29 diciembre 2017

AMANECE EN CALABURRAS

Fotografía de Escolástico Martín, "Tico"


Allá a lo lejos,
sobre la línea del horizonte,
un ascua anuncia
el nuevo día
y tinta de grana lo inmediato,
salpicándolo todo de esperanza.
Desde los farallones de Calaburras,
ahí donde la piedra caliza
juega con las olas
imitando al rebalaje,
donde la arena corretea al escondite
y salta a la comba
en cada curvatura del camino,
ya se adivina el castillo de Sohail
encaramado en el otero
y flameando el pendón.
La opacidad ha dado paso
a un azul generalizado
que todavía es indefinida mancha gris
y tornasoles de la amanecida:
un espectáculo gratuito
para quien se molesta
en salir a su encuentro.

27 diciembre 2017

ANOCHECIDA MEDITERRÁNEA

Fotografía de Escolástico Martín, "Tico"


Cae la noche de forma imperceptible.
Muy quedamente
se adormece la luz ensimismándose
como torcía reseca por falta de aceite,
y se difumina el brillo tornando a anaranjado.
Sobre la línea del horizonte,
cada vez más opaca,
cabalga el sol herido de sueño y agotamiento
hacia el despeñadero de su diario ocultamiento;
por encima de su melena rubicunda,
deshilachados cirros que antes fueron grises
se han tintado obscenas manchas pardas,
con las panzas rojizas
en evolución adormecida y casi estática.
La luz es esquiva por momentos
pero, antes de que anochezca,
se ha echado un echarpe carmesí
sobre los hombros desnudos
anunciando que volverá a ser trigo maduro
y candeal al alba.


22 diciembre 2017

EL ÁRBOL DE LA VIDA



Un arbolito dentro de casa,
materia plástica de agónica clorofila
que evoca lo creado
y se reviste de bolas, estrellas y cintas
tornasoladas a capricho;
un símbolo que no acabo de ver
y que duerme
durante todo un año en el desván
la oportunidad de ver nacer
al Niño.
Un juguete más de los niños
que los adornan y transforman
a capricho,
juguete ocasional al pie del Nacimiento.
Ayer, la lluvia esperada,
la mal repartida
la que empecina a cada quien
en el barbecho de un diálogo infértil.
Hoy, la otra lluvia, el día de la salud,
del conformismo
y los necios bebiendo cava
y festejando con tópicos
los harapos de la suerte.
Todos han ganado;
nadie ha perdido
y es previsible la continuidad
de un diálogo de sordos.
La masa sigue esperando
un golpe de suerte
y algunos ser excarcelados;
el arbolito, en su agónica existencia,
sólo espera no ser despeluchado
y símbolo
de la Luz de Vida que ya llega.

20 diciembre 2017

MIRO TU ROSTRO EN EL SILENCIO



Mamá, ya hace diez largos años que eres
Silencio; una estampa cálida, disecada,
como aquel rebaño de lana
que se esparcía por tu cobertor
y me abrigaba con brazos amorosos.

Miro tu rostro en el silencio opaco de la noche
y me alumbras todas las incógnitas,
y me resuelves todas las ecuaciones,
todo el misterio que encierra lo desconocido
al que me conduces con mimo de tu mano.

Mamá, ¿recuerdas aquel soplo bronquial
en el que yo terminaba una sesión de toses
y tú remediabas haciéndome beber leche calentita?
Tu no lo sabes, pero eres presencia viva
y vivaz en este día a día donde reina tu ausencia.

No dejo de sentir tu mano sobre mi cabeza,
tu terco pulso perseverante y desmedido,
el brillo y el destello de tus ojos pastoreando
la ola carmesí que orla mi esperanza
de optimismo y de tozuda certeza. Mamá.

18 diciembre 2017

OBSERVA LA SONRISA



Observa la sonrisa del tomillo,
el verdor mayúsculo del algarrobo,
el azul cantueso virando a violenta
y el oro en flor de la aulaga;
presta atención al canto del arroyo
y a los invisibles ojos
de los ofidios agazapados
que quieren pasar desapercibidos
a tu presencia.
Aspira, aspira fuerte
la fragancia del orégano,
la timidez del romero al asperjar
meciéndose con la brisa,
la parva de agujas ocres bajo los pinos,
la madura amarillez del castaño
y la berrea lejana invitando
al festín del amor. Entonces,
entonces sabrás que está muy cerca
la sombra altiva de Juanar.

