Hubo
una tarde de girasoles marchitos
sobre
el borde de tu cama.
JOSÉ RODRÍGUEZ INFANTE
Para ti, que haces de cada
sonido
una tesela vocal,
un fonema dulce al oído
que se engarza a la
armonía de la tarde
entre azules marchitos
y el rubor carmesí que se
adormece
en la almohada oscura del
poniente.
Para ti, que eres mi
música
y enarbolas los quejidos
del bosque
y la languidez en la
mirada
de los girasoles al
atardecer;
para ti que eres aroma
silvestre
y no conoces laboratorios
y hasta la rosa se arroba
en tu presencia.
Para ti que sobrevuelas
los arpegios,
que eres sonido vibrante y
brillante,
ademán y pausa de gota de
rocío
sobre el pétalo inmaculado
de un nardo;
para ti, arrebato de mi
ser,
destello del alma purísima
que me colma,
noche insomne de mis
desvelos.
Para ti, solo para ti,
este gemido lírico;
para ti, que eres mi
música.
Otro poema maravilloso para leer. Mis aplausos y elogios poéticos
ResponderEliminar.
Saludos navideños
.
Pensamientos poéticos y ensoñaciones
.
Que maravilla d epoema Francisco, tu mujer tiene que estar super orgullosa de tí, seguro que con cada poema la vuelves a enamorar.Saludos
ResponderEliminarEl sentimiento es música que cura y trasciende a otros niveles, Francisco...Vuelves a tocar la sinfonía de tus letras, que nos llegan y nos impulsan a seguir escribiendo y sintiendo.
ResponderEliminarMi abrazo navideño y manchego.