El presente carga una
mochila
desmemoriada donde la casuística
elabora sus codas
caprichosas,
sin descifrar el ritmo
repetitivo
de vividos errores y
aciertos.
Empero, todo es novedad arracimada
cuando el amor repite los
mismos
decires y silencios de
siempre
o se extravían las miradas
de tanto mirar sin ver,
de tanta contemplación
absorta.
¡Échate la capa de la sombra
y tomemos una copiosa copa,
acaparémonos tú a mí y yo a
ti!
Es bonito acapararse de esta forma; ¡claro que sí!
ResponderEliminarAbrazo!
Pues ya sabes, Zamarat, a acapararse uno al otro y darse mucho cariño.
EliminarBesos.
Preciosa manera de proponer que siempre hay que renovarse, para que jamás aparezca el hastío.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Muchas gracias por tu opinión, Sara.
EliminarUn fuerte abrazo.
La única forma de "acaparar" que no necesita de grandes espacios para almacenar cosas.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
No se trata de acaparar, sino de acapararnos recíprocamente, darnos el verdadero valor de lo gratuito.
EliminarUn abrazo.
"acaparémonos", uff con el palabro, al oído no me queda bien.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Es cuestión de ensayarlo, Emilio. Los poetas se toman licencias muy atrevidas.
EliminarUn abrazo.
Hay que encender de vez en cuando una chispa para no caer en la monotonía y volver a la ilusión de los primeros tiempos.
ResponderEliminarBesos
Hablas con la sabiduría de la experiencia, y por tanto aciertas plenamente.
EliminarBesos.
Hermoso amor... Acaramelados...hermosa poesía.
ResponderEliminarMe encanta leer tu blog apreciado Francisco.
Besos, versos y flores.
MA.
El blog de MA.
Muchas gracias, MA. Ojalá no te canses nunca de leerme.
EliminarBesos.