Cuando
dijo mi nombre,
salté
todos los charcos de la tierra.
ANABEL CARIDE
Sobre los cristales,
un leve repiqueteo, una
llamada,
el eco de mi nombre en la
ventana
pronunciando algarabía y
fiesta;
un ensayo de lluvia
que seguramente no saciará
la sed
y dejará descontentos a
todos,
pero una esperanza sin envoltorio
que llega acariciando el
deseo callado.
Han pasado los años,
muchos años,
pero entre mis recuerdos
pululan
aquellos lejanos días de
lluvia,
de corretear la calle bajo
las canales
y chapotear los charcos
con el ímpetu
de un perito en aventuras
o intrépido grumete de
tierra adentro.
Sobre los cristales,
un leve repiqueteo, una
llamada,
a la que ahora respondo
con cierta agitación de
los recuerdos
y un alma infantil azotada
de años
que se goza, una vez más,
en la memoria.
Seguro que en esos días de lluvia en tu infancia también saltabas encima de los charcos cómo una auténtica diversión....yo si lo hacía.Saludos
ResponderEliminarPoeticamente perfeito
ResponderEliminar.
Feliz fim de semana … Cumprimentos poéticos
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.
Una maravilla.
ResponderEliminarBesos.
La lluvia es una niña traviesa y entrañable, que siempre retorna para recordarnos momentos de la infancia, Francisco...Es tan necesaria, que cuando llga "suavemente" nos nutre(los campos) el alma y nos da mucha paz...
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo siempre, amigo.