20 octubre 2019

EL DIAGRAMA DE UN PRESAGIO




Las nubes eran el diagrama de un presagio,
también el anciano que remendaba redes
se dolía en su silencio inclinado
mientras manejaba sus dedos artríticos
con destreza y menor pericia que tiempo atrás.

Marinero que no puedes faenar,
vara tus posaderas en la arena
y disponte a remendar.

El sol había pasado su cénit cuando, de repente,
enmudeció el ritmo de toda cadencia;
salieron despavoridas las gaviotas
y una noche prematura vistió de luto el anchuroso mar
y  la playa quedó solitaria . Una estampida, un caos.

Todavía sobrecogido y muy confuso,
comenzó el estruendo de la orquesta marina,
dirigida, sin dudas, por la batuta del Averno,
y los vaticinio se hicieron tangibles
en la tempestad más fabulosa que nunca presencié.

A la mañana siguiente, en el desierto devastado
de las arenas, el instrumento de alguna Sirena
que no pudo soportar tan extremo dolor
por las miles y miles de almas fagocitadas
en la tenebrosa aventura del imperativo éxodo.

19 octubre 2019

LOS COLORES DEL OTOÑO




Se nos ha ido el fuego
y la efervescencia
cuando hemos llegado al remanso
de esta edad madura,
donde las prisas y las incontinencias
no merodean en nuestro entorno.
El nido vacío,
solos tú y yo, el uno frente al otro,
todas las atenciones se duplican en reciprocidad
con interés redoblado;
yo con los pelo y la barba cana
y tú refugiada en la cosmética
incapaz de zancadillear
la edad que representamos.
Como la vegetación otoñal de este paseo,
algunos brotes verdes,
pero también dorados o amarillentos
en nuestras articulaciones
de este otoño que se nos ha venido encima.
Se nos ha ido el fuego,
pero nos queda el rescoldo de la ternura
y así pasearemos hasta la próxima estación,
cuando a uno de los dos
nos sellen el inevitable billete de regreso.

18 octubre 2019

PESADILLA INFANTIL




El mar es una franja azul
rematada por la línea del horizonte
como encuadre de la ventana
en cada despertar.

Una placidez y una quietud
en nada coincidente
con las aventuras del Cachorro;
un plano fijo por el que a veces
discurría algún barco,
como aquellos de papel
que echaba al Almadán
y desaparecían aguas abajo.

Desde ese mismo mar,
─en mis pesadillas─
un destructor lanzaba piñata
por su boca de fuego
y alcanzaba los restos del castillo
entre llantos y gritos desconsolados.

17 octubre 2019

HAY UN LUGAR




Hay un lugar
donde el bosque llora
y la madreselva le hace compás
con lánguidos suspiros de añoranza,
como recordando el tesoro perdido
o la senda desangrada del río
en su caminar pretérito y ancestral.

Hay un lugar
donde la vida se ha trastocado
hasta el punto que se confunde
la noche con el día,
la función clorofílica con el vómito de muerte,
el manantial con la escombrera
y la vida con la muerte.

Hay un lugar
donde hoy moran los estertores,
donde antes lo hacían las abubillas y el mirlo,
donde el arroyo cantaba endechas,
donde el mirto exhalaba requiebros,
donde el cantueso y el alhelí
eran confirmación de lo no errado.

Hay un lugar
donde todo es pasado, vida en fuga,
muerte que ronda la vida,
reinado de lo podrido,
donde la vida vencida es derrotada
y sometida sin posibilidad de volver a ser.

16 octubre 2019

OTOÑO EN EL VIÑEDO

Fotografía de Isidoro Jara.



El otoño ha llegado al cortijo,
como ha dorado la viña
vistiéndola de pámpanos encendidos
y marrones quebradizos y ojerosos;
hace días que acabaron los viñadores
y hoy se doblarán ante otras cepas
o quizás ante el infortunio del paro.

La agricultura es temporalidad
de cultivo y también de laboreo.

También ha llegado el otoño
al rico caserío de los abuelos,
como con frecuencia sucede
a la tercera generación.

El paso de los días deja una mácula
imposible de disimular,
un agotamiento y transformación
que no se asume
o te suma en la más absoluta
decepción insuperable
en la que la savia dormita.

15 octubre 2019

MIENTRAS ME AFEITO




La escucho mientras me afeito:
alguien entona con verdadero regusto
una taranta en mi entorno,
─sin precisar su origen─
y un pellizco de barreno
me estalla en el alma.

