A
mi amiga Esther MaCo, por su amor al jazz.
Tocaba el saxo tenor;
lo tocaba con la misma
dulzura
con la que el amor se hace
ovillo en el sexo
y trasciende lo físico en el
tacto,
en almas que se
retroalimentan.
Formaba parte de una
orquestina
de pueblo, en aquellos
salones de baile
carentes de glamour y
desodorante
los domingos y fiestas de
guardar.
El pasodoble era el ritmo
más habitual
y también repetitivo para el
regocijo
de la apiñada concurrencia
ataviada con ropa de
domingo.
Lorenzo pensaba en jazz,
soñaba en jazz
y guardaba en la cartera un
recorte
con una fotografía de Charlie
Parker.
Cada lunes, volvía
somnoliento al tajo;
entre el fuerte olor a
pegamento,
cambiaba la estampada camisa
de fantasía
por el mandil, manejaba con
destreza
el martillo, la cuchilla
sobre el cuero
y la lezna con cabo encerado.
Con cada puntada, en cada
martillazo
tratando de domar la piel
curtida,
el soniquete de los ritmos
de moda
y los ensueños colgados en
la percha
del próximo fin de semana.
Lorenzo ejercía de remendón,
pero
tocaba el saxo tenor,
pensaba en jazz, soñaba en
jazz,
cuando interpretaba
pasodobles.
Me lo tomo también como si fuera para mí que también e gusta el Jazz.
ResponderEliminarGracias.
Recuérdame que en otra ocasión te dediqué un poema. Te lo mereces.
EliminarBesos.
Si piensas en clave de jazz cuando tocas un pasodoble, algo de pop, flamenco o funky, seguro que te sale mezcla o "fusión". Y todos salimos ganando.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Soy más de los géneros puros que de las fusiones, flamenquito por ejemplo. Pero entró por todas.
EliminarUn abrazo.
Me gusta mucho la música en sus distintas facetas, aunque hay una serie de composiciones que suelo preferir sobre las demás...mis gustos van desde los compositores clásicos hasta la música actual.
ResponderEliminarBesos
A mí me gusta también toda la música, no tanto la llamada música ligera, pero sí desde la clásica al flamenco pasando por el jazz, blues, etc.
EliminarBesos.