Lágrimas verdes,
hojas lanceoladas, melena
blandida
por una red de espesura
que se balancean
con la brisa y llora;
llora el sauce y lloro yo
ahora
extrañando su sombra acogedora
─murmullo que enreda─
Globalizando el todo bajo su
follaje,
al borde de la piscina
con la musicalidad de la
memorizada
partitura de esta añoranza
con la que fantaseo.
En esta estación,
cuando se va modelando
el rigor del estío,
me abrazo a tu recuerdo,
¡oh, ramaje lánguido!
y te formalizo en la
intensidad
de una fiel vivencia
que se repite con la
cadencia
del deseo que busca
regocijarse.
Lágrimas verdes,
esperanzado encuentro.
Pareciera que el Sauce Llorón hubiera pertenecido a una cultura infantil. Todos lo conocíamos, muchos nos alborozamos bajo sus sombras para jugar y, más grandes, para leer. Abrazos.
ResponderEliminarPor todas las latitudes compartimos cosas que nos son comunes, que nos provocan sentimientos similares, Vicente.
EliminarUn abrazo.
Qué curioso, tu poema, el comentario de tu amigo Vicente. Yo también me sumo a los gratos recuerdos, del sauce llorón en la infancia.
ResponderEliminarHabía un parque lejos de la ciudad con muchos, donde íbamos las familias de día de campo. Y ¿Qué crees? Lo convirtieron en pista de carreras y los talaron. Para llorar por ellos y por tan cruel decisión.
Un beso.
Esta mañana he leído que en Madrid van a reponer los árboles que cortaron en anterior equipo municipal, lo cual significa una esperanza de que no todo está perdido. En ocasiones, como la que cuentas, cambiamos árboles por asfalto y es para preguntarse ¿qué respiraremos? Gracias por contarnos tus vivencia, Sara.
EliminarBesos.
Que pasen los años y que nuestros "viejos conocidos" sigan ahí, permite remover la memoria, aflorando recuerdos de otros tiempos.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Me une a ese sauce horas de esparcimiento y lectura, de relax y contemplación; horas que no se olvidan, Cayetano.
EliminarUn abrazo
Siempre me ha gustado ese árbol triste y llorón.
ResponderEliminarAbrazos!!
Es un árbol melancólico, pero por lo general todos los árboles te devuelven aquello que llevas cuando te cobijas en su sombra, Emilio.
EliminarUn abrazo.