Le consagró su vida;
se conocían desde niños,
pero se cegaron sus ojos
una improvisada tarde
cuando fue sorprendida
por el áncora dorada de su solapa
sobre el azul marino de su uniforme.
No hubo mentiras,
no hubo engaños
y desde entonces
sus días fueron del color
del aislamiento azul de la espera;
sobre todo cuando
oteaba el horizonte al atardecer.
Cada ola, cada estela,
era un relámpago azul
un estallido de urgencias
que caramelizaba su mirada;
dulce, siempre dulce,
pero también ansiosa y ajada
por la melancolía acre de su boca
como trago de sal.
Cada atardecer, cuando se le ovillaba
el ansia en su pecho
y restallaba un látigo
en los gemidos de su voz,
se asomaba al acantilado
y trazaba con su imaginación
la ruta desconocida
del mercante que le robaba la vida.
Al caer la noche, aplazaba la espera
y posponía una lágrima.
Un derroche de hermosura. He vivido cada gesto, cada pensamiento, que sensación porque eres tan bueno escrbiendo que dejas que una película pase ante los ojos asombrados de quien te lee.
ResponderEliminar"Cada ola, cada estela
era un relámpago azul
un estallido de urgencias."¿ "Cómo recoger tanta belleza desbordada"? lo dijo Maite una vez y yo lo hice mío..
Preciosa imagen, españolito. Todo esto me ha producido una borrachera de placer.
¿cómo duermo esta noche ...? ¡APAPACHOS !!
Te robé la imagen: ayer publicaste tú sobre esta imagen y yo he hecho una variedad sobre el mismo tema.
EliminarMe alegro que te haya gustado y que no te moleste el hurto.
Apapachos.
"...aplazaba la espera y posponía una lágrima." Es un precioso poema. Mi cordial saludo.
ResponderEliminarGracias por leer y comentar, Paquita. Es un placer que te guste.
EliminarUn beso.
Hay esperas y esperas y esta precisamente no es dulce. Pero encierra una cierta esperanza. Me imagino a mi misma en el borde del acantilado con la vista perdida en el horizonte.
ResponderEliminarBss
Es bueno tomar la postura de otro, meterse en sus zapatos e imaginar sus cuitas.
EliminarBesos.
Un poema lleno de belleza y armonía, me gusta mucho como escribes.
ResponderEliminarAbrazos
Muchas gracias, Julia. Lamento la tardanza en dar respuesta, pero me ha tocado unos días de ajetreo.
EliminarUn abrazo.
El horizonte siempre nos llama, sea el mar, la llanura desde una loma, un prado desde la montaña, la nieve sobre las crestas que arañan el cielo...
ResponderEliminarTodo nos llama o nos recuerda algo.
Tal vez porque tengamos nosotros también algo de infinitos.
Bello poema. Gracias.
Es verdad, hay una llamada inevitable a la montaña, pero hay una llamada a esa planicie que invita a la contemplación.
EliminarUn beso.
Mantén los ojos fijos en las estrellas
y la esperanza floreciendo en el corazón,
mientras los sueños que persigues
se adhieren al seno de la ilusión…
Te envío un abrazo desde la distancia
con la mano puesta en los sentimientos,
para desearte un magnifico miércoles!!
(El párrafo tercero hace que fallezcan los sentidos.
Felicidades amigo por este derroche poético
que siempre nos regalas)
Atte.
María Del Carmen
Muchas gracias, María del Carmen.
EliminarUn beso
Creo que los dos últimos versos dan la clave del poema. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo
Siempre hay una clave que nos da la pauta. Muchas gracias, Antorelo
EliminarUn abrazo
Todos nos asomamos de tarde en tarde al acantilado de la vida y miramos al horizonte y al mar infinito...Y esperamos, siempre esperamos, unas veces con calma, otras con nostalgia y tristeza, pero nos detenemos y hacemos un rito de la esperanza, una oración de entrega y confianza...
ResponderEliminarMi felicitación por tu inspiración y tu buen hacer, Francisco.
Mi abrazo inmenso y mi cariño, amigo.
M.Jesús
Lo has dicho muy bien, María Jesús, nada que añadir.
EliminarUn beso.
Lo cuentas de tal manera que parece bella la espera.
ResponderEliminarUn abrazo Fco.
La espera puede ser desesperante o bella, pero eso está en el pecho y en la mente de quien está en esa actitud. Gracias, Elena.
EliminarUn beso.
La vida es una costante espera aunque la que tú describes. de forma magistral como siempre, es mucho mas dura.
ResponderEliminarUn abrazo
Sin duda esta es bien dura. No sé por qué he querido acordarme de un sector poco recordado. Hoy me he fijado también, yo que puedo caminar poco, en los carteros... ¿por qué será?
EliminarUn beso
Bello poema del que saco una enseñanza, esa que pones en los últimos versos.
