Quiero mirarme
en el arcoíris meridional de
tus pupilas,
tu fondo de ojos es la arena
que irritan los míos,
los enrojecen y los hacen
caudal de lágrimas.
Quiero mirarme
en el tisú y el escorzo de
tus movimientos,
en tus sinuosos brazos y
cadera cuando danzas
como con hambre de
hidratarme en ellos.
Quiero mirarme
en la reja marfil que
acuartela tu boca grana,
sentir la humedad de tus
labios en los míos
y palidecer de éxtasis en la
venia de tus besos.
Quiero mirarme
en la huella de cristal de
tus pies desnudos,
en la arena que mancillan
puente, talón y dedos
como boceto de la senda de
mis pasos futuros.
Quiero mirarme…
quiero vivir, quiero existir,
quiero encontrarte,
y palidecer en la orfandad irracional
que me deslinda
y que me reconozcas y acunes
en tu pecho.