Allá lejos, por donde se despeña
el infinito,
oculto en el tafetán de la noche,
se resquebraja lo oscuro
liberando el camino
de la Mica o la Gallega.
De forma progresiva,
allá donde se emborronan las lindes,
se asoma el nuevo día
con una sonrisa de luz emergente
que lentamente se hará dorada.
Tiene nombre de mujer.
Alba, le llaman. Quizás diosa núbil
que se peinó en las sombras
y ahora es sonrisa reluciente.
En el Aguamala ya es claror
que deslumbra,
galope de corceles hacia el orto
y gracejo chispeante de figura femenina,
como brisa que todo lo conmueve.
Te intuía. Ahora veo con nitidez
el brillo estridente de tus labios
y el destello que se eleva,
al tiempo que los flecos de tu falda
es remolino que asciende
y se radicaliza. Ahora es pleno día.
Alba es tan solo una fascinación.
Precioso amanecer.Saludos
ResponderEliminarAsí amanece en Ojén, mi pueblo. Gracias, Charo.
EliminarUn abrazo
y con ella nace el día. Besos
ResponderEliminarAsí es, Arantza, y con el nuevo día se renuevan nuestras esperanzas.
EliminarUn abrazo.