¿Me quiere? ¿No me quiere?
Es muy dichoso el tiempo de la duda
donde tiene el espacio la esperanza,
dichoso el que confía
de la apertura a cierre
en ellos desopita
una apuesta anhelada.
¿Me quiere? ¿No me quiere?
Muy sutil gozo palpa,
con certeza pronuncia el sortilegio
y con toda pureza al aire lanza.
Uno, un pétalo más
con disparo de la ruleta rusa
que ni mata ni mancha.
¿Me quiere? ¿No me quiere?
Aún quedan muchos en la recámara
para andar maliciando el infortunio
de un tiro muy certero
que mata y descerraja.
¿Me quieres? No me quieres?
Bendita es la inocencia
flor de toda eficacia,
pensando que es sabia en glorias y amores
en atinado fin
acabose este juego
otorgar amor a manos muy llenas
de por vida y muy atinada eficacia.
Hola
ResponderEliminarprefiero que el juego me diga "no me quiere" asi me esfuerzo a que me quiera, hago un plan, le pongo empeño, pasión, ya que si me dice "te quiere", pueda que me duerma en los laureles, y mucho rato uno queda con un fuerte olor a hierba...
abrazos!
No está nada mal, Carlos. Cada uno conoce las cosas que más le motivan a seguir peleando por aquello que ambiciona. ¡A seguir deshojando!
EliminarUn abrazo.
Cuantas veces siendo una adolescente y joven inocente he cogido una margarita y la he deshojado con el me quiere o no me quiere. Con los años ya se aprende muy bien que el éxito consiste en dar amor a manos llenas. Besicos
ResponderEliminarDe vez en cuando, Charo, conviene mirar atrás y reflexionar sobre nuestro pasado. Era un juego muy de adolescentes, pero que muy poco después se convertiría en una inquietud mucho más profunda y determinante para nuestra vida.
EliminarUn abrazo.
Francisco, con tu margarita has ido desgajando pétalo a pétalo una reflexión: Cuando somos jóvenes queremos saber quién nos quiere, quién nos valora...Cuando pasa el tiempo y somos mayores, eso lo hemos superado, porque sabemos a quién queremos y a quién valoramos...
ResponderEliminarMi abrazo por tus genuinas y originales letras.
La vida es un continuo deshojar la margarita. En cada pétalo un incertidumbre menos o una nueva que antes no habíamos conocido. En fin, María Jesús, gracias por valorar este juego de juventud.
EliminarUn fuerte abrazo.
Espero que al terminar de deshojar la margarita, te haya salido un SI.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las margaritas eran un juego de un 50%, pero la vida me ha tratado muy bien, gracias a Dios.
EliminarUn abrazo.