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31 diciembre 2024

TREINTA Y UNO DE DICIEMBRE

 



Sentado al borde del calendario,

aguardo la llegada de la noche

para romper los hábitos

y echar las buenas costumbres por la borda:

cenar un banquete, tomar doce uvas

en lugar de un hermoso racimo

y brindar con cava que no me gusta.


Un amuleto, una norma social

dice que es hora de divertirse,

de trasnochar y contagiarse

con lo programado en la televisión:

bostezos, destemplanza, tedio,

somnolencia de noche infinita.


Mañana, quizás resacoso,

comenzará el incumplimiento

de todas las promesas de cambio

que acaban en el vertedero del olvido.


Barajo hacer fila en un coleccionable,

castigar el cuerpo con dietas severas,

militar en una agrupación de pilates,

para acabar enero tropezando en la piedra

del obstinado incumplimiento.


Las ostentosas luces que anunciaban la Navidad

inundan las calles con su despilfarro

hasta que termine el cortejo de los Reyes Magos,

y nosotros en la magia

de esta pompa de jabón de luces y colores,

una perversión que en nada recuerda

al humilde nacimiento redentor.

25 diciembre 2024

MUSGO

 



Verde intenso. Mullido y compacto,

como un puzzle de recortes seleccionados

encajados ordenadamente en el suelo.

Un alto grado de humedad,

como esas mañanas de rocío

que invitan a volver a la chimenea.

Minuciosamente expandido. Virginal

e inmaculado de pisadas

por los aledaños del portal.

Esta madrugada a dado a luz María.

Al alba, con el gozo en su mirada

y un extraño vacío en sus entrañas,

siente la caricia en sus pies desnudos

absorbiendo el verdor

como tranquilizante que sube

por sus cavidades venosas.

El niño duerme, el esposo fue a buscar leña.

De la improvisada cuna sale un fulgor

muy luminoso,

como la cola de un cometa,

que tiene todo por decir en su momento

y ahora es silencio profundo.

María mira al cielo y se abraza el vientre,

ahora hueco.

La escena es rural y celeste,

el silencio sobrecoge

como cascada de luz bajada de las alturas.

El sol no ha despertado aún,

María vuelve sobre sus pasos al portal,

restriega sus pies en el musgo

antes de adentrarse

y entrega sus desvelos al recién nacido.

24 diciembre 2024

LA ESPERA CONFIADA

 



Sé que viniste y sé que vendrás en el tiempo

y por eso espero, porque confío plenamente

y porque siendo la nada, como soy, también sé

que para ti no hay últimos y no hay primeros.



Sé que tú eres de todos, que para todos te das, 

que así te lo manda el Padre, y que así lo cumplirás,

que eres esencia divina, y carne humana también,

que naces para donarte, para amar sin limitarte.



Sé que vendrás al final, cuando ya el tiempo se acabe,

y con el bieldo y la espada haz de juzgar por doquier,

sé también de tu misericordia infinita, también sé

que amas y que perdonas, las dos cosas a la vez.


Sé que vienes cada día a quien te busca y te llama,

que lo he vivido en mi mismo cuando a gritos te imploraba,

y sé que eres consuelo y descanso para el alma,

que no importunas a nadie y que esperas la llamada.

20 diciembre 2024

CARTA A LOS REYES MAGOS

 



Queridos Reyes Magos:

no puedo reprimir mis ampulosos deseos,

por tanto, para ser menos gravoso

a cada una de sus Majestades,

me inclino por repartir mis peticiones.


A su Majestad Melchor:

me atrevo a pedirle un áureo rayo de luz,

y también de mesura,

para poder evaluar el costo de las cosas,

en especial cuando las obras son ajenas

y mi reconocimiento más esquivo

que cuando me miro a mí mismo

o a mis intrascendente obras.


A su Majestad Gaspar:

una perfumada “fumata” de incienso,

aunque contenido en márgenes permisibles,

de forma que no desvirtúe el aroma

de quienes se me aproximan

y pudieran pasarme desapercibidos.


A su Majestad Baltasar:

quiero pedirle mirra abundante,

que sea generoso a manos llenas,

no tanto para embalsamar

a quienes pasaron por el tránsito,

sino para evitar

que mueran tantas criaturas

de entre los descartados de los arrabales,

como esos que están siendo expulsados,

también de la periferia,

porque la propiedad inmobiliaria

tiene hambre endémica de bienes

y se ha instalado en la escalada

de alquileres infinitos

e incomprensibles candados externos.

Le quiero pedir también un poco de calor

con el que tapar los harapos

y pan de la multiplicación que nunca se agote,

para mitigar el sonido de órgano

a tripas vacías.

