En el vano, en el andén
desierto
de la espera,
entre vías y traviesas
desoladas
que ya no suenan a
metálico
ni se oyen arrumacos
de jóvenes enamorados
despidiéndose por unas
horas
como quienes se citan
allá en el fin del mundo.
Se acusa el relente del
invierno
en esta intemperie donde
la espera
acaba por ser anodina.
Pronto. Muy pronto otra
fiesta,
otro obsceno bacanal a la
mesa,
como quienes opositan
por un ingreso
hospitalario.
La celebración del corazón
parece que ha pasado de
puntillas,
o que hemos buscado donde
no era.
¡En fin, otra vez será!
─Repito mientras me calo
el sombrero─
Hace un frío helador en
este vano.
Felices días navideños con los tuyos y todo lo mejor para el 2023
ResponderEliminarUn abrazo.
Estas celebraciones ya no son lo que eran antaño...se ha perdido totalmente ese sentimiento de alegría porque nacía el Niño Jesús, una pena que se haya olvidado al Protagosinta de la fiesta.Saludos
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