Lo sospechaba y estaba en lo
cierto:
en las profundidades del mar
vive el raptor de las
partituras,
por eso es tan complejo
pronosticar la música de las
olas,
siempre similares, siempre
distinta.
Bajo el azul verdoso, a
veces azur,
bajo las mareas y las
tempestades,
bajo el perpetuo ondular
y las crestas de espuma
color de nata,
el guardián sigiloso, el
secreto musical
del batir salado del agua
del mar,
con la connivencia del dios
Neptuno
de quien se sabe su
protegido,
tal vez hijo secreto,
hace y deshace en los
archivos a voluntad.
No hallé bibliografía,
pero sé que estoy tras la
pista cierta
de un descubrimiento
insospechado
que pronto recogerá la
enciclopedia.
¡no me lo vas a creer ! pude ver al raptor .Es un anciano amoroso de larga y tupida barba blanca. Estudiaba unas partituras , Me miró y me sopló un beso ¡créelo!...
ResponderEliminarHas pintado con tal maestría la melodía de las olas que la escucho nítidamente. este poema es mágico. Es mío. Me lo llevo a mi cuaderno de los tesoros. APAPACHOS.
Te creo absolutamente. Es tal y cual lo has descrito, por lo que no me extraña que te lo quedes.
EliminarApapachos.
Y a todos nos sorprenderás!
ResponderEliminarEstoy segura!
Besos marineros!
;)
Yo estoy bastante sorprendido de lo descubierto y no he querido dar demasiadas pistas.
EliminarBesos.
Algo he oído, este verano al sumergirme había corrillos y chismorreos en los fondos, no dejes de contarnos tus pesquisas.Unos abrazos
ResponderEliminarEn eso ando afanado, Ester, pero es un tema complejo que va a arrojar muchas sorpresas.
EliminarBesos.
Totalmente en lo cierto¡¡
ResponderEliminarBesos.
¡Ah, eras tú quien merodeaba...! Ya nos contaremos si averiguas algo.
EliminarBesos azules.
Qué miedo, si ya me imponía respeto el mar, ahora aún más.
ResponderEliminarUn abrazo Fco.
El mar no debe imponernos miedo, pero sí mucho respeto.
EliminarBesos.
¡¡¡Ufffffffffffffffffff!!!
ResponderEliminarNo tengas miedo, es sólo parte de lo que se guisa en los fondos marinos.
EliminarBesos.
Así que el ladrón de las partituras es hijo de Neptuno, como Polifemo, que también tenía buen oído... aunque veía poco.
ResponderEliminarUn saludo.
La vista no está discutida con el oído musical: Tete Montoliú necesitaba ayuda para caminar y era un magistral pianista.
EliminarUn abrazo
El aspecto de viejecito es de aspecto dulce parece, per uno no siempre se puede fiar. las olas en días de mar tranquilo son agradables en la orilla pero cuando se desmandan....miedo me dan. Espero nos sigas contado. Un saludo
ResponderEliminarTienen mucha razón: las apariencias engañan, ¿quién sabe lo que trama el que crea esa variedad musical que va desde el pianissimo, pasando por el adagio al allegretto vivace?
EliminarBesos.
Sugerente... Un compositor de las olas, habitante misterioso de las profundidades del océano que dicta la música de las aparentes movimientos caprichosos del mar. ¿Será Nemo?
ResponderEliminarUn saludo
No me tires de la lengua. Sé algo más de lo comunicado, pero en los procesos de investigación uno debe ser cauto. Seguiré hablando del Raptor.
EliminarBesos.
Francisco, me recuerdas los últimos descubrimientos de los científicos, que nos hablan de que en el universo han encontrado la huella del Creador...Creo, que por ahí andan tus descubrimientos, puedo intuirlo..(sonrío). El Creador es muy juguetón, es un gran artista y compositor. El nos regala todos los días las mejores obras de arte en la naturaleza y por supuesto los mejores conciertos. Mi felicitación y mi abrazo inmenso por tu buen hacer y creatividad..
ResponderEliminarM.Jesús
Yo me encuentro muy lejos de la ciencia, pero veo la huella del Creador cada mañana al amanecer, cuando sale el sol, cuando se oculta tras la nubes, cuando un capullo hace la promesa de ser flor mañana...
EliminarEn los fondos marinos, las huellas son también fácilmente detectables, pero hoy quieri regodearme en tu felicitación y el abrazo.
Un beso.