Como en la jungla,
sobrevivir es una tarea
ardua;
en los fondos marinos
cada animal es comensal
o alimento para el otro.
En la diversidad son
innumerables
las peculiaridades de cada
especie,
pero entre todos, el calamar
es el más erudito y próximo
a la inteligencia humana.
El hombre, usando el
cefalópodo
ha llegado a la heroicidad
de cocinarlo en su tinta, a
la romana
o la extravagancia de un
arroz negro,
pero se sabe —Cousteau dejó
anotaciones no publicadas—
que este animal escribe
líquidos y encendidos
romances
pasionales o retazos de
gestas heroicas
de las que el mundo de la
superficie
lo ignora todo y también lo
que pierde.
Entre los restos de un barco
hundido...