La guitarra subraya los acordes,
la transpiración y los quebrantos,
mientras se adivina el olor a pólvora quemada
y un escalofrío recorre mi pecho,
lo agita y estallar en mis pulsos
por la misteriosa magia
hecha sopor y sabor
de un cante que sale de las tripas:
mina, dinamita, estruendo y dificultad respiratoria
en un todo que habla de esclavitud
en el seno recóndito de la tierra.

14 octubre 2019

EL PRIMER DESTELLO DEL ALBA




Se estrelló el primer destello del alba en la ventana,
cuando entre bostezos
fui tomando conciencia del nuevo día
y la necesidad de activar las neuronas;
era como el eco tenue de una voz de mando,
en rango de obediencia que no me compete.

Salir del letargo o enredarse en él,
en ese precipicio entre la luz y las sombras
entre la urgencia de entrar al baño
y la necesidad de ser plenamente consciente…

Su retrato es la aldaba del amanecer,
la luz que vigila en las sombras genéticas
antes de colocarme las gafas
y después con mayor justificación y estremecimiento;
se me prenden mis ojos en sus ojos
y acabo tomando conciencia
de la necesidad de sisarle una hora a la noche
y desdibujar en la ducha todas las perezas.

Comienza el nuevo día y con él las prisas,
salvo para esta luz tenue que bosteza
mientras me dirijo a la parada
y echa a rodar lo cotidiano como ayer o tal vez mañana.

13 octubre 2019

OLAS DE UN MISMO MAR




La poquedad se interpuso entre ambos
como valla de escala imposible.
Nos identificábamos en las toses
y en el carraspeo que mascullan las dudas.
Nos habíamos vedado la palabra,
pero ambos conocíamos el timbre del otro
y hasta la excitación
que nunca nos hemos confesado.
Somos olas de un mismo mar,
de una misma tempestad que busca estrellarse,
aguas agitadas que indagan
en la acometida contra la dársena
con esperanza de fundirse en la unidad soñada.
En la glotis, una palabra atragantada,
un deseo irrefrenable de encuentro y coincidencia,
de rasgar el velo que la timidez
ha tejido y nos ha maniatado;
en mis sueños, en mis ensueños,
en mi día a día, ella.

09 octubre 2019

TABLA RASA




Como todos, fui tabla rasa
que lloraba o reía
a capricho y en sustitución del lenguaje
que todavía desconocía;
luego aprendí a hablar y decir: ¡yo, mío!
a leer: mi mamá me ama; yo amo a mi mamá.

A mis padres, a la escuela, a los amigos…
a todos los que la vida
puso en mi camino
les debo el resto
de esta memoria que soy hoy
y también lo mucho que me hicieron sentir
lo que todavía desconozco.

Nací siendo casi tabla rasa
y hoy tan sólo alcanzo a comprender
que me muevo bajo mínimos,
que sólo soy una capa de barniz
que disimula mis muchas carencias.

07 octubre 2019

CUESTIONARIO ÍNTIMO




¿Quién escucha al que llora en silencio su pena?
¿Quién recibe más, quien da o quien recibe?
¿Quién cuida del mobiliario urbano, la nada?
¿Quién ha pintado de azul el firmamento
y lo ha decorado con gasas de cirros y cúmulos?
¿Quién da la acera al anciano o el asiento en el autobús?
¿Quién siembra las amapolas entre el trigo?
¿Quién conjugó el futuro imperfecto
y lo dejó en la enciclopedia como contaminante?
¿Quién selecciona de entre lo pequeño y practica la suma?
¿Quién se ha tejido un chaleco de esperanza para las adversidades?
¿Quién no pondrá en duda al sincero y negará al mentiroso?
¿Quién cambiará amarguras por sonrisas y se hará un tocado?
¿Quién acompañará a quien sufre por las sendas de la vida?
¿Quién acoge al que pide o le regala una sonrisa al triste?
¿Quién se abrazará a mi cruz y se hará mi cireneo?
¿Quién llenará de luz mi ignorante inopia?

06 octubre 2019

EL ÁLBUM




En el álbum, aquellos instantes congelados
y pretéritos,
bases de nuestro hoy.

Tú eras una estrella caída del cielo,
un ascua de nieve incólume y temblorosa
donde se asomaba el arrebol
de tus mejillas
y el grosella de tus labios de fresa.

Éramos una suma de proyectos
que la vida se ocupó de otorgarnos unos
y denegarnos otros,
una agenda en blanco
con tan sólo una fecha de enero.

Siempre tuvimos lo suficiente;
nunca sobraba, pero tampoco faltaba,
y en ese equilibrio inestable,
con algún traspié que otro,
hemos navegado nuestros días
sobrenadando y superando
aquel punto de partida
en blanco y negro
del álbum de nuestra boda.

