27 febrero 2014

DEL RINCONCILLO A LA CALLE ILUSTRACIÓN

“Velad, pues no sabéis ni el día ni la hora”;
y te llegó esa hora a una edad temprana
en uno de tus rincones amados
del dorado Cancún al que te vinculó
—por azar de un cobro en especie—
un amor desmedido a escapar
del mundanal bullicio de la escena
hacia la masa del anonimato.

El menor de los hijos de Antonio Sánchez Pecino
y la portuguesa Lucía Gomes
fue un niño retraído y un tímido hombre
que se hacía dicharachero atrincherado
con la guitarra entre las manos
o al abrigo de su pequeño grupo de íntimos:
Carlos, Manolo, su hermano Antonio...
cabal, trabajador esforzado y perfeccionista
al que tuve la suerte de conocer
cuando ambos  —él un año menos—  veinteañeábamos.

Todavía con pantalón corto, se le quedó
pequeño Algeciras y su barrio del Rinconcillo
y recaló con sus padres y hermanos
en la madrileña calle de la Ilustración,
junto a la estación de Príncipe Pío,
y la poderosa firma en exclusiva de Philips.
Cuando nos conocimos seguías siendo
un espigado algecireño trasplantado a Madrid,
a pesar de haberte placeado ya por las Americas.

En esta despedida íntima, ante tu silencio,
quiero recordarte sentado sobre tus pies
recogidos en aquel viejo sofá,
rasgueando y trasteando el puente de tu guitarra
como una obsesión de jornada laboral.
Ya estábamos todos a la mesa y tu madre,
—con su gracejo tan peculiar—
te voceaba mientras servía los platos.
¡Qué bien me acogía tu madre, Paco!

Luego tuviste tu casa propia, al norte de Madrid,
con una planta sótano plagada
de instrumentos musicales de cuerda
de cualquier parte del mundo.
Y en lo imborrable, aquella madrugada
en los estudios de la Avenida de América
acompañando a Camarón
con la parsimonia repetitiva de la perfección
y la impaciencia de tu padre tan poco dado
a los juegos de aquellos mozos juguetones.

Se te escapó la vida como un juego, Paco;
mientras jugabas con tu descendencia en la playa,
esa amante mar que no conocía de temperaturas
ni de latitudes. Se te escapó la vida, Paco,
y a mí la juventud rememorada
y una lágrima mientras escribo esta despedida.

¡Descansa en paz, Paco de Lucía!

Del disco Almoraima, Plaza Alta

24 febrero 2014

ELOCUENTE

 Alexándr Tirchínov,
la mano derecha de Timoshenko,
nuevo presidente interino de Ucrania”;
“Henrique Capriles
anuncia que continuarán
las protestas contra Maduro”.

Y el pueblo que no madura,
piedra va y tiro viene,
desde oriente a occidente
juega a heroicas batallas,
mientras entregan sus vidas
derramadas por entre los adoquines
de una causa
que acaso les acusa de ignorancia.


Titulares elocuentes:
pueblo inmaduro; charlatanes mudos
de intereses que no interesan
a un mundo que se desangra;
el pueblo se abre las venas
en la heroicidad de las plazas
para lavar con su sangre
la sangría que otros ensalzan.

¿Quién llorará la pena por los caídos?
¿quién escribirá sus nombre
rotulando una calle, una plaza?
En Ucrania y Venezuela
madres anónimas  de hijos anónimos,
lloran a gritos por tanta muerte inmadura.

A mí me aflige la pena
y a ti quiero contagiarla.


Mi amiga, la venezolana Ema Bustamante, ha dejado su blog dedicado a la naturaleza en suspenso dadas las circunstancias, en su honor, pongo aquí un vídeo con su voz cantando a su país. Pincha en la palabra de ánimo: ¡Ánimo, Venezuela!


22 febrero 2014

INSTANTES PREVIOS

Flotar como una nube licua
al compas de la música,;
esa es la tarea,
la obsesión del escorzo imposible
y la voluta que aporte
en el  déboulés,
el halo mágico
que subraya el pianísimo de la cuerda
y el ronco carraspeo del oboe.

Sueña en el Bolshói,
en las notas severas del piano
al gesto casi inapreciable
de la batuta
y el esfuerzo le parece nimio
imaginando la recompensa;
Ludmila ha nacido para bailar,
así se lo ha cincelado en su pecho
y en su mente.

Imagen de Daniel Picart

Ya está vestida y maquillada,
el pelo recogido
para que nada reste esplendor
ni distraiga la mente
de los espectadores;
se ha echado al suelo
y calza y ciñe sus zapatillas
sobre sus pies cansados y doloridos.

Sueña en el Bolshói,
en el foso repleto de profesores
y el concertino dando la nota de afinación;
pero de momento,
tendrá que contentarse
con música enlatada,
un viejo espejo donde
ver reflejados sus gestos,
sus errores
y las correcciones
de la decrépita Nadejda,
mientras le repite una y mil veces
sus veladas radiantes de éxitos
con voz de diosa apagada.

