Este poema lo publiqué el 17 de diciembre de 2009, precisamente la víspera de la festividad de la Virgen de la Esperanza. No por ello es un cántico mariano, sino una respuesta a la necesidad de esperanza de la sociedad del momento. Pero como de nuestro vivir de hoy se infiere la necesidad de estimular a la gente a no desesperar, y en homenaje a la mexicana Sara O. Durán, que ha sido tan amable de descubrir mi blog y lanzarse a leerlo desde la primera página, es por ello que, por primera vez, vuelvo a editar un poema en este blog.
Fotografía de Paloma Vivancos |
Porque en el corazón helado del invierno
palpita y sueña una luminosa primavera,
nos queda la esperanza.
Porque el sol se despereza descorriendo
los visillos opacos de los días de tormenta,
nos queda la esperanza.
Porque el amor es ungüento que acaricia
los fierros desgarrados del hombre,
nos queda la esperanza.
Porque aún quedan personas que se inmolan
y entregan su vida por una causa justa,
nos queda la esperanza.
Porque en el letargo de un barbecho
late con fuerza la próxima cosecha,
nos queda la esperanza.
Porque, por ahora, los ingenios del hombre
no ha podido aniquilar todo lo creado.
nos queda la esperanza.
Porque los crepúsculos barruntan
los bostezos de un nuevo amanecer,
nos queda la esperanza.
Has hecho bien en reeditarlo, Francisco. Es perfecto!
ResponderEliminarAbrazo!
Muchas gracias, Zamarat, ese adjetivo es muy contundente.
EliminarDos besos.
La Teología de la Liberación tuvo su precedente y su inspiración en la Teología de la Esperanza. Así de importante es en nuestra vida.
ResponderEliminarLa esperanza a la que me refiero no es una virtud teologal, sino ese plus que va más allá de la espera que es certeza en que va a ser así.
EliminarUn abrazo.
Me parece estupendo que vuelvas a poenrlo, entre otras cosas porque yo no lo leí.
ResponderEliminar:)
Y porque un soplo de esperanza, por mínimo que sea, nos da aliento ante tanta oscuridad. El tuyo, tu poema, es un precioso canto inundando todo de esa palabra tan bonita, ese sentimiento que es el último que queremos perder...
Besos.
Este poema pasó sin ser notado, eran los primeros momentos del blog y no había tenido ni un solo comentario.
EliminarUn beso.
Comenzamos este lunes 17 de febrero con tu poema lleno de esperanza y ello nos produce paz y más esperanza aún...El corazón del hombre necesita fuerza, estímulo y positividad a su alrededor para seguir latiendo e intuyendo la inmensidad y la belleza...Hoy nos dejas una buena dosis de alimento para el alma, Francisco.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo inmenso.
M.Jesús
Gracias, María Jesús, estoy totalmente de acuerdo contigo: entre las cosas básicas que necesitamos para vivir, la esperanza.
EliminarUn beso.
Demasiadas esperanzas en tu poema, aunque es bueno plantearlas y soñar con ellas.
ResponderEliminarSaludos
La esperanza, Emilio, no creo que tenga medida, está o no está; lo que sí es en este poema reiterativa, pero precisamente para subrayarla y darle la musicalidad que he creído oportuna.
EliminarUn abrazo.
Muy bello el poema, con esa estructura donde el verso anafórico a modo de estribillo impone las pausas de la lectura, con ese regusto al inefable Blas de Otero, otro poeta que lanzaba su clamor a los cuatro vientos para aquéllos que se dignaran en recoger su mensaje arrojado al mar dentro de una botella.
ResponderEliminarUn saludo.
Me gusta tu comentario, Cayetano, por ese recuerdo a Blas de Otero que me sitúa en tan buen lugar.
EliminarUn abrazo.
Ciertamente es un bello cántico a lo que llamamos esperanza y es lo último que muere en el corazón humano. Me alegro que hayas publicado de nuevo.
ResponderEliminarBss y genial semana
Gracias, Katy, imagínate qué contento con tanto comentarios, cuando en su momento paso desapercibido.
EliminarUn beso
Porque el hombre, como la Naturaleza, acaba siempre por regenerarse. O al menos nos queda esa esperanza.
ResponderEliminarUn abrazo Fco.
Espero que un día lleguemos a esa regeneración de la que hablas, sin dudas esa es la esperanza.
EliminarUn beso.
Y porque todos estamos muy faltos de ella.
ResponderEliminarUn abrazo
Tener hambre y necesidad de pan no es lo mismo que esperar que te llegue del cielo o de unas manos desconocidas; pero sin dudas esa falta de esperanza nos debe llevar a creer que lograremos un día que las cosas sean distintas.
EliminarPrecioso poema. Nos queda la esperanza ... y a veces ni eso.
ResponderEliminar¡APACHOS ! :)
Siempre debe quedarnos la esperanza, María del Carmen, siempre, siempre.
EliminarApapachos.
Nos queda la esperanza, dicen que es último que se pierde, empezamos el día con una poesía que nos llena de esperanza para vivirlo con alegría y felicidad, gracías por reeditarlo, no lo conocía.
ResponderEliminarBesos, te deseo una feliz semana.
