Fotografía de Antonio Reina |
Mientras siga tarareando
y trabucando tu nombre
entre los alveolos y la
glotis,
engominando mis cuerdas
vocales
y la seca laringe
de agotadoras musicalidades;
mientras siga paladeando tu
nombre
en la cavidad fonadora
─al tiempo que lo pronuncio─;
mientras las sílabas de tu
nombre
sean como los sillares a
soga
de la atalaya
donde me pongo a salvo…
Mientras dudas de mi amor,
mi duermevela
transido de vocalizarte,
sin que puedas oírme
ni compadecerte
de este mal,
de esta desnuda riqueza
que atesoro,
es todo el bien con el que
cuento.
La rosa pervive gracias a su nombre.
ResponderEliminarMás o menos, que diría el amigo Eco.
Un abrazo, Paco.
Todo lo que vive en uno pertenece al mundo real, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
Qué bonitoooooooo!
ResponderEliminarMuchas gracias, preciosa.
EliminarBesos.
muy bonito lo que dices...
ResponderEliminarsaludos!
Muchas gracias, Carlos.
EliminarSaludos.
mientras las sílabas de tu nombre
ResponderEliminarsean como los sillares a soga
de la atalaya
donde me pongo a salvo…
Mientras siga escribiendole versos impregnados de todo su sentir nosotros los lectores seguiremos disfrutando de bellos poemas como este.
Saludos.
Muchas gracias por tu bello comentario.
EliminarSaludos cordiales.
Sientes lo que dices y dices lo que siente y todo ello tiene como cimientos tan solo cuatro letras....AMOR.
ResponderEliminarBesos
Para ti soy creíble y ese es el mayor halago.
EliminarBesos.
Le encuentro mucha interpretaciones, al amor, a la vida, a la tierra.
ResponderEliminarUn beso.
El amor lo cubre y encubre todo. Todo lo bien hecho está subyugado al amor.
EliminarBesos abrazados.