19 febrero 2014

ESPERA

Le consagró su vida;
se conocían desde niños,
pero se cegaron sus ojos
una improvisada tarde
cuando fue sorprendida
por el áncora dorada de su solapa
sobre el azul marino de su uniforme.

No hubo mentiras,
no hubo engaños
y desde entonces
sus días fueron del color
del aislamiento azul de la espera;
sobre todo cuando
oteaba el horizonte al atardecer.


Cada ola, cada estela,
era un relámpago azul
un estallido de urgencias
que caramelizaba su mirada;
dulce, siempre dulce,
pero también ansiosa y ajada
por la melancolía acre de su boca
como trago de sal.

Cada atardecer, cuando se le ovillaba
el ansia en su pecho
y restallaba un látigo
en los gemidos de su voz,
se asomaba al acantilado
y trazaba con su imaginación
la ruta desconocida
del mercante que le robaba la vida.
Al caer la noche, aplazaba la espera
y posponía una lágrima.

17 febrero 2014

NOS QUEDA LA ESPERANZA

Este poema lo publiqué el 17 de diciembre de 2009, precisamente la víspera de la festividad de la Virgen de la Esperanza. No por ello es un cántico mariano, sino una respuesta a la necesidad de esperanza de la sociedad del momento. Pero como de nuestro vivir de hoy se infiere la necesidad de estimular a la gente a no desesperar, y en homenaje a la mexicana Sara O. Durán, que ha sido tan amable de descubrir mi blog y lanzarse a leerlo desde la primera página, es por ello que, por primera vez, vuelvo a editar un poema en este blog.

Fotografía de Paloma Vivancos


Porque en el corazón helado del invierno
palpita y sueña una luminosa primavera,
nos queda la esperanza.

Porque el sol se despereza descorriendo
los visillos opacos de los días de tormenta,
nos queda la esperanza.

Porque el amor es ungüento que acaricia
los fierros desgarrados del hombre,
nos queda la esperanza.

Porque aún quedan personas que se inmolan
y entregan su vida por una causa justa,
nos queda la esperanza.

Porque en el letargo de un barbecho
late con fuerza la próxima cosecha,
nos queda la esperanza.

Porque, por ahora, los ingenios del hombre
no ha podido aniquilar todo lo creado.
nos queda la esperanza.

Porque los crepúsculos barruntan
los bostezos de un nuevo amanecer,
nos queda la esperanza.

15 febrero 2014

CORRIENTES

Es corriente;
es muy corriente
que entre un virus
y el ordenador  se desordene.

Es corriente;
es muy corriente
que la gente sea corriente;
yo mismo soy...
pues eso, corriente, muy corriente.

Ella no;
ella no es corriente,
es correntina, eso sí,
y se abriga al cuello
con la bufanda líquida del Paraná,
a tan solo dos cuadras
de la plaza Juan de Vera.


Tengo el ordenador desordenado
—ya lo he dicho—
por eso, he puesto mi música
dentro de una botella,
con la esperanza de que llegue a sus manos
una de estas tardes veraniegas,
cuando pasee la avenida Costanera
y saque de sus aguas
la zampoña
de este cántico que no puede ser grito
por mor de una diafonía,
pero con la esperanza
de que le acurruque el alma.

13 febrero 2014

DIAFONÍA

¿Quién lo hubiera imaginado?
Me regaló su voz  
múltiples veces
escanciando uno de mis poemas
con ese buqué de arcilla y canela,
y el recuerdo a roble americano
de un gran reserva
condensado en su memoria.

Su metal era brillante,
límpido
como una ráfaga aurea
que destella espiritualidad;
mis palabras, al ser vocalizadas por él
tomaban resonancias
radiofónicas
y me sentí en deuda para siempre.


Pasaron los años y aquella voz angelical,
a la par que madura
—castigada de esfuerzos—
mutó el tornasol radiante
por el tintineo de una vela cansina
que se ensimisma en los devaneos
de sus estertores por dormir
para siempre:
diafonía le llamó el logopeda.

Ahora lee en silencio
y masculla un rumor átono,
ininteligible,
con la pausa de quien saborea
miel en los labios
y llora en silencio
cuando la emoción le anega el alma.

11 febrero 2014

LA NOCHE

Cuando la luz disipa los contornos,
cuando curvas y rectas
han encontrado un mismo punto de fuga;
cuando el termómetro
le lleva la contraria al medio día
y baja o se templa,
según la estación.


Cuando los temores se hacen esdrújulos
y los sonidos de la mar
o del bosque
marcan tildes agudas
como silbos de nereidas;
cuando la percepción de la vista
es mole amorfa y pesada
como fardos de estiba;
entonces, con luz extraviada,
se acentúan las dudas
y los temores se hacen cuerdas de violín
prestas al grito.

