Calla;
déjame oír el silencio,
el murmullo del aire
haciendo arpegios
y el trino de los pájaros
roturando
los campos celestes
que la ciudad no visibiliza.
Silencio;
escucha cómo planean
esas avecillas
sin apenas movimiento,
como interpretando
un pentagrama vacío
sin instrucciones ni tempo.
Escucha;
déjame oír la agitación
del aire entre las ramas
acunado por la tórtola,
el misterio de la música
del Creador.
Eso es el silencio: el rumor suave de la vida que pasa, la música callada, la soledad sonora, que diría el poeta.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Silencio que nunca absoluto si le prestamos atención a la Naturaleza.
EliminarUn abrazo, Cayetano.
Calla y escucha el silencia. ¿Quien dice que el silencio no habla?
ResponderEliminarUn abrazo.
Por supuesto que sí habla, Emilio.
EliminarUn abrazo
Shh, me quedo silencita, que este poema no necesita comentario, pide integrarnos en su estado y sentirlo.
ResponderEliminarAbrazo, Poeta de mi gran admiración.
Muchísimas gracias, Sara.
EliminarBesos.
Tocayo, la música del creador es tan bonita que eclipsa todo cuanto hay alrededor. Muy logrado ese recurso, me ha gustado. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, tocayo. Felicidades por tu éxito editorial.
EliminarUn fuerte abrazo.
El silencio habla, gracias Francisco.
ResponderEliminarCallar y en silencio ecuchar al creador en todo lo creado y su murmullo.
Preciosas letras nos regalas.
Un abrazo.
Ambar
Muchísimas gracias por no guardar silencio y comentar, Ambar.
EliminarUn fuerte abrazo.
En el silencio no solamente podemos escuchar el trino de los pájaros, el susurro del viento y tantos sonidos más....hay además otro sonido en lo más profundo del hombre que en el silencio podemos escuchar...ese silencio es la voz de nuestro interior.
ResponderEliminarBesos
Cuanto nos dice el silencio....
ResponderEliminarDéjame oír la agitación
del aire entre las ramas
acunado por la tórtola,
el misterio de la música
del Creador.
Silencio escucho.
Un cálido abrazo