05 octubre 2019

TE LLEVO EN MIS MANOS




Te llevo en mis manos,
en el tacto, en el roce de tu piel
con mi piel;
en el reciente y en aquel otro
donde las tuyas y las mías
eran tierna tesura,
avidez de encuentro,
perfume jovial y prometedor,
memoria en busca del reencuentro.

Entonces,
dos palomas de alas entrelazadas
construyéndonos uncidos;
en la actualidad, el apoyo recíproco
de nuestras debilidades.

Te llevo en mis manos,
en el perfume de tu piel,
en el tacto rugoso y tibio
y en la voluntad de pertenencia,
sin renuncia ni caducidad.

Te llevo en mis manos
y me siento vivo en las tuyas.

04 octubre 2019

MI VERDAD




A veces me cuesta reconocerme
por esa apatía que el tiempo
va dejando, como óxido,
tanto en el aparato fonador
como por la rigidez del oído
y de las articulaciones.

Con los años nos hacemos más débiles,
más frágiles y más enroscados en el pasado;
en consecuencia, cada día más pequeño,
hasta que alcance el grado de humildad
que considero meta y objetivo
según el nombre que me pusieron,
a cuya devoción me gustaría parecerme.

Confío en dar con el código,
con la llave maestra
con la que poder abrir la puerta de mi destino;
mas de momento,
me dispongo a seguir vivo y vivaz
y apurar los tragos
o los sorbos que todavía me restan,
antes de descansar
para siempre y ser por siempre mi verdad.

03 octubre 2019

AQUELLOS LEJANOS AÑOS





Recuerdo la playa de mi pubertad
como la cancha inexistente,
─entre sardinales varados─
donde competir descalzos
y llegar el primero sin demasiado esfuerzo.
A veces, sólo miraba al mar en paralelo
o de soslayo
cuando trataba de lanzar piedras
para que revotaran al menos tres veces,
dejando en cada brinco
sus epicentros ondulados
que se transmitían sin fin
hasta hacerse imperceptibles.
También siguen indelebles
aquellas gaviotas trastornadas y chillonas
que nos robaban la merienda
al menor descuido.
Marbella era entonces un caserío
blanco de cal
y algo desconchado en ocasiones,
cuyo campanario era visible desde cualquier punto
y especialmente desde la mar.
La negruzca arena
se pegaba a la piel con el sudor de los juegos
y no había forma de negar
la escaramuza
como un regreso dilatado
y sin horario
cuyas huellas hablaban y olían a mar.
Todavía hoy, si entorno los párpados,
se reviven las tardes
de aquellos lejanos años,
ávidos de juegos,
cuando el sol declinaba en su fase rosada
anunciando el temido toque de queda
de regresar a casa.

02 octubre 2019

COMO AGUA PROFUNDA




Sus ojos son de miel transparente,
como agua profunda,
manantial de emociones
que no conocieron la intemperie
sino el tibio candor de un amanecer.

En el silencio pronuncia oquedades
y arpegios de sombras;
un tenue escalofrío,
como rayo de luz a cielo abierto
recorre mi cuerpo y lo agita.

Al atardecer, con la sed
que me ha dejado su mirada,
me hago un estuchado de confites
y me quedo aguardando
con la impaciencia
de ver renacer de nuevo
la transparencia de sus ojos de miel.

01 octubre 2019

EN UN TIEMPO ANTERIOR




En un tiempo anterior todo era distinto:
los niños jugábamos en la calle
y nos fabricábamos la pelota con trapos
o montábamos un corcel de caña
que corría sin fatigarse;
merendábamos pan con chocolate terroso
o con aceite y un poco de azúcar.
La calle era nuestra
hasta que se encendía el alumbrado público,
en las casas más permisivas, hasta algo más tarde.
A veces volvía a casa alguien herido,
pero ¿quién dijo que fuera gratis la toma del castillo
o sentar plaza en la era de arriba?
Éramos un poco más salvajes:
nos subíamos a los árboles, tirábamos piedras
y hasta hacíamos algún blanco desafortunado:
llevo cerca de la coronilla una cicatriz
de uno de esos infortunios pasajeros.
Mis nietos, en cambio, juegan al Fortnite
con alguien que también está encerrado
no sabe dónde y hasta se comunica en otro idioma.
En ese tiempo anterior éramos menos refinados
y más callejeros, también menos aplicados;
éramos producto de nuestro tiempo
como sin duda mis nietos lo son del suyo.