31 mayo 2016

ELLA TIENE TALLE



Ella tiene talle
de jardinera
y su falda huele a juncia
y romero,
a tomillo y orégano.

Sus brazos son jacintos
rematados por manos
a modo de gardenias
y sus pies petunias
que pisan con levedad
de alma pura.

Sus piernas
varas de nardo
y gladiolos que escalan
por sus caderas
hasta el busto,
balcón de begonias en flor.

Su pelo es un jazmín florido
con ensortijadas clavellina,
y la sombra de sus ojos
violetas imperiales;
sus labios pétalos de rosa roja
encendidos de pasión.

Ella…
Ella es un jardín vital.

30 mayo 2016

SIGUE SIENDO UNA NIÑA



Pero, ¿de dónde sale la Sabiduría?
¿dónde se encuentra la Inteligencia?
(Job 28, 12)


Sigue siendo una niña
cuando está a punto de doblar
el cabo de Hornos
y perderse por las aguas australes
hacia la infinitud de horizontes lejanos.

Sigue soñando despierta con mares de coral
y peces extraños con aletas de zafiro
y escamas de plata;
con jarras de oro con incrustaciones de ónice
donde escanciar néctar
y brindar con los dioses del Olimpo
rodeada de amigos, músicos y poetas.

En el ojal de las curiosidades,
lleva incrustada un ágata listada de arcoíris
y se ciñe con perlas entrañables de afecto,
gemas galantes y esmeriladas esmeraldas;
como tope y broche, un topacio sobre ámbar.

En suma, esta niña es un corazón rubí
que sueña ser traslúcida como el cristal,
frágil como la inocencia
y avispada como el conocimiento enciclopédico.

La niña encontró la sabiduría
en los hontanares del Paraná,
allá donde mana la inteligencia
con irisaciones de jaspe
de las entrañas cálidas de la Tierra,
y se hizo una capa y entorchado a medida
con el que se reviste de prudencia
y pasa derramando amor,
ese mismo amor que para sí reclama. 

29 mayo 2016

AMAPOLA SOLA



Amapola sola;
verde ola
en campo fértil candeal
y una encendida corola:
cuatro pétalos sin par.

Cerca, ─donde no se ve─
unas manos:
desvelos que mima y sana
con aroma de rossana
que cuida y besa a la vez.

En el confín de su arrebol
una esperanza que clama,
leves sonidos que llaman,
que recelan de la flama
de tan ardiente clamor
por esa siega cercana
donde el color se derrama
sobre corona de espinas.

Tres clavos atravesados:
un tachón, de reo amado,
otro menor, postergado,
y el clavo ardiente de su dolor.

Amapola sola; encendida
corola: cuatro pétalos sin par.

28 mayo 2016

VAN CAYENDO LOS DÍAS



Van cayendo los días
con la celeridad constante y fatídica
de enormes pesadas piedras
que no encontraron acomodo
en la clave ni en los cimientos
de este edificio que se descompone.

Nos dieron unas coordenadas
y fueron necesarias medidas
complementarias
que facilitaran alinearnos
en lo espaciotemporal,
en la entelequia
que tiene poco o nada que ver
con la verdad
y mucho con lo ilusorio.

Caen los días, caen las horas
y caemos nosotros
en la relatividad de lo absurdo:
la ausencia de una de las dos
descarta el todo
como tu ausencia
me descarta a mí, minuto a minuto,
deshojando la atemporalidad del amor.

27 mayo 2016

ENVUÉLVEME UN GUIÑO



Envuélveme un guiño
en papel satinado de azogue
─alondra entristecida─
que sobrevuele las magnitudes
desde la adversidad
por las arboladuras de los navíos
que surcan los mares
que se nos interponen,
hasta el tiempo desértico
de esta sed perdurable
de dotación abnegada,
donde el silencio es una brecha
de arena calcinada y amarillenta.
Súbete a la alfombra de Aladino
y endulza este té verde
que quiero compartir contigo
como excusa para el avocamiento.
Hasta esta orilla solitaria,
el gorjeo de tu voz hecho poema
es plegaria en mis labios.
Envuélveme uno de tus guiños
en celofán almohadillado,
en tanto vuelas de nuevo,
y sorpréndeme
con lo que hoy me es esquivo. 

26 mayo 2016

CALLA, ESCUCHA



Calla;
déjame oír el silencio,
el murmullo del aire
haciendo arpegios
y el trino de los pájaros
roturando
los campos celestes
que la ciudad no visibiliza.

Silencio;
escucha cómo planean
esas avecillas
sin apenas movimiento,
como interpretando
un pentagrama vacío
sin instrucciones ni tempo.

Escucha;
déjame oír la agitación
del aire entre las ramas
acunado por la tórtola,
el misterio de la música
del Creador.

25 mayo 2016

ESPERA TE ESPERA



Escucha cómo tiembla
mi corazón de niño de pueblo
oteando desde lo alto
los tejados de tantas vidas
enraizadas a esta geografía:
un entramado de calles
que suben como sarmientos
por la ladera hasta la cima
y allí el Castillo de Fatetar.