Y un mucho fecundo de solidaridad y comprensión,

y unas manos abiertas en recepción de acogida

y que reparta ampulosamente la esperanza.


En sus majestades pongo mi fe,

en el milagro en el que creo desde la infancia,

la materialización de lo imposible.


16 diciembre 2024

EL CALENDARIO

 



El calendario es un grifo con fuga,

un gota a gota incesante

que nunca pierde ritmo ni se acelera.

Pasan los días, se acerca la Navidad

y por fin el clima se ha acompasado

y vuelven los escalofríos

anudados en las bufandas.


Unos niegan y otros insisten,

pero algo es diferente a como era,

llámese como se llame,

tenga o no nombre científico.


Las castañeras, con sus fumatas blancas,

ponen un toque de sabor en las calles,

y los animosos coros de campanilleros

anuncian el parto que ya es inminente.


Los invisibles acumulan frío y necesidad,

pero en el colorido derroche lumínico

se hacen menos perceptibles

y hasta más molestos.

Los pobres siempre tienen hambre,

siempre tienen frío y no tienen techo.


José y María tampoco encontraron posada:

la vivienda es la asignatura pendiente

que suspenden todos los gobiernos,

de todos los signos, de todas las tendencias.

23 noviembre 2024

CREÍ QUE ERA UN SUEÑO

 



Creí que era un sueño

y el río era de plata líquida indesbordable,

y la arena era acogida cálida,

lugar de encuentro,

y el puente una maqueta al natural

de piedras talladas, de turrón y de guirlache,

y el campo de un verde intenso

donde se movía con lentitud

la lana blanca de los corderos,

y el fuego donde se calentaban los pastores

una estrella bajada del cielo,

mientras uno de ellos

silbaba endechas enamoradas.


Creí que era un sueño,

pero tal vez fui deslumbrado

por el artificio en vatios

de esta sociedad,

que piensa más en el consumo

que en festejar

el próximo alumbramiento de María.


Creí que era un sueño

lo visto y vivido en los medios,

la donación sin límites

hacia quienes todos sus bienes

se les han convertido en lodo,

pero era solo un destello anticipado

de la estrella del belén

y volvemos sobre nuestros pasos

para ser los huraños egoístas de siempre.

11 enero 2023

UN SIMPLE RITUAL



 

Todo ha pasado como en un soplo,

un visto y no visto

que ahora duerme larga siesta,

debidamente envuelto y en el trastero.

 

Un equipo de mudanzas

ha plegado bolas y espumillones,

ha embalado el ficticio árbol

y ha envuelto con delicadeza

las piezas del misterio:

una caja cerrada y rotulada es ahora

su residencia por once meses,

allá donde ni habla ni nos conmueve.

 

Se han silenciado los cánticos

y hasta es posible que echemos en olvido

el motivo de tan largo sueño.

 

Con el orden acabaremos

por arrinconar de nuestros corazones

las leves muestras de solidaridad

de este tiempo de turrones y villancicos,

de comidas de empresa y francachelas:

frágil memoria que va de hito en hito

cumpliendo con los labios

y negando a diario con nuestros actos.

 

Nacer, morir y resucitar: un simple ritual.

26 diciembre 2022

EN EL VANO



 

En el vano, en el andén desierto

de la espera,

entre vías y traviesas desoladas

que ya no suenan a metálico

ni se oyen arrumacos

de jóvenes enamorados

despidiéndose por unas horas

como quienes se citan

allá en el fin del mundo.

Se acusa el relente del invierno

en esta intemperie donde la espera

acaba por ser anodina.

Pronto. Muy pronto otra fiesta,

otro obsceno bacanal a la mesa,

como quienes opositan

por un ingreso hospitalario.

La celebración del corazón

parece que ha pasado de puntillas,

o que hemos buscado donde no era.

¡En fin, otra vez será!

─Repito mientras me calo el sombrero─

Hace un frío helador en este vano.

 

27 diciembre 2020

LA MULA Y EL BUEY

 


Hoy, igual que ayer,

no encuentras posada

si no tienes con qué.

Y se ven caídos,

tristes y llorosos;

tan solo un hatillo

muy menesteroso.

Los hay del lugar

que descarriaron

en su caminar;

también extranjeros,

migrantes lejanos

que ansiosos esperan

le tiendas tu mano;

de etnias diversas,

de credos distintos,

de cualquier rincón

del lejano mundo.

Soñaron en Jauja,

¡menudo fracaso!

están dando tumbos,

¡menudo fiasco!

Llegado ese chasco,

en la calle, sin techo,

sueñan un establo

con mula y con buey,

y unas ricas pajas

secas y mullidas

que den a sus cuerpo

reposo y calor

y seguir soñando

con más ilusión.

