En su cabeza, marejadas de
sol,
nubes doradas y
ensoñadoras,
bucles de oro ensortijados
por el misterio que va
descubriendo
a cada paso.
Su vida es un sobre
sorpresa
del que destilan ideas
brillantes,
a veces obtusas o
radicales
que le producen algún
descalabro.
Cada aparición es una
nueva enseñanza,
un nutriente, un fertilizante
que su espíritu asimila
como nueva aventura.
En la peana, por encima de
sí,
una mirada brillante que
rivaliza con la suya,
una competencia a futuro
cuando la vea brincar
sobre sus patas traseras
y quiera emularla.
En sus sedientos ojos de
aprendizaje,
la filmación memorística
de cada aliento,
la vigilancia recíproca y acechante
hasta captar cada resorte
y cada evolución.
La vida es ese despertar
al conocimiento,
la asimilación de cada
comportamiento
y la gimnasia de practicar
lo aprendido.
En el rictus de sus ojos
la atención sin pestañeo,
el envolvente asombro de
una mente
que atesora lecciones para
toda la vida.
lindo poema
ResponderEliminarsaludos!