16 diciembre 2017

CINCO REPETICIONES



Por el declive de los años
se despeña la tersura de la piel
y el vigor de aquellos pies
que soñaron ser de atleta
y ahora se abandonan de torpeza.

No me resigno,
sino que a diario sueño
en las marcas no señaladas
con las que despintar
el halo gris que provoca
el sopor de la farmacopea.

Una herida obstinada
en sus cinco repeticiones
no es el final,
y estoy dispuesto cada día
con afán a demostrarlo.

14 diciembre 2017

UNA VELA



Una vela, tan solo una vela
con la que licuar la soledad
y proyectar las sombras de los cuerpos,
el amor que se enrama en el otro.

Una vela, un oráculo que saque de ambos
las ambrosías de la unicidad,
cuando un cuerpo se diluye en el otro
y se iluminan recíprocamente
y despeja en sus miradas
la ennegrecida incógnita de la noche.

Una vela, una vela al viento es la mirada
de dos que se encuentran en el murmullo
de la intimidad penumbrosa de la madrugada.

12 diciembre 2017

LIMADURAS Y RECORTES



Cárcel sin barrotes,
compañía muda
por nombre Soledad.
                        *
Se pasea del brazo de la ignorancia
y se engola en la ufanía del sabelotodo.
                        *
En una gota de agua
el principio vital de mares y ríos;
en tu ADN, toda la humanidad.
                        *
La mentira se presenta envuelta en oropel;
la verdad lo hace desnuda
porque la belleza reside en el paraíso.
                        *
Conciencia, reproche en el silencio,
voz que acusa aunque nadie se haya percatado.
                        *
La ambición es esclavitud y su antídoto la generosidad.
                        *
Al corrupto lo arropan los deshonestos;
el horrado se abriga en su soledad,
y da gracias por sus escasas ambiciones.
                        *
Se cosecha lo que se siembra,
─dice el saber popular─
Si acumulas odio, acabarás molturado de rencor.
                        *
¿Te arropas con lisonjas?
Comprueba lo poco que abriga
la capa de los aduladores.
                        *
Ya viene, ya viene,
                     ya se está acercando.
Ya viene, ya viene,
                     ya viene llegando.

10 diciembre 2017

MÁXIMO COMÚN DIVISOR



Multitud, sumandos de soledades inconexas,
agitados por un denominador común
que desconocen.
                        *
Las drogas se interesan más
por minar la voluntad
que por hacer adictos.
                        *
Agitaron las ramas del manzano
y se provocó la aceleración
de la gravedad.
                        *
En los cementerios duerme la paz
y también los últimos desalientos.
                        *
En el mar, mixtura de aventuras,
de Ítacas imposibles, de plásticos
hasta en la sopa de pescado y a punto de sal.
                        *
Llorar. Su sino es llorar
hasta encebollar vida.
                        *
Como las pompas fúnebres
comen de la muerte,
la industria armamentística
de alimentar la muerte.
                        *
La noche es una emboscada
que se difumina al amanecer.
                        *
El conspirador se mueve por el cortinaje de las tinieblas,
así hilvana las sombras con las que amedrentar.
                        *
El que asecha al otro lado del espejo
conoce tus intenciones
y tus capacidades de escapista.
                        *
Los cobardes dudan y responden certezas;
los valientes no dudan y responden con muchas precauciones.
                        *
Se le resistía el dibujo
y se especializó en manchas de colores:
logró sugerir universos.

08 diciembre 2017

MÍNIMO COMÚN MÚLTIPLO



Patio escolar diezmado de toses
certifica la ola de frío.
                        *
Muchedumbre:
codo con codo
se ignoran recíprocamente.
                        *
No el enunciado,
el problema se presenta
al tratar de resolver la incógnita.
                        *
En las redes sociales
una inmensa ola de poetas
que se consagran a sí mismos
sin el reconocimiento del canon.
                        *
Los opositores al franquismo
eran minoría anónima;
tras cuarenta años
han germinado en multitud.
                        *
El borracho sale de la sociedad
con la notoriedad de la nota
y se reintegra con terapia anónima,
                        *
La Medicina enaltece hasta lo más vulgar: sístole.
                        *
Rescatada la @ por la informática
del ostracismo, por el peso del desuso.
                        *
La Luna cambia de fases
rompiendo la monótona oscuridad.
                        *
El suicida
lleva implícito en su acto la condena.
                        *
El magnicidio del ajedrecista
recibe el laurel de la victoria
en lugar de ejemplar castigo:
¡Jaque mate!