Es domingo, la actividad es escasa
en este pueblo blanco gaditano
con trazado quebradizo;
unos pocos desayunan en el bar
y de las numerosas puertas cerradas
salen suspiros
tan imaginarios que parecen reales;
a lo lejos, en la campiña,
espaldas dobladas reverenciando
labor-culto a los cultivos.
Sobrevuela un grajo
─tal vez una primilla─
por encima de la peña;
entre los muros del castillo
crecen flores y jaramagos,
que descomponen y desordenan
los viejos sillares;
finalmente, unos chavales corretean
alborotando por el centro de la calle,
donde los coches son lo accidental.

24 mayo 2016

MIENTRAS SIGA

Fotografía de Antonio Reina


Mientras siga tarareando
y trabucando tu nombre
entre los alveolos y la glotis,
engominando mis cuerdas vocales
y la seca laringe
de agotadoras musicalidades;
mientras siga paladeando tu nombre
en la cavidad fonadora
─al tiempo que lo pronuncio─;
mientras las sílabas de tu nombre
sean como los sillares a soga
de la atalaya
donde me pongo a salvo…

Mientras dudas de mi amor,
mi duermevela
transido de vocalizarte,
sin que puedas oírme
ni compadecerte
de este mal,
de esta desnuda riqueza
que atesoro,
es todo el bien con el que cuento.

23 mayo 2016

LA VENTANA



Cae la tarde
como cascada de luz
que se amortigua;
es escorzo
y hace de lo estridente
color amable,
pastel de luces
que viran hacia la negritud.

En casa,
la ventana es el escaparate
que muestra al mundo externo.
Hay bullicio en la distancia
y ecos tras los cristales;
junto a mí,
la pilistra es una palmatoria
de manos anchas y pacíficas
que se levantan hacia el cielo.

Ya casi es verano,
aunque no para astrónomos.
En este encierro,
el mundo imprime su velocidad
a capricho,
como veleidosos son
los sentimientos insatisfechos.

Por mi ventana
cae la tarde
en brazos de la monotonía,
una tarde más, un día más.

22 mayo 2016

SÉ DE TI LO SUCINTO



Sé de ti lo sucinto,
apenas un esbozo
caramelizado por tus ojos,
de un tierno azul
que irradian confianza
y ternura.

Sé que tragas saliva
cuando la boca te sabe a tierra agreste
y no escupes para no revolver
las entrañas circundantes.

Pasas por ciertas carencias
─calamidades suena muy rotundo ─
pero te atusas los cabellos
con ese aire distinguido
que sólo tienen las damas de éxito
y nublas los arrabales
y hasta emborronas el carboncillo
que ya no sabría bosquejar tu rostro.

Sé de ti lo sucinto,
el parco y delicado talle de tus versos
trabados con la desenvoltura
con la que pronuncias y obnubilas,
y me confirma cada día en esta sed
que es la obsesión que me habita.

21 mayo 2016

LA BURBUJA



El que se harta de riquezas no logra conciliar el sueño.
(Qo 5, 12)

Hablaron de “burbuja inmobiliaria”  
pero la imaginación no me alcanzó a ver
globos de colores como cúpulas
o frontispicios,
y resultó una infecta pompa de jabón
contaminada de avaricia;
un acoso desmedido a lo público
para llevarlo a hurtadillas a lo privado
del compadreo;
esos que prometieron darlo
todo por la patria
y se lo llevaron a paraísos secretos
bajo enrevesadas siglas eufónicas
de cuyas consecuencias mis hijos y los tuyos
compraron pisos de dos habitaciones
a precios de mansión
y cuyas hipotecas estrangulan sus vidas
hasta la jubilación y más allá.
Dudo que esta situación les quite o no
el sueño a los protagonistas,
pero sin duda que han desvelado para siempre
a los incautos que sólo pretendían
un nido sobre el que edificar sus vidas.

19 mayo 2016

DEVUÉLVELE UNA SONRISA



Devuélvele una sonrisa
a esta mariposa liviana y sutil
que sobrevuela la adversidad,
este tiempo desnudo y desnaturalizado
de entrega virtuosa
tomado y cedido de flor en flor.

Siéntate en la cornisa
de su agitación volátil,
en el alféizar sin datar
de su conversación pausada
y ayúdale a devanar
la madeja de su hilo de ámbar,
en tanto vuelve a repostar
de los labios enamorados
donde los decires son
rompientes de nácar a edad cristalina.

¡Oh arpegio silente, oh cabriola,
abrazo sonoro que canjea
latidos de amor en néctar
de paroxismo apasionado;
dame tu liviano vuelo
a cambio de légamo
de esta sonrisa que te busca.

18 mayo 2016

RETAZOS HILVANADOS



La chopera,
convergencia alineada
señalando al cielo.

Ayer, un cuento acabado;
hoy me olvidé de vivir;
mañana, todavía un proyecto.

El gallo alarma encrestado
al alba,
urgencia que anuncia el día.

El lapicero no tiene memoria,
es mina de arabescos,
de tachaduras y de grafías.