ResponderEliminarEl mayor piropo es que puedas sacar alguna enseñanza de mis palabras. Muchas gracias.
EliminarUn beso.
La eterna espera de las mujeres del mar...esas que enclavan su mirada en el horizonte como queriendo dirigir el rumbo de su otro corazón.
ResponderEliminarEs absolutamente precioso.
Besos.
Muchas gracias, Marinel, tú eres preciosa (espero no levantar celos).
EliminarUn beso
La belleza, el mar, la espera... unos ingredientes mágicos con los que construyes tu poema sobre la arena de la playa.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias por tu puntual asistencia, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
El que espera, desespera, dice el refrán, aunque yo diría que hay distintas formas de esperar a una persona. No es lo mismo saber que hay muchas posibilidades de que regrese a que el porcentaje sea ínfimo. Y esperar ante el mar siempre me recuerda a aquellas mujeres de pescadores que veían a sus maridos partir para no verles más.
ResponderEliminarUn saludo
Tú lo has dicho, son muchos los tipos de espera y también los periodos, Carmen.
EliminarUn beso.
Esperar, pero solo durante el día, por la noche era esperar a la espera. Incierto destino.
ResponderEliminarAbrazo Francisco.
Esperar a la espera, ese es otro tema colateral el que suscitas.
EliminarUn abrazo.
Gracias por deleitarnos con tus letras.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias a ti por venir a esta humilde casa, Pedro.
EliminarUn abrazo
Larga es la espera pero grande es el placer cuando desde el horizonte se ve como el amor llega.
ResponderEliminarPrecioso poema a juego con una imagen que a todos nos fascina
Muchas gracias, Asun, por tus palabras y tu cariño.
EliminarUn beso.
Pobre Penélope!
ResponderEliminarMe ha encantado el poema.
Abrazo!
Gracias, Zamarat, por el encantamiento.
EliminarDos besos.
Tu poema tan lindo y lleno de vida me ha hecho recordar a algunas personas que pasaron por esos momentos tan difíciles de explicar.Pero como siempre lo has conseguido. Saludos
ResponderEliminar¡Qué bien que te parezca conseguido, Katiuska!
EliminarUn beso
Dura esa espera y bella forma de contarlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y bello tu comentario, Mercedes. Muchas gracias.
EliminarUn beso.
Hola Francisco, bellos tus versos. Un poema que por su belleza hace la espera más llevadera.
ResponderEliminarHa de ser muy duro esperar un día y otro y en las noches regresar en soledad mientras las lagrimas invaden la cara y acongojan el pecho.
Espero y deseo que la espera de esas mujeres de la mar, no derramen más lagrimas de tristeza por la espera, si no, lagrimas de felicidad por el encuentro.
Bello poema al igual que la pintura que transmite paz y esperanza por el colorido que tiene.
Saludos y besos
He intentado suplantar los sentimientos de la mujer de la imagen y me ha parecido extremadamente duro, Isa. No es lo mismo que llegue tu Antonio al final de la tarde de cada tarde.
EliminarUn beso
Haces de la espera algo muy digno de sobrellevar.. Y es que las cosas son así, cuando se asumen y las dejamos fluir. Es tan hermoso!
ResponderEliminarUn abrazo grande!
Esa es una mirada que me gusta, Sara, el de la dignidad de la dama que espera.
EliminarUn beso.
Hola Francisco, dura es la espera y mas para estas personas que tienen a alguien en el mar, con la incertidumbre si volverá bien o si le habrá pasado algo, duro el trabajo del marinero, pero dura es también la vida de sus esposas, precioso el poema:)
ResponderEliminarBesos.
La espera del mar, la del minero... hay profesiones de riesgo donde la espera es de mayor mérito.
EliminarUn beso.
Las lágrimas son los segundos del tiempo en una espera...cada vez que una cae, se acorta el tiempo al revés mientras llega... o...se alarga como una elipse infinita...bsss..
ResponderEliminar¡Qué bonito, Mirella, ni quito ni pongo una tilde!
EliminarUn beso
Dura es la vida de los hombres del mar pero más dura es la de sus mujeres que esperan y esperan a que vuelvan sin saber si lo harán.
ResponderEliminarHas hecho de la espera un canto con esta poesía tan entrañable y sensible.
Gracías por tu visita y por tu cariñoso comentario, como siempre.
Besos, te deseo lo mejor.
Me alegro que te haya gustado, querida amiga. Gracias siempre a ti.
EliminarUn beso.
Para mi no es fácil describir la sensación que me produce leer este bello poema.
ResponderEliminarSolo siento que es una belleza.
Un abrazo Francisco.
Has sacado el mejor de los provechos, Rafaela, quédate con esa dulce sensación de belleza, pues en el fondo es todo cuanto quería transmitir.
ResponderEliminarY regreso su amado? vas a tener que hacer una segunda parte al poema para no dejarme tan triste ;) ni a mi ni a la protagonista. Un besazo.
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