Mañana, una indecisión,
un aplazamiento incierto
que puede acabar en nueva prórroga;
una muletilla que hace el
quite
a lo improvisado y lo
envuelve
en el proceso pos
productivo
sin entidad ni aliento
para llegar a término.
Mirando con perspectiva,
un acumulado de demoras
durmiendo el sueño de los
justos,
cada una con su color y
sus matices,
con sus peculiaridades,
con sus caricias dormidas
y su lastre de desnudez
árida,
sin etiqueta que la
identifique.
Mañana,
un tal vez que cuelga del
alero.