En las salinas,
peinando el agua
escamas saladas.

Arenas de la playa,
sumidero de la espuma
que filtra el agua.

Labios
lamen
levemente.

En el pensamiento,
un ruido retumba
inquietudes.

17 mayo 2016

LUNA LLENA



A Ema Bustamente, quien pone su mirada en lo sencillo de la vida.

Luna llena, desbordada,
derramada por los bordes
hasta anegar el imaginario
de este niño que me habita,
de esta mirada caribeña
que se refleja en el espejo
de este archivo por años custodiado;
un lucero de plata bruñida
eternizado en un instante concreto
por mi amiga Ema,
como quien trata de aquietar
la guirnalda nocturna en su cúpula celeste
y nos muestra la cara sucia,
las huellas sangrantes de dolor
de su amada Venezuela,
ahorrándonos la visión desabastecida
y los desnutridos rincones vacantes
de su despensa famélica,
ese dechado de pobreza paupérrima
de un pueblo rico que ha sido saqueado
por un proceder obtuso e ininteligible.
Luna llena, despensa vacía;
esplendor desnucado en noche clara.

16 mayo 2016

EN EL LECHO



En el lecho arenoso de mi mar,
en las profundidades
nocturnas de mis ensueños,
Tú, sargo escurridizo
en fuga de mi tacto.

En el lecho tempestuoso de mi mar,
en las profundidades
de mi apetito insaciable,
Tú, pulpo danzarín,
octópodo alucinógeno.

En el lecho pedregoso de mi mar,
en las profundidades
de las simas de mi codicia,
Tú, sirena de argenta,
el tesoro que me encandila.

En el lecho ensabanado de mi hogar,
en las profundidades
de mis nocturnas elucubraciones,
Tú, lisa resbaladiza
que escapa de mi copo.

15 mayo 2016

ODA A LOS FRUTOS



De todos los frutos
que nacen
bajo la superficie de la tierra:
ajos, zanahorias,
patatas, puerros…

De todos los frutos
que granan
por encima de la tierra:
trigo, cebada, maíz,
tomates, pimientos, berenjenas…

De todos los frutos
que crecen
en las ramas de los árboles:
naranjas, mandarinas,
manzanas, aceitunas,
ciruelas, aguacates…

Nada tan asépticamente
presentado,
ni tan bien envuelto
como la castaña:
aguerrida capa de púas,
chaleco rutilante de cordobán
y camiseta interior amarga.

De todos los frutos
que nos da la Naturaleza,
ninguno tan jugoso
como la grosella de tus labios.

14 mayo 2016

ES UN GORRIONCILLO RENDIDO



A Volarela, a quien he robado esta imagen tan sugestiva. 

Es un gorrioncillo rendido,
asustado y endurecido
por los sobresaltos de la vida,
una existencia frágil
en la pulsión de los muchos quebrantos,
hasta soltar las riendas
en el abandono providencial
de los cuidados intensivos
de la ciencia
y en la reconstrucción de la familia,
siempre en circunstancias límite.

Nunca dejó de cantar;
tampoco dejó de amar sin medida,
ni sangrar por el costado
por el que una madre rescata
de galeras los jirones que su hijo
deshilachó por el camino erróneo.

Ahora tiene un trino afónico
que le nace en los limos del alma,
en el barrizal inánime
donde el desaliento es más fuerte
que la más robusta de las atalaya.

Ha ganado mil batallas,
ha salido indemne
de todas las emboscadas
y ha guardado para sí el agrio sabor
de los días aciagos;
a cambio, ─en el trueque─
hoy todos en torno a su postración
han le han devuelto la mirada.

Es un gorrioncillo rendido,
asustado y endurecido
por los sobresaltos de la vida,
una existencia frágil…

13 mayo 2016

TOCABA EL SAXO TENOR



A mi amiga Esther MaCo, por su amor al jazz.

Tocaba el saxo tenor;
lo tocaba con la misma dulzura
con la que el amor se hace ovillo en el sexo
y trasciende lo físico en el tacto,
en almas que se retroalimentan.
Formaba parte de una orquestina
de pueblo, en aquellos salones de baile
carentes de glamour y desodorante
los domingos y fiestas de guardar.
El pasodoble era el ritmo más habitual
y también repetitivo para el regocijo
de la apiñada concurrencia
ataviada con ropa de domingo.
Lorenzo pensaba en jazz, soñaba en jazz
y guardaba en la cartera un recorte
con una fotografía de Charlie Parker.
Cada lunes, volvía somnoliento al tajo;
entre el fuerte olor a pegamento,
cambiaba la estampada camisa de fantasía
por el mandil, manejaba con destreza
el martillo, la cuchilla sobre el cuero
y la lezna con cabo encerado.
Con cada puntada, en cada martillazo
tratando de domar la piel curtida,
el soniquete de los ritmos de moda
y los ensueños colgados en la percha
del próximo fin de semana.
Lorenzo ejercía de remendón, pero
tocaba el saxo tenor,
pensaba en jazz, soñaba en jazz,
cuando interpretaba pasodobles.