Fue fuego
y acabó en el rescoldo de
este tiempo;
un recuerdo de juventud que
no ha logrado
aquietar por completo
aquella huella de ayer que comenzó
como un leve rasguño casual.
Era piel de azucena…
El verano de Marbella
ni siquiera fue un desaliño
en su cutis de almíbar
y su acento eslavo
sigue siendo eco musical
en mi oído interno.
Sus ojos… No recuerdo.
Me quedé preso en el ámbito
del todo
y sigue siendo
una aventura inocente de
juventud
que nunca fue sino jarabe de
anhelos.
Y quién no tuvo alguna vez una pequeña aventura playera de verano. Rito iniciático del joven que aspira a ser adulto.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
En este caso se trata de un encuentro de miradas, sin aventura ni otra cosa que dejara una huella indeleble.
EliminarUn abrazo.
Pero... ¿fue el primero?.
ResponderEliminarUn abrazo.
No. No llegó a ser y tampoco el primer calabrazo de juventud, Emilio.
EliminarUn abrazo
Recuerdos, vivencias necearias que hacen crecer al hombre. Un abrazo .
ResponderEliminarAhora que lo pienso, Chelo, siempre me dejaron huella las miradas.
EliminarUn abrazo.
"Y ahora que estoy viejo, debo confesar que de los rostros que se me aparecen del pasado, el que veo más claro es el de esa joven con quien nunca he dejado de soñar durante todos estos años.. aunque nunca supe ni averigüé su nombre."
ResponderEliminarUn atemporal abrazo
No es precisamente así, Merche, pero sería inapropiado que te corrigiera con lo bonito que has puesto palabras en mis labios.
EliminarUn fuerte abrazo.
No es precisamente así, Francisco, pero me recordaste ese pasaje.
EliminarSe admite corrección, ¡cómo no!.
Mi abrazo
¿Cómo discutir contigo si hablamos de lo mismo, Merche?
EliminarAbrazos.
Que descripción más bonita, elegante tierna y romántica, de ese tiempo de juventud que se vive con entusiasmo y alegría de vivir, siempre perdura en el recuerdo.
ResponderEliminarGracias Francisco por compartir esta belleza.
Un abrazo.
Ambar
Gracias a ti, Ambar, por valorar tan positivamente mi poema.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hermoso poema.
ResponderEliminarBesos.
Muchísimas gracias, Amapola Azzul.
EliminarBesos.
Es cuando nos sabe a Gloria quedar presos.
ResponderEliminarFeliz fin de sábado que yo apenas empiezo. Y un domingo espectacular, amigo.
Besitos de anís dentro de tu postre.
Entrañable Sara, te deseo un lindo fin de semana. Gracias infinitas por tus comentarios.
EliminarBesos de anís.
Miradas suspendidas en el pasado, rescatadas por la memoria, recreando instantes de irresistible magia.
ResponderEliminarGracias por compartir tan bello poema.
Lirio del valle.
Miradas del pasado que dejaron huella, como no pasa desapercibido un lirio en el valle, ni tu en mi blog. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco,
ResponderEliminarhay miradas que bastan porque lo dicen todo, y esos recuerdos quedan intactos en el corazón del poeta.
Gracias por compartir esas formas que me recuerdan que en algún lugar de mi corazón tuve alguna mirada de esas que me hicieron sentir más viva que nunca.
Saludos.
Estoy convencido de que tu mirada será imagen indeleble en alguien que se cruzó en tu camino y no ha podido olvidarte, aunque desconozca tu nombre. Mil gracias, Tania, por tus palabras.
EliminarSaludos afectuosos.