María y José

vivieron en sus carnes

estas circunstancias:

nadie abrió sus puertas

al Niño de Dios

y hoy nadie las abre

a quien emigró.

La mula y el buey

calor animal,

el que los humanos

no queremos dar.

26 diciembre 2020

FLOR DE PASCUA


Flor de Pascua,

dulce arrebol;

llamarada y ascua,

carbón encendido

que abriga los fríos

al Niño de Dios.

Alfombra mullida,

rojo abrasador;

corona fulgida

para el Redentor.

Oh flor de diciembre

de noble candor,

natividad divina

del más dulce Amor.

25 diciembre 2020

ADORACIÓN AL NIÑO


De tu mirada, Niño,

un rayo luminoso,

una senda de luz orientada

a lo infinito, al Padre.

En tu visual de miel

el acento fiel e inequívoco

del amor con que nos llamas,

nos invitas e incitas.

 

Tú, el esperado del tronco de Jesé,

el que tenía que venir,

guerrero sin otras armas

que el amor y acatar en obediencia,

pero dos mil años después

la humanidad no ha entendido nada.

 

Somos a tu semejanza,

aunque apariencia, pose,

si bien seguimos empeñados

en encontrarte en el templo,

en los desfiles procesionales

y en la fiesta, en lo celebrativo

con cirios, flores y guirnaldas de luces,

y tú estás en el recodo del camino,

en lo inhóspito, compartiendo el pan

y mitigando padecimientos ajenos,

que son los tuyos.

24 diciembre 2020

¡TODOS A LA MESA!


Un día especial y celebrativo,

es la Nochebuena;

hoy estrenamos de nuevo vajilla

que duerme su reposo anual

y también los cubiertos festivos,

los ocasionales,

y degustaremos un menú largo y anchuroso;

también contundente,

cercano al dispendio y a la gula.

 

¡Todos a la mesa!

 

Ha hablado el rey y no habrá satisfecho a todos;

a mí sí, porque encendí el televisor

predispuesto y compasivo,

a no arrojar la primera piedra..

 

¡Todos a la mesa!

 

La cara de mis nietos es una fiesta;

para ellos estamos todos,

pero no están mis padres,

ni mis abuelos…      La vida

es una cinta sin fin que nos transporta,

pero quien va cayendo a la torva

se hace ausencia añorada para siempre.

 

¡Todos a la mesa!

 

Es la Nochebuena. Una luz se enciende en Belén

y en todos los hogares que reconocen al Niño,

pero en la mirada de los abuelos

hay una mota de nostalgia

que también se ha sentado a la mesa

y sin apetito.

01 enero 2020

EL MISMO CIELO




El mismo cielo que nos cubría ayer,
el mismo panorama, la misma orfandad
en el gélido desaliento
o en la ilusoria vanidad de la fiesta obligada,
y será ese edén el que amanezca,
el que nos devuelva a la verdad desnuda
de los antiácidos;
unas horas, un dormitar agitado
a causa de la ingesta
y nos habremos instalado en el Año Nuevo,
un cambio convencional de calendario
que afecta al estómago, al descanso y al bolsillo.
Nada ha cambiado
y todo sigue una marcha que sueña ser distinta:
el año viejo es historia
y el nuevo es futuro imperfecto,
un amasijo repetitivo de intenciones
cuya mayoría no pasarán de propósitos.
El mismo cielo que nos cubría ayer,
el mismo amanecer,
aunque contrariedades distintas,
sueños que en su mayoría se irán desvaneciendo
con el pasar de los días.

25 diciembre 2019

LA MAÑANA DE NAVIDAD




El día amanece con demora
y se retirará a descansar a media tarde;
la oscuridad es el preámbulo de la Luz.

Un arbolito sintético, con adornos de colores,
hace guiños constantes e intermitentes
como avisando de la inminencia;
en el espacio principal,
un pesebre reproduce el alumbramiento
de María y la presencia mayestática de José;
entre pajas, el Niño
es presencia adormecida
a la espera de una sonrisa iniciática
en el amanecer de un día de júbilo.

Por la calle corre el silencio,
sólo un murmullo lejano
evoca presencia de algunos rezagados;
desde la maceta cercana,
las hojas encarnadas se asoman al portal
y contemplan la Encarnación.
Todos duermen. Fue larga la espera
y el cansancio hizo mella en todos.

El rey hizo ayer un discurso que a todos alude
y que no satisface a los recalcitrantes
de cualquier signo.
En el fondo, cada quien guarda
una mueca de parcialidad.

Lo anunciado ha acontecido,
pero al margen de la diversión,
casi nadie prestará oídos
a lo que este Niño nos viene a anunciar.