06 diciembre 2017

PEQUEÑAS PÍLDORAS



Pasándome una y otra vez el peine,
me encontré con el vacío.

                               *

Si el corazón es un músculo,
los sentimientos tienen otro cobijo.

                               *

Las eléctricas miran a la Luna
y buscan el camino
por el que facturarle.

                               *

La poesía habla de tú
porque busca las cortas distancias.

                               *

Un golpe de fortuna
puede hacerte millonario,
pero la felicidad discurre por otros caminos.

                               *

Si un chef tres estrella Michelín
es contrastado experto en sabores,
¿a qué le saben los besos?

                               *

Me propongo inaugurar el futuro
mañana al amanecer,
y así cada día.

                               *

Conservador, muy conservador,
juega al solitario.

04 diciembre 2017

MICRO POEMAS



Me deslumbró su presencia
y apenas pude abocetarla
con palabras.

          *

Eva no sabía nombrar las mieles del Paraíso
y fijó sus ojos en Adán.

          *

La micro poesía
tienes cinturita de avispa.

          *

Micro poema:
golpe de voz contundente,
y evocador.

          *

La Paz:
estado del ánimo
íntimo y/o social.

          *

La palabra desnuda
se reviste de sí misma
e ilumina.

          *

Paciente,
porque sabe cómo pesa su mochila
repleta de esperanza.

02 diciembre 2017

CONCIERTO PARA PIANO Y ORQUESTA Nº1


Concierto para piano y orquesta nº1, en Mi menor, Op. 11, de Frédéric Chopin. Una larga introducción de cuatro minutos orquestales para que unas delicadas manos acaricien el piano con un allegro maestoso, a veces subrayado por la cuerda y otras por el viento; un diálogo que hace que mi mente se transporte a Varsovia y acaricie las juguetonas manos de mi Prima María. La melodía, con sus casi doscientos años, juguete para los sentidos, va y viene una y otra vez de unas manos a otras como eco que quintuplica la emoción y enciende el ánimo. Largas escalas de la mano derecha como volutas helicoidales de esencias que ascienden a lo sublime y acaba en tres notas aisladas y acentuadas de timidez, como cediendo paso a la orquesta.

El segundo movimiento, Romance Larghetto, es un secuestro para los sentidos. Casi imperceptible, mimoso a los oídos, acariciante, se va deletreando por entre blancas y negra con mesura, con dulce parsimonia y no poco severo rigor. Como vocalizando sílaba a sílaba por el camino anguloso de la melodía. Profunda relajación excitante; un choque de sentimientos que se envuelven en el velo misterioso de cada una de las notas. Y se repite el discurso con igual cadencia como recordatorio de esa impronta que sin dudas filigrana en los sentidos de manera inconfundible. Un pianísimo que cuando parece agotarse renace de su indolencia acariciando levemente el oído para acabar esfumándose en un escorzo casi imperceptible.

Tres notas contundentes que se pasean alternativamente por cada sector de la orquesta dan paso al Rondó Vivace. Ahora la orquesta arropa de forma contundente los alegres arpegios del piano, y tempo, y módulo, han levantado el vuelo para escalar la cima del optimismo. Lo que antes era parsimonia y relax ahora es agitación y virtuosismo que sube y baja escalas al centro neurálgico de las pasiones. Lo que antes eran palabras emulsionadas ahora son fragmentos de un todo que se aceleran a salir por la puerta estrecha donde concurre una multitud, viento, percusión y cuerda a todo tronar y el piano que tricota, trota y trina por encima de todos. En el valle transitorio, un intercambio de preguntas y respuestas que acaban de nuevo en agitación melódica. Las virtuosas manos galopan sin freno por cada una de las teclas, desde el agudísimo hasta sobrepasar la mitad del teclado, sin llegar a los graves, en una sucesión envolvente que pareciera a la vista un ejercicio físico violento y al oído el estentóreo final de una rabia que acentúan los timbales. 