Desde luego con la varita mágica no lo vamos a lograr, ya que de esa forma sólo se alcanzan ilusiones y no certezas; pero algún día ha de llegar.
EliminarUn beso.
Hola Francisco, la esperanza dicen que es lo último que se pierde, pero creo que son tantas esperanzas rotas que será muy difícil de poder satisfacer a todas las personas que aun tiene su esperanza rota esperando que alguien tenga una varita mágica y una todos los trozos rotos para poder aliviar a tantas personas que la crisis está pasando facturas y no pueden pagarlas porque no hay trabajo.
ResponderEliminarEsperemos que todas las esperanzas logren ahuyentar las desesperanzas.
Buen poema.
Saludos y besos
Con la desesperanza ya hemos tirado la toalla y nos hemos dado por vencidos. Esperar es aguardar pacientes a que suceda un milagro; la esperanza tener la certeza de que ese milagro va a suceder.
EliminarUn beso.
Se ve que la señorita esperanza, una parada por la dichosa crisis, ha tenido que hacer las maletas e irse a otro país. Es por eso que no se deja ver el pelo por aquí. Ahora dice que va a volver de manera intermitente por algunos días, ¿será verdad?
ResponderEliminarUn beso
Esa vuelta intermitente es otra mentira. La esperanza nuestra no puede ser volver a ocho años atrás, sino a plantar los pies en el suelo y defenestrar a todos los mentirosos y a los que meten la mano en la caja pública.
EliminarUn beso.
Nos queda la esperanza, pero la hemos debido recoger y guardar tan bien, tan bien, que ahora no nos acordamos dónde la pusimos y lo peor es que cuando nos acordemos de ello no tendremos la llave para ponerla a la vista porque también la hemos perdido. Un abrazo desde mi mejana
ResponderEliminarPero la esperanza nunca es colectiva, salvo cuando es la suma de muchas individuales. Cada quien debe enarbolar la bandera de su propia esperanza.
Eliminar¡Ánimo! Un abrazo.
Entre todas las tercetas me quedo con esta:
ResponderEliminar"Porque aún quedan personas que se inmolan
y entregan su vida por una causa justa,
nos queda la esperanza."
Porque existen muchas formas de inmolarse y de entregar la vida por una causa justa. Y no precisamente en el sentido literal y real de la frase. Existen personas que desde hace años se están inmolando y entregando su vida día a día a una causa justa, tanto en el aspecto social como en el literario. Y como te comento en mi blog, sin esperar nada a cambio.
Un abrazo, mi querido amigo.
Siempre son los luchadores, los héroes los que salvan a la sociedad. Muchas gracias, José Luis.
EliminarUn gran abrazo.
Porque aún quedan personas como tú, que nos alientan, nos queda la esperanza...
ResponderEliminarAbrazos.
Yo no, Rafael, yo no soy un ejemplo; pero sí que hay muy buena gente que lucha por un mundo más justo y más solidario.
EliminarUn abrazo.
Porque después de una larga tormenta siempre nos queda la esperanza de un sol que ilumine nuestras vidas...
ResponderEliminarUn super abrazo!
;)
Tú eres la luz de la ría y de San Mamés.
EliminarBesos.
Siempre hay esperanza, la que espera, la que ayuda a no entrar en la desesperación...Esperanza, la que espera con ilusión.
ResponderEliminarQue gratificante poesía, ese sentir no debe faltarle a nadie, ayuda a vivir.
Un abrazo.
Esa es la esperanza, la gratificante espera en la confianza.
EliminarUn abrazo.
Edurne dice lo que yo confimo, esto puede ser pra siempre, pienso que pronto recordaremos como algo, tran tremendo que nos empujara cambia la conversaxiion.tr drjo mi enlace http://cosasdemrijesus.blogspot.com un abrazo
ResponderEliminarPasarán algún día las circunstancias económicas y sociales del momento, pero siempre estaremos necesitados de esperanza.
EliminarUn beso.
Los amaneceres bostezan al despertar y dejan la pereza entre las sábanas de la podredumbre. Vamos a saltar hacia el sol, hacia la vida!! Vamos a cambiar el rumbo...
ResponderEliminarBesos, guapo!!
¡Uy, guapo! ¡Qué bonito te ha salido, Merche! Pero todavía me gusta más tu resolución de salir al encuentro de las cosas y hacerles cara. Así, valiente.
EliminarUn beso.
Francisco, voy atrasada en lectura y reacciono un poco tarde.
ResponderEliminarPrecioso tu poema, la esperanza de la que hablas es mi esperanza, la de los optimistas por naturaleza.
Y muchas gracias por usar mi foto. Es un honor aparecer en tu blog.
Gracias, Paloma. No importa la fecha, no importa la hora, para ti siempre está mi casa franqueable.
EliminarUn beso.
Paco!!! que sorpresa me has dado, agradable a más no poder. Me has pintado una enorme sonrisa en el corazón. Te lo agradezco.... ¡Demasiado! Me llenaste de emoción ¡GRACIAS! de verdad.
ResponderEliminarAbrazo grande y que nunca nos falte la esperanza, por más negro que parezca el panorama. Ese poema es bellísimo, te lo repito.
Qué bonito lo que me dices, Sara. Si con mis versos llego a emocionar a tan solo una persona, con eso me siento recompensado.
EliminarUn beso.