve mi vida de sucedáneos.


¡Galopemos a lomos de Pegaso,

de la mañana al alba sin descanso,

por indefinidos días sin término!

16 junio 2024

LA DEHESA




Sonata silente,

cielo audible, soñado, tangible,

caminos que serpean hechos isla y cristal.

Mar interior

y bañera multifuncional

donde se desborda sin sujeción posible

la misma naturaleza.


La copa de un árbol,

improvisado acomodo de varas secas,

sutil y espinado aposento,

un hogar de cigüeñas transmitiendo la vida

con el mismo don y generosidad

de ese hilo inquebrantable,

sutil y ancestral génesis,

que nace de la oquedad de un huevo.


No hay nada casual,

todo obedece al hilván del proyecto

con el que la vida se desencadena

desde tiempos remotos e inexplicables.


Aquí y allá una flor,

un cardo, cáliz de espinas enhiesto,

un destello amarillo o violeta

de hojas caprichosas,

media docena de humildes hojitas blancas

que ruegan no ser pisadas

o la espigada vara

que se hace notar en la distancia

proclamando su ser.


Un profundo silencio

pautado por voces, gorjeos y cánticos,

un barco de Noé varado y lleno de vida:

en la laguna, una formación de rosados flamencos,

espátulas, zampullines, fochas morunas,

fumarales, agujas colinegras…

Un no saber dónde mirar

tratando de identificar siluetas y sonidos,

un verdadero deslumbre.

Una sonata de acordes,

cuyo director es ausencia que sobrecoge.

15 junio 2024

ECOS DE VELINTONIA

 



Una luz radiante,

exclusiva protagonista

en el mortecino encierro buscado.

Unos destellos,

el mismo fulgor de su trascendencia

presidiendo cada una de las veladas

como ocasión única.

Palabra serenísima,

oportuna y eficaz. Como rayo que centellea.

Punta de lanza acogedora,

rotunda como el desafuero de la plenitud

en medio de los silabeos

de un cónclave de elegidos.

En sus labios la precisión

y en sus manos y ademanes

el complemento que viste de gala lo cotidiano

y lo envuelve de un aire excepcional.

Afuera

se concita la aurora desde la víspera,

y en el jardín la noche uniformada:

árboles, setos y plántones

bajo la tupida sombra arracimada;

solo los aromas compiten

elevando sus gorjeos hasta quedar afónicos.

Todo es reverencial hacia el interior,

donde la palabra viste los más bellos ornamentos

evocando mundos impronunciados.

Toda la luz y la elocuencia nace en sus labios,

en el poder creativo y sugerente

que palidece y gravita al bajar un tono.

Besaría sobre sus palabras. Las acariciaría.

Mejor aún, las ensartaría de forma arbitraria

con la certeza previa

de conseguir un “collage” sublime.

Una luz, unos ecos radiantes

perviven y suenan en Velintona,

a la Sombra del Paraíso.


14 junio 2024

PROYECTOS

 



Un proyecto va unido a su fin

como un convoy a una locomotora.

Algo así como el planteamiento

de un ejercicio matemático,

con sus interrogantes de apertura y cierre;

ese todo que busca lo desconocido

y se angustia de impaciencia,

o se sonríe ante el éxito que le espera.

No se emprende sin ilusión,

ni se formula, ni se hace equipaje,

si uno no tiene la certeza

de saber elegir el itinerario

y descubrir los vericuetos hasta llegar con éxito.

No se inicia un proyecto

sin los pasos intermedios

que llevan a la meta:

el verdadero cálculo

es el de evaluar la medida

de tus recursos y las fuerzas que te acompañan.

Alcanzado el objetivo, a por un nuevo empeño,

a proyectarnos de nuevo sin dejar de soñar.

13 junio 2024

PLACERES CANCELADOS

 



Se acercó a mi como un río jovial

que merodea el meandro en su discurrir

y trata de hacer fértil lo improductivo.

En la luz de su radiante espejo

llevaba una sonrisa desabrochada

y la turgencia de unos veinte años,

    -talle arriba y talle abajo-

marcando la silueta de su jovialidad

con generosa y alegres curvaturas.

Un breve saludo de cortesía,

para de inmediato ofrecerse a sí misma,

supongo que en mismos y carantoñas.

    ¿No ves que soy un anciano?

No le importaba. Se resistía a fracasar

y redobló su insistencia cuanto pudo,

para finalmente cruzarse de acera

e intentarlo con otro, dotado de bastón

y un caminar tan torpe como el mío.

12 junio 2024

PROLONGADO SILENCIO



Su vida era un largo y prolongado silencio,

una estepa árida, un agostado barbecho,

una mirada entristecida, casi opaca.

Se traslucía una historia no contada

de posibles éxitos y rotundos fracasos,

un dolor invisible en primer plano,

un laberinto tortuoso nunca exteriorizado.

Ojos húmedos, resecos, oxidados,

transidos de terca soledad y espera,

tan viejo como su ropa o su sombrero.

No usaba gafas, pero apenas veía

ni sentía interés por nada. Siempre

de espaldas a la ventana, al día y a la noche,

tal vez perdido en sus lúgubres tormentos.

Su horizonte era un tempestuoso mar sin olas,

un desierto infinito de tumultuosa soledad

hacia la nada, donde miraba sin ver.

Cada arruga un surco, un padecer silencioso,

forjado en áridas noches de vigilia.

Estaba anudado, preso a su pasado

y jamás salía de junto a la chimenea,

donde avistaba sin ver el fuego y las cenizas.

No miraba de frente. Tampoco al infinito,

sino a lo inmediato de sus recuerdos,

donde Adela, su amada esposa,

se había hecho cenizas para siempre

en una noche negra de hospital

y la seguía buscando cada día

entre las brasas, las cenizas y los tizones.