Es hora de balance,
de examen de conciencia,
de analizar los miedos
antes de rendir la voluntad
en brazos del sueño;
en el horizonte,
la estela de la luna
es una promesa salpicadas de inquietudes,
y en el barbecho de las respuestas
la sola manta de la soledad
con la que abrigarnos.

09 febrero 2014

AMANECER

 Por entre las ramas y los troncos,
como filtro irrefrenable,
como cuchillo que saja
una abertura de luz
—que es esperanza—
por el entramado nocturno
de la oscuridad
que deshiela el desamparo.


Como ascua iluminada
que llena de esperanza
la derrota del día anterior,
no vengativa, sino reparadora;
así es,
así son esos primeros rayos
anunciando un nuevo amanecer,
una nueva oportunidad
para cantar a la vida
sus conquistas y sus fracasos:
la dicha de haber estado
para poder contarlo.

07 febrero 2014

DEL HABLA Y EL GÉNERO

Algunos niegan el valor machista de nuestro modo de hablar, pero es evidente que el lenguaje no resiste la prueba. No sabemos qué sucederá con el tiempo pero, desde antiguo y por el momento, damos valor distinto a las palabras según su género:



-Zorro: astuto, sagaz, listo.
-Zorra: alimaña, raposa, puta.

-Perro: el mejor amigo del hombre 
-Perra: vaga, puta.

-Aventurero: osado, valiente, arriesgado. 
-Aventurera: alocada, facilona.

-Ambicioso: triunfador, enérgico, con aspiraciones 
-Ambiciosa: pécora mala, insaciable.

-Cualquier: fulano, mengano, zutano.
-Cualquiera: indeseable, puta.

-Callejero: Mapa o guía urbana. 
-Callejera: Zascandil.

-Hombre de la vida: hombre de gran experiencia. 
-Mujer de la vida: prostituta. 

-Héroe: ídolo. 
-Heroína: droga 

-Sargento: suboficial del ejército. 
-Sargenta: marimandona. 

-Atrevido: osado, valiente. 
-Atrevida: insolente, maleducada. 

-Machista: varonil. 
-Feminista: lesbiana. 

En mi caso, me inspira mayor respeto la mujer pública que el hombre público, aunque reconozco que no todos son iguales, si bien bastante parecidos. 

04 febrero 2014

HIPOCRESÍA




El hipócrita traza todo un esquema mental con el que engañar al otro, pero antes o después acaba mostrándose a sí mismo.

La hipocresía es virtud torcida, como la prudencia y el recato hipocresía mal entendida.

El hipócrita termina creyéndose lo que aparenta y acaba por ser careta que ya no necesita ni gomas para sujetarse a las orejas.

Los portavoces políticos terminan por hacer virtud de la hipocresía y nos hacen comulgar con ruedas de molino.

El esfuerzo memorístico del hipócrita es tan ostensible como el del mentiroso, pero el primero no sólo se divierte, sino que trata de sacar provecho de ello.

El cómico representa un papel que no nos lleva a engaño; el hipócrita finge representar la verdad y la reviste de farsa.

Cuando la hipocresía es burda simulación, aparecen una serie de tics corporales que delata con gestos la urdimbre del títere.

El hipócrita compra con ofrendas y paga con promesas inverosímiles y absurdas.

No por mucha verborrea la hipocresía acaba en axioma.

A veces, el educado pasa por hipócrita por no desnudar en público a quien se arroga dotes que no le pertenecen; el hipócrita trata de desmerecer las virtudes ajenas.

02 febrero 2014

LA RECOLECTORA DE POMAS

Siento tu presencia,
tu solemne estampa,
tu huella mullida sobre el pasto
con la ternura de tus pies transparentes,
como cristal de sonido apagado
y traslúcido,
mientras te contemplo
en la plenitud de tu beldad,
disparando a la brisa
las saetas de Eros
de tus ojos melados.


La esbeltez de tu cuerpo,
las mangas semi y con volantes blancos,
el bermejo caracoleo de tu pelo
y el cesto de mimbre
sobre el cimbreo de tu cintura
y el desafío de espera de tu mirada,
son como un reto inaplazable
al que no puedo resistirme
aunque me llevara al Averno.

“Toma una poma”,
parece pronunciar,
el murmullo de tus labios sosegados
sobre la peana de la esbeltez de tu cuello,
donde no asoma una mueca vocálica,
pero sí el envite que sólo una dama
sabe articular guardando silencio.

Voy hacia ti;
tal vez a mi perdición,
pero tu pose me reclama
y el hambre y la sed de mis labios
no admiten dilación
ni están en condiciones
de templar arrebatos.

Por una poma,
el primer hombre;
por una poma,
tal vez la irremediable perdición
a la que me entrego.