Quiso el poeta aspirar el
aire marino
aderezado de sal yodada.
A lo lejos oteó el mar
por encima de sus lentes y
sus libros,
cruzo la arena,
se descalzó y le dio tres
vueltas
a los bajos del pantalón
—ahora marengo—
respiró hondo, muy hondo,
y se llenaron sus fosas
nasales
de océano profundo
y su mente de imágenes
soñadas
que pronto expelieron sintagmas
y morfemas;
tenía la mar como sujeto,
—la mar objeto de esa
escapada—
lo adobó con los epítetos más
ocurrentes
y sus correspondientes
adnominales
y predicados con
predicamento;
le cortó a la medida una
suerte de verbos
transitivos como las olas,
le puso una pizca adjetival
y nada de sal, pues la traía
al punto;
transcribió todo aquello
en unas cuartillas que plegó
con mimo
y guardó en el bolsillo de su camisa
y acabó sentado en la
orilla,
empapándose del ensueño
deliberado.
Finalmente, se coronó
de algas la cabeza
y se hizo una selfie
con la que inmortalizar
lo momentáneo en eterno.
Creo que lo veo. Veo al Sujeto y su Predicado, al complemento directo recibiendo la acción del Verbo, al atributo y los complementos circunstanciales de tiempo y lugar. Diría que es una oración coordinada copulativa ¡perfecta!
ResponderEliminarAbrazo gramatical y besos salaos
Ha bastado el pie, Merche, para que hagas todo un análisis morfosintáctico.
EliminarGracias. Besos y abrazos gramaticales y de los salados.
La gramática no es mi fuerte, pero intuyo que el sujeto en mención es un enamorado de la brisa marina y, lo comprendo, el mar tiene sus encantos.
ResponderEliminarAbrazos.
Si he escrito lo que intentaba hacer, Rafael, el sujeto es el mar y el resto los adjuntos.
EliminarUn abrazo.
Al final me has hecho reir.
ResponderEliminarPues eso me hace doblemente feliz: primero lees y luego te ríes conmigo y no importa si de mí.
EliminarBesos.
un completo y perfecto análisis gramatical. aderezado con la belleza de las figuras literarias , claro.
ResponderEliminarlo has hecho tan explícito que pude ver a ese poeta maravilloso con su pizca de locura a cuestas, sino no sería poeta.
cerraste el poema con una hermosa hebilla de jade.
Te has pasado siete pueblos. ( me lo enseñaron mis amigas españolas ) y me encanta repetirlo cuando corresponde, como en este caso.
ESCANDALOSAMENTE HERMOSO !!! APAPACHOS.
Cierto, María del Carmen, te agradezco que pongas de manifiesto mi grado de locura porque es bueno que el personal esté bien informado. Jajaja. Gracias por esos siete pueblos.
EliminarApapachos.
Excelente poema metalinguístico. Oportuno lo del ahora pantalón "marengo". Un abrazo desde mi mejana
ResponderEliminarPantalón marengo, camiseta de algodón y gorra de visera. Aún en vacaciones, uno no puede olvidar que la base de la comunicación, aunque no la única, es el lenguaje.
EliminarUn abrazo.
El poeta se hizo mar...y el mar le recordó, que con sus remos y conocimientos podría abarcarla y recorrerla entera, sentirla en profundidad...Al final, el poeta sintió la plenitud del mar en sus cuartillas y la satisfacción del trabajo bien hecho...Muy genuino y artístico, amigo...Mi felicitación y mi abrazo por tu creatividad y buen hacer.
ResponderEliminarGracias, María Jesús, porque tus comentarios son siempre genuinos.
EliminarBesos.
Un poeta que sabe jugar tan bien con las palabras, utilizar el término selfie es como destruir nuestro propio idioma.
ResponderEliminarEspero que no te enfades por este comentario. Un saludo
No suelo enfadarme por nada. Bueno sí, me molestan sobremanera las injusticias sociales y estas abundan. En el mundo actual, tan bien comunicado, es muy difícil escapar de los neologismos y vienen a demostrar que la lengua es un organismo vivo.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco, veo que estas disfrutando de la mar. De tus raíces bien arraigadas.
ResponderEliminarTiene que ser una gozada levantarse, salir a conquistar la mar y escribir toda la belleza que desprende al contemplarla desde la arena sentado o de pie.
El poema es tan bello que da la sensación que te hubieras tragado todo el agua de la mar y la fueras vomitando con bellas palabras después de haberla degustado y sentir sus latidos.
Que sigas disfrutando de esa playa tan bella y sus encantos.
Saludos y besos
Los escritores, como cualquier ser humano, necesitan una buena limpieza de mente de vez en cuando. Desenchufar es sano y si el mar se adentra en forma de agua, de sonido o de aromas por todos los poros de tu cuerpo, a poder ser también el cerebro, seguro que el erudito se sentirá mejor y hará cosas que en otro tiempo no haría, tales como un selfie, tomarse un chupito, bailar hasta el anochecer o ponerse una camisa de flores.
ResponderEliminarUn saludo
Muy bien conjuntado el pasado y la actualidad. Al fin y al cabo los poetas tiene que ir con su tiempo.
ResponderEliminarBss