Surges de en medio de la noche
como un tropiezo, como una aventura
mal envuelta y entre cartones,
un minúsculo bolso por cabezal.
Leves son el conjunto de tus pertenencias,
salvo tu cuerpo, herido de soledad
y ahíto de madrugadas e intemperie.
Todas las posesiones en tu lecho.
No sé dónde atesoras la esperanza,
dónde abrigas los sueños
que te pusieron en camino,
qué has hecho con los besos de tu madre
o si te siguen buscando
quienes te embarcaron en la patera.
Eres un sobresalto, un sueño apacible
que despertará de nuevo entre carencias.
Solo cuentas con la vida y a qué precio.
Solo. Rotundamente solo y acurrucado
en el frío y hostil suelo. Solo. Muy solo.
Y cada vez más solo, dia a dia se escucha con más fuerza la animadversión hacia el emigrante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esa actitud me sabe a cuerno quemado, Emilio. Hay mucha gente que se creen los bulos que algunos cuentan y dicen poco menos que viven como marajás.
EliminarUn abrazo
Ya muchos tienen mantas, gracias a la solidaridad de las gentes. Yo los veo, por algunas calles de Córdoba.
ResponderEliminarFeliz domingo. Un abrazo.
Los hay por todas las ciudades. También hay organizaciones de ayuda que se acercan a ellos y les proporcionan algunas cosas de las que necesitan.
EliminarUn abrazo.
Ellos son soñadores, que han arriesgado su vida...y ahora tienen que pagar el precio de la espera, de la constancia y paciencia hasta lograr un lugar hogareño y un trabajo adecuado...Bello homenaje, Francisco.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz semana, amigo.
Y también gente de los nuestros, no todos extranjeros, que han llegado a la calle por diversas causas, con frecuencia por las adiciones. Un desastre.
EliminarUn abrazo, María Jesús.