30 noviembre 2017

EL SALARIO DEL MIEDO




Si yo no hubiera tenido niñez, si la vida hubiera sido un puente entre el alumbramiento materno y la oscuridad de este día de otoño que simula invierno en la temperatura; si no recordara que hubo una juventud cuyos propósitos se fueron desdibujando y trazando cortas pinceladas de un bosquejo que no me había propuesto…   Si de repente una mancha de color parda me hubiera empotrado en la lluvia, en esta madrugada, con su redoble de tambor líquido y tenebroso, insistente como una marcha militar y su contrapartida reconfortante de arrebujo entre las sábanas; si a pesar de todo ello, esta madrugada me hubiera despertado la lluvia por primera vez en mi vida, habría inaugurado esta noche mi niñez, con la certeza cercana del burladero de mis padres, tal vez también despiertos, en la habitación contigua y dispuestos a consolarme. Así como reptan las sombras, con sus insidias aliñadas, una ola nocturna me ha arrebatado del descanso y me ha plantado en la intemperie de un ensordecedor ruido, presidido por el filo misterioso de unas fauces jugosas de festín. Si yo no hubiera tenido niñez, habría descubierto esta madrugada el salario del miedo.

28 noviembre 2017

YO SÍ TE CREO




Yo sí te creo, mujer. Un escalofrío brutal me sacude el pecho, un zarandeo de animalidad por la barbarie de tomar al asalto la jurisdicción que sólo el amor o la suma positiva de voluntades adultas franquea. Le llaman violencia de género. Seguro que entre los mentores no había un filólogo que bautizara la infamia de forma más apropiada. Yo sí te creo, mujer, y te reconozco tu libertad, tu albedrío, y tu dignidad de ser humano, y de criatura divina, y tu capacidad de elección. Que juzguen los magistrados ajustándose escrupulosamente a las leyes, que sean rigurosos y ofrezcan garantías a los acusados. Pero que nadie ponga en duda que cuando una mujer dice no, es no. Yo sí te creo, mujer.

26 noviembre 2017

PASA DEJANDO EL PESO DE LOS AÑOS




Pasa dejando su mácula. Pasa dejando el peso de los años a su paso, en una cuantía que me acerca al borde del área. Mi farmacéutica, donde compro tanto como en el super, me trata con mimo y emplaza a vivir el engaño a Cronos: “¡Quién lo diría! ¡No aparentas esa edad! ¡Estás muy joven!” Gracias, Raquel, por poner un visillo entre mi mirada y el espejo, ya que no puedes engrasar las rótulas y evitar los chirridos artríticos. Como la historia, a base de páginas se cosen unos cuadernillos a otros hasta formar un volumen y en ellos se mezclan las sonrisas y las lágrimas, la alegre inconsciencia, los sinsabores y el gustillo profundo de los gozosos logros. Con los años, uno viste un sobretodo por encima de lo acostumbrado para la época del año: se dulcifican las altas temperaturas y se recrudecen los inviernos. Ya no es estridente un chaleco en verano y sí las sandalias; hasta se han acelerado los semáforos y parecen pistas de atletismo, marcas imposibles de alcanzar. No es posible abrir el perímetro de una esfera ni volver a planchar el pliego arrugado. Todo va dejando su sombra y ésta amarillea. Se queda el reloj sin pilas, ahítas de segundos; pero no es posible detener el paso del tiempo y va dejando un poso a su paso como de desaceleración, en contra de la velocidad extrema de este tiempo presente. Pesa el tiempo que pasa. Pesan los años y sólo el alma es liviana como si quisiera elevarse por las barrocas cornisas de lo sublime.

24 noviembre 2017

ASÍ EL OLVIDO





Palabras caducas, como hojas de otoño; descoloridas, ojerosas y en caída libre. Así el olvido, así la noche aciaga con palabras maltrechas o en silencio. El olvido es una muerte anticipada que agoniza constantemente, un ala desplumada que no ha de volver a volar. ¿Quién sabe el número de palabras que muere cada día como mueren los oídos que están secos de arrebatos de amor, que se desmayan sin brazos que le arropen? A base del mal uso, las palabras se desgastan como se desgasta la vida de abusos insistentes o de no usarse. Todo exceso es un carcinoma que corroe, un sopor del alma tan grave como el abandono. Como el eco de la luz que muere cada anochecer, así es el silencio de las palabras no pronunciadas y así la sima profunda del olvido.

22 noviembre 2017

LA MAR HABÍA SIDO UN PAISAJE





La mar había sido un paisaje desde la azotea antes de mis diez años; un lienzo azul con irisaciones, bajo el a veces inmaculado cielo, separados por una imaginaria línea horizontal como hasta entonces no había sido capaz de trazar. Desde la casa paterna, a veces se apreciaba la silueta de un mercante que se me antojaba parsimonioso, como recreándose en su propia estela; más raramente un velero como aquellos de las aventuras de “El Cachorro” que solía devorar. El día del examen de ingreso descubrí algo más mágico que el notable de la prueba: los pies descalzos, las sandalias en las manos y las olas en el rebalaje que escarbaban mis pies como invitándome a disfrutar el baño. Un leve mareo. Una fuerte atracción de la que nunca más me volvería a desprender. El Instituto proyectaba su sombra de tres plantas sobre la arena y la desierta playa del curso escolar era con frecuencia el recreo de los sentidos y el lugar de los juegos. A escasos metros, el Muelle de Piedra, dársena abierta sobre la que aventurar algún remojón por caída y la captura de algún cangrejo y su escapatoria lateral. La mar incólume, grandiosa, en constante movimiento aun en los días de calma, órgano gigantesco de afinación salina y música sugerente de otras latitudes. Al fondo a la derecha, la enhiesta silueta del Peñón de Gibraltar, frontera incomprensible y fuente del estraperlo con el que tantos solventaron sus vidas bordeando la legalidad por el pan de cada día. En los días de luz absoluta, la cordillera del Atlas como telón de fondo delineando frontera. Y aquí, en el rebalaje, un número indeterminado de sardinales, varadas bajo el sol, esperando el atardecer para desplegar su vela latina en busca del número de brazas necesarias donde fondear las redes y sacarle las escamas de plata al seno marino, manjar de moragas y materia prima del saladero. La mar había sido un paisaje desde la azotea, ahora era fuente de vida y de riqueza modesta y duramente trabajada.

20 noviembre 2017

APOSTADO




Apostado en la jamba derecha,
tras tomar café,
y mirando al paseo,
me resultaba más atractivo
que el vocerío en medio
de una densa atmósfera de humo.

“¡Las cuarenta!”  ─sonó desde el fondo─

Ella había doblado la esquina
radiante como el alba. Era toda de luz
y gracia suprema,
un emanación de caminar cadencioso.

Fue como casual, mas yo estaba apostado,
y en sus labios una gran sonrisa
precedieron a mis torpes palabras;
luego, como quien sigue el curso de la vida,
se fue alejando con armonioso caminar
y cierta cimbra
de los mimbres de sus miembros.

Antes de desaparecer,
me envolvió en su mirada
y la acompasó con una mueca.

Apostado, y había merecido la pena.

18 noviembre 2017

EN LA DISTANCIA




Fue fuego
y acabó en el rescoldo de este tiempo;
un recuerdo de juventud que no ha logrado
aquietar por completo
aquella huella de ayer que comenzó
como un leve rasguño casual.

Era piel de azucena…
El verano de Marbella
ni siquiera fue un desaliño
en su cutis de almíbar
y su acento eslavo
sigue siendo eco musical
en mi oído interno.

Sus ojos…      No recuerdo.
Me quedé preso en el ámbito del todo
y sigue siendo
una aventura inocente de juventud
que nunca fue sino jarabe de anhelos. 

16 noviembre 2017

TODOS LOS ATARDECERES




Todos los atardeceres
se derrama la luz por el río
y, envuelto en manto plata,
se aleja y amodorra el murmullo
mientras las sombras cobijan a los vencejos
por los aleros y las espadañas
y briznas del ayer huido
cierran las cortinas del cielo
para abrirlas nuevamente al alba.

Por la callejas del agua,
remecidas en los meandros,
rumores de copla por los arrozales
y flamencos y grullas y patos, cigüeñas y ánsares:
la marisma, milagro en sí misma.

Todos los atardeceres,
entre tu orilla y mi orilla, impaciente y dulce espera;
y en el valle de mi pecho una flor que se marchita,
que mustia y desespera por una mirada tuya,
un puente de tus pestañas, un guiño,
una complacencia desde tu boca a mi boca
con